El domingo pasado un grupo de baqueanos encontró restos óseos que podrían ser de un lugareño perdido hace casi tres años. El hallazgo se produjo en la zona conocida como «El Morao» a unos 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar y a unos 15 kilómetros de la ciudad de Rosario de Lerma. Pobladores presumen que se trata de Abel Burgos, el hombre de Cerro Negro del Tirao que en 2021 salió a buscar animales y nunca más regresó.
La desaparición de Burgos, de 43 años, conmocionó a la comunidad de los parajes alejados de las serranías oeste, donde está ubicado Tirao, su lugar de residencia. En aquel entonces se supo que había salido de su casa el 2 de julio de 2021, con una escopeta, para buscar unos animales que pastaban en las altas cumbres cercanas a Puyil, entre 3 y 4 mil metros de altura.
La Policía y la Fiscalía de Graves Atentados contra las Personas iniciaron una intensa búsqueda en las zonas serranas, en los Valles Calchaquíes y zonas de Rosario de Lerma y Campo Quijano. Se desconoce qué le ocurrió a Burgos y si su desaparición tiene relación con algún hecho delictivo, un accidente o el ataque de un puma, que son frecuentes en esa época del año. Tampoco se descartó la autodeterminación del hombre.
Semienterrado en un pozo
El domingo se produjo el hallazgo que podría arrojar luz sobre un caso. Restos óseos humanos fueron encontrados en el «El Morao», en un pozo semitapado por barro y piedras, producto de los aluviones. Algunos señalan que se empieza a develar el enigma del Puyil.
«Capaz la montaña lo terminó soltando», se escuchó entre los lugareños que charlaban con El Tribuno. Las primeras informaciones indican que se trataría de Abel Burgos, aunque se esperan las pericias para confirmar su identidad y las circunstancias de su muerte.
La familia de Burgos clama certezas sobre el destino de su ser querido para darle un final digno a esta trágica historia. Su esposa y sus hijos se habían resignado a no volver a verlo con vida, pero aún guardaban la esperanza de encontrarlo. Ahora, solo quieren saber ¿qué le pasó y por qué salió esa mañana con una escopeta?
Los vecinos y amigos de Burgos también se mostraron conmovidos por el hallazgo y recordaron al hombre baqueano y «campeador» de los cerros. No descartan que haya sufrido un accidente al caer por algún precipicio o que haya sido atacado por algún animal salvaje. Sin embargo, por esos días el hombre no estaba pasando por su mejor momento anímico. En los dos meses de búsqueda en el verano del 2021, con mucha extrañeza, los rastreadores, entre policías y bomberos, nunca hallaron rastros de animales salvajes o sus huellas en la zona.
El domingo al ser encontrados los restos óseos, también hallaron un arma de fuego, quizás se trata de la escopeta de Burgos. La investigación continúa para esclarecer el misterio que envuelve la desaparición y muerte del baqueano, un hombre que se perdió entre las cumbres del Tirao y el Puyil, donde varios ya se perdieron, y ninguno volvió a aparecer, por lo menos hasta este domingo.
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