En algunas localidades alcanzó para apagar completamente el fuego. El agua que cayó fue de mediana intensidad.
Las tan esperadas lluvias llegaron en la tarde de este jueves a algunos sectores de Corrientes y se convirtieron en los principales aliados de brigadistas y bomberos para sofocar los incendios que arrasaron buena parte de la provincia de Corrientes.
En Perugorría, los tres focos fueron totalmente apagados por un chaparrón que comenzó a caer cerca de las 15.00. Los equipos que trabajaban en ese lugar explotaron de júbilo cuando las primeras gotas empezaron a impactar sobre sus pesados trajes.
El jefe del cuartel de bomberos voluntarios de esa localidad, Ricardo Lemos sostuvo que “cayeron unos 30 milímetros, suficientes para extinguir las llamas. Por suerte vino la lluvia porque nuestra gente está exhausta. Hace dos meses que trabajamos sin descanso, con salidas de cinco o seis horas a cada incendio”, dijo Ricardo Lemos, quien está al frente del cuartel desde hace casi tres décadas.
“Nunca vi algo parecido a esto. El esfuerzo físico que nos demandó esta tragedia es imposible de explicar”, agregó, emocionado. “Mis hombres ya están todos de regreso en el cuartel, todos muy contentos con esta lluvia, que nos traerá unos días de alivio y nos va a permitir dormir sin sobresaltos”, agregó.
Paso de los Libres, Mercedes, Ituzaingó, Tabay, Santo Tomé, Empedrado, Villa Olivari, son otras localidades donde comenzó a llover a media tarde. La lluvia llegó un poco más tarde a las localidades que están recostadas sobre la ruta nacional 118 y que fueron las más castigadas por los incendios.
Desde el cuartel de bomberos de Loreto confirmaron que en toda la zona llovía con mediana intensidad desde media tarde y en forma ininterrumpida. “Después de tres meses volvimos a tener lluvias”, dijo el encargado de la guardia.
Los incendios en Corrientes se intensificaron desde mediados del mes de enero. Según un relevamiento de la estación El Sombrero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, hasta el pasado 16 de febrero se habían consumido más de 780.000 hectáreas de campos, bosques nativos, forestaciones, esteros y bañados, generando millonarias pérdidas económicas y un duro golpe para la flora y fauna de los Esteros del Iberá.
Las lluvias no sólo ayudaron a sofocar buena parte de los focos de incendios, sino que permitirá una recuperación más rápida de los campos de pastoreo del ganado. Eso en la medida que las precipitaciones se mantengan al menos durante la noche y el viernes.
Corrientes y Misiones sufren un déficit de lluvias desde hace más de dos años. Según el INTA de Corrientes, entre enero de 2020 y febrero de 2022 dejaron de llover 1.060 milímetros en la región. Esa cifra equivale casi al promedio histórico de precipitaciones para la zona.
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