Con la caída por 22-21 terminaron terceros en el torneo que consagró a Nueva Zelanda y sirvió de preparación para el Mundial que comienza en un mes en Francia.
Los Pumas no pudieron ante los Springboks, los vigentes campeones del mundo que defenderán el título en un mes, pero sin embargo mostraron un funcionamiento esperanzador de cara a su participación en Francia 2023. Los dirigidos por Michael Cheika fueron de menor a mayor en su rendimiento y reaccionaron tarde, lo que no les dio chance de conseguir una victoria. El triunfo de Sudáfrica fue ajustado, apenas 22-21, y el equipo argentino terminó tercero en el Championship que tuvo a Nueva Zelanda como campeón.
La Selección Argentina estuvo a la altura. Lo mejor lo mostró en el segundo tiempo, con una arremetida final que les permitió acercarse en el marcador, quedar a un punto y cerrar su participación en esta reducida edición del Championship -solo se jugó una rueda de partidos- con un buen semblante.
¿Por qué esperanzador? No por el punto de diferencia en el resultado, sino por el modo en que pudo plantear su papel, la manera en que subsanó sus errores -en el primer tiempo cedió muchos penales- y por la convicción de buscar las situaciones aún en desventaja y contra reloj.
La primera parte fue bastante accidentada. Antes del primer minuto hubo que detener el juego: Juan Cruz Mallia impactó con la cadera la cabeza de Grant Williams y debió ser reemplazo. Del mismo modo, a uno de la finalización de la primera parte, Lucas Paulos fue retirado del campo de juego por una lesión similar, tras un caderazo de Etzebeth a la salida de un scrum.
Más allá de las acciones accidentadas, Los Pumas comenzaron sumando a partir de penales, con la efectiva patada de Santiago Carreras como argumento. La fortaleza física de los Springboks terminó dándole a los locales las herramientas para dar vuelta el marcador: a pura fuerza física.
De esa manera pasaron al frente. Eben Etzebeth arremetió por el sector derecho y se zambulló para apoyar. Los intentos argentinos para frenarlo fueron infructuosos: el segunda línea hizo su avance y los albicelestes parecían rebotar a su paso. Damian De Allende apoyó el el segundo try tras sumarse al empuje en un maul que hizo retroceder a Los Pumas casi 10 metros. El centro de los Springboks se desprendió de la formación y llegó al ingoal sin problemas.
Al margen de los penales evitables que cedió el equipo argentino, jugó con la mentalidad adecuada para seguir en partido, intentando neutralizar a un rival que, pese a la superioridad que evidenciaba, no lograba despegarse en el marcador. La suerte acompañó al equipo argentina en el final de la primera parte cuando a Kurt-Lee Arendse le anularon el try por haber pisado la línea de costado en su marcha al ingoal: Santiago Carreras lo arrastró fuera del límite.
Con esa fortaleza la segunda parte fue pareja y por momentos Los Pumas fueron los dominadores del juego, aunque sin conseguir avanzar en el marcador. Santiago Carreras falló dos penales y con ellos la posibilidad de acercarse para intentar darlo vuelta con un try, que tardó en llegar. Cuando apareció -apoyó Mateo Carreras-, el apertura no concretó la conversión.
La clave de la derrota fue un gran corte de Faf de Klerk en un avance argentino cerca de la línea de 22 metros y una carrera prodigiosa para cederla a Libbok, que libre de marca solo tuvo que correr y apoyar la guinda. Esa ventaja, junto con los dos puntos de la conversión, se produjo después de casi media hora sin que ninguno de los equipos sumaran en el tablero.
Con apenas 12 minutos por delante, Los Pumas no parecían tener mucho margen para revertir lo que parecía una derrota asegurada por la diferencia de 22-9. Pero ese error propio no quedó en el pensamiento colectivo del equipo, que logró sobreponerse y aprovechó el tiempo que restaba por jugarse.
El final tuvo el empuje que los argentinos no habían logrado en el resto de los pasajes. La ausencia Damian de Allende por la tarjeta amarilla que dejó a Sudáfrica con uno menos, favoreció el crecimiento del equipo argentino que terminó empujando para llegar un score final que los dejó a un punto de diferencia con los vigentes campeones del mundo.
Mateo Carreras apoyó el primer try de Los Pumas, pero a Santiago se le fue ancha la conversión. De todas formas el 22-14 contagió lo suficiente para empujar a Sudafrica cerca de su línea de fondo. Gonzalo Bertranou apoyó el segundo try argentino y esta vez el apertura no falló con los pies para dejar en la última acción un ajustado 22-21 final.
Los Pumas y Springboks se verán las caras nuevamente en una semana, cuando la selección argentina se despida de su público en la cancha de Vélez, para luego encaramarse en la última prueba en Madrid ante España a fines de agosto y, finalmente, encarar el Mundial de Francia.
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