Desde la comuna explicaron que Bomberos le exige al propietario una instalación bien hecha para poder conectar el servicio sin que sea un peligro para las miles de personas que asisten a la fiesta.
La fiesta chica de Sumalao será el domingo que viene y la fiesta grande el próximo. Como todo el mundo sabe, a la misma asisten decenas de miles de fieles del Cristo al que se le atribuyen leyendas increíbles y curaciones milagrosas.
Como es sabido también, centenares de comerciantes aprovechan los días de mayor afluencia de gente para vender sus productos en la famosa «feria de Sumalao», remembranza del colonial mercado de mulas que existía en la zona hace siglos y era conocido en todo el virreinato.
También recrudecen año a año, al acercarse la fiesta, las críticas de los feriantes por problemas derivados de la falta de infraestructura, porque todo tiene lugar en una finca alejada de los pueblos de la zona, que está enclavada entre La Merced, jurisdicción a la cual pertenece, el río Rosario y la localidad de El Carril.
Pero este año los reclamos están más firmes que nunca y se deben a la falta de energía eléctrica para mantener frescos los productos comestibles que ponen a la venta.
Sara González, que dijo ser feriante desde hace 25 años y Martín Salas, quien dijo asistir a la fiesta hace unos 40, para vender comidas típicas, acusaron a la familia propietaria de la finca donde se encuentra el templo de no querer ponerles este año la energía eléctrica.
«Todos los años esta familia hacía un convenio con Edesa y tendía cables en todo el predio para darnos la luz. Imagínese que sin este servicio básico corremos el riesgo de intoxicar a los miles de fieles que compran un plato de comida para poder aguantar las extensas jornadas de la fiesta», dijo González, molesta.
Y aclaró que «como todos los años, los propietarios nos alquilan el piso por lo que este año tenemos que pagar $400 el metro. Y aparte nos hacían pagar la energía eléctrica, de acuerdo a lo que les facturaba la empresa. Pero este año nos dijeron que nos tendremos que arreglar con grupos electrógenos».
Martín Salas acotó por su parte que «es la primera vez en cuatro décadas que nos pasa esto. La Municipalidad tendría que intervenir para que los dueños de la finca nos solucionen el problema».
Descargo de la comuna
Consultado sobre los reclamos, el intendente de La Merced, Juan Ángel Pérez, explicó que la comuna no puede obligar a los finqueros a poner un servicio con el que no cuenta. «Esta familia arrienda la finca a los comerciantes por metro y a la comuna las playas para los colectivos y los automóviles. Nosotros nos hacemos cargo de iluminar la parte que arrendamos para playas de estacionamiento, pero no podemos obligar a los propietarios del predio a que hagan lo mismo con los comerciantes».
Y agregó que «recuerdo que en una de las reuniones que todos los años se hacen para organizar la fiesta, en la que yo estaba presente, un representante de los bomberos de la provincia le advirtió al finquero que este año no le iban a aprobar las conexiones precarias, con cables tendidos bajo tierra y que tendría que poner postes, como hace la Municipalidad, a lo que el finquero se negó».
Servicios que se brindan
Más adelante el intendente enumeró todos los servicios de los que se hace cargo y dijo: «Nosotros tenemos que regar las dos rutas para que el tránsito no sea un caos. Una que va desde la ruta 68 y la otra que va desde San Agustín. También pagamos lo que los finqueros quiera cobrarnos por el arriendo de las dos playas de estacionamiento. Por otra parte pagamos la colocación de postes y el tendido de los cables para esas playas. Y, finalmente, una vez que pasa la fiesta, nos tenemos que hacer cargo de la limpieza de la finca porque así lo exige el propietario».
«Los comerciantes se quejan de que se les cobra $5 para entrar al baño, pero les hemos puestos duchas y un termotanque nuevo para que tengan agua caliente. Además hay dos camiones atmosféricos trabajando todo el tiempo y eso cuesta. Y se les cobra una tasa de actividades varias, como en cualquier lugar del mundo. También tenemos que cobrar el estacionamiento de vehículos, que es lo mínimo que podemos hacer para no perder tanto dinero. Porque a la Iglesia le interesa que la feria se mantenga», concluyó Pérez.
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