“¡¿Cómo que Messi no va ni al banco?!”. Mitad asombro, mitad desilusión fue lo que gobernó a la gran mayoría de hinchas en el repleto estadio DRV PNK cuando se confirmó la formación titular y los suplentes del Inter Miami para la final de la US Open Cup ante Houston Dynamo, que se impuso por 2-1 y se quedó con el título.
Había pasado la importante tormenta que puso en duda por momentos el inicio del partido. Eso fue lo primero que amenazó con hacer caer la esperanza de ver aunque sea un ratito al mejor del mundo. Sin embargo, con los nubarrones disipados, la decisión de Gerardo Martino en conjunto con el astro argentino terminó de sepultar la enorme expectativa.
¿Qué pasó con Leo? ¿Por qué se definió que ni siquiera estuviera entre los relevos para sumar algunos minutos en el complemento? Messi no llegó al ciento por ciento. Físicamente arrastra una molestia en la cara posterior de su pierna derecha. Esto lo tiene a maltraer desde el segundo tiempo contra Ecuador, en el triunfo de la Selección Argentina con gol suyo en la primera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas en Buenos Aires.
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— Inter Miami CF (@InterMiamiCF) September 27, 2023
Por eso, después de marcar el golazo de tiro libre en el Monumental con el que la Scaloneta ganó 1-0 aquella noche, Messi pidió el cambio sobre el final. Por eso, más allá de haber viajado con el plantel, no fue ni al banco en La Paz en la goleada 3-0 contra Bolivia. Y, por eso, debió salir sorpresivamente a los 37 minutos del primer tiempo del encuentro entre Inter Miami y Toronto FC por la MLS, una semana atrás.
El Tata Martino había avisado que lo iban a esperar hasta el mismo día de la final. Y eso fue lo que sucedió. Pero La Pulga no se siente a tope y, si bien no presenta lesión, se trata de la cicatriz de una vieja lesión que si se sobreexige puede desembocar en una ruptura fibrilar.
Leo arribó junto a su familia al estadio vestido con jean y camisa negra. Y vivió el encuentro sentado en el palco donde desde el primer día se ubican Antonela, sus hijos y otros invitados especiales. Desde allí miró atentamente las acciones del juego y vivió los goles del equipo rival en el primer tiempo con gesto adusto.
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