En el inicio del segundo tiempo, el lateral colombiano le fue con todo al rosarino que terminó jugando con la media ensangrentada.
La imagen recorrió el mundo y alarmó a la mayoría. El tobillo izquierdo ensangrentado de Lionel Messi impactó a todos en medio de la semifinal con Colombia en Brasilia y le dio un tinte de épica al triunfo obtenido finalmente en la definición por penales con un Emiliano Martínez magnífico. La dura plancha que le dio sin piedad Frank Fabra, que había entrado en el segundo tiempo, le fue directo a su pie mágico. Y el corazón de los argentinos, y también de los barcelonistas que esperan que renueve su contrato, se paralizó por unos instantes. A partir de allí se notó alguna merma en su rendimiento, pero igual se las rebuscó para estrellar un tiro en el palo. ¿Cómo terminó el partido y como está el capitán argentino de ese golpazo que le dejó una marca roja en su media?
Lo primero que hay que decir es que no tiene lesión alguna. Para su fortuna y la de la Selección solamente se trató del impacto, duro, de un tremendo patadón que le dolió hasta el alma. Lo increíble fue que el árbitro Jesús Valenzuela no consideró esa violenta acción ni siquiera infracción y mucho menos amonestó al lateral colombiano, que encima debió haber sido expulsado ya que a la siguiente jugada sí vio la tarjeta amarilla por otra infracción sobre Leo en la mitad de la cancha.
«Le duele un poco todavía, pero nada grave. Está bien», aportaron tranquilidad desde su círculo estrecho a Clarín. «No hay que alarmarse», cuenta otra voz desde el búnker albiceleste en Brasil. La poca sangre que le tiñó la media y que entregó esa escena de Messi corriendo en modo Maradona versión 1990 fue producto del raspón que acompañó la patada rival. Los tapones rasparon el tobillo y le dejaron una marquita de recuerdo. Por suerte, nada más -y nada menos- que eso.
La semifinal la terminó con la zona algo inflamada, algo normal para semejante infracción recibida. Hielo y más hielo para aliviar la zona y a pensar en la final del sábado con el Brasil de Neymar en el Maracaná, allí donde en 2014 La Pulga y compañía vieron pasar la Copa del Mundo por al lado. Ganarle la Copa América a la imbatible Verdeamarela en su suelo no reemplazará a un Mundial de ningún modo, pero sería una hermosa satisfacción.
El entrenamiento de este miércoles en la capital del país vecino fue bien liviano para aquellos que jugaron en la noche del martes en el Mané Garrincha. Por eso, Messi hizo algunos movimientos regenerativos en el gimnasio, al igual que sus compañeros titulares y los que entraron más minutos en el complemento.
Por la tarde, la delegación partió en vuelo charter rumbo a Río de Janeiro, la ciudad de la gran final. Este jueves ya habrá práctica allí pensando en el clásico sudamericano que definirá el título. Apenas dos ensayos tendrá Lionel Scaloni para definir la formación. Lo bueno es que no cuenta con suspendidos y podrá tener a todos. ¿Volverá a hacer cambios?
Hasta ahora, el DT jamás repitió la alineación de una presentación a otra. Un interrogante otra vez estará en el estado de Cristian Romero, que se perdió los cuartos y la semi por una pequeña distensión en la rodilla derecha. Será muy difícil que pueda llegar al ciento por ciento y por ello resultaría extraño que Scaloni decida incluirlo teniendo en cuenta los riesgos para el físico del jugador (Atalanta presiona para que lo cuiden) y también para no dar ventaja ante los habilidosos delanteros brasileños.
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