«Eso fue Sergio Massa«. Así, con nombre y apellido, señalan al ex ministro de Economía por la venta bonos que hizo el Banco Macro hace unos 10 días y que, en la mirada del Gobierno, provocó el último cimbronazo (aún con efectos colaterales) con el dólar.
Es el análisis político de una operación financiera con nombres extraños para el público común. Lo que hizo la entidad que conduce la familia Brito, de histórica relación con Massa, fue ejecutar el seguro conocido como «put», que le permite vender bonos y que el Banco Central se los deba pagar de inmediato emitiendo los pesos necesarios. Si esos pesos se van al dólar, presionan sobre el precio de la divisa.
Se calcula que el Macro tiene (tenía) un 10% del total de bonos con «puts», equivalentes a 16 billones de pesos, poco más de 16.000 millones de dólares a la cotización oficial. «Si los bancos ejecutan los ‘puts’ todos juntos, el dólar se iría a 4.000 pesos», estimó una altísima fuente del Gobierno ante la consulta de Clarín.
En el Macro, previsiblemente, niegan cualquier intento de desestabilización y hablan de una oportunidad financiera totalmente legal antes de que esos bonos vean caer su precio: están atados al CER, que se rige por una inflación que tiende a la baja.
El presidente Javier Milei fue durísimo este miércoles en una exposición pública y habló directamente de una acción «golpista», sin mencionar a la entidad. Pero este jueves fue el ministro de Economía, Luis Caputo, quién sí lo hizo. En un tono claramente más bajo. Aseguró que se trató de una operación legal, pero reclamó que el banco tendría que haberle avisado al Gobierno. Y evitó hablar de teorías conspirativas. Dato: como ministro, Caputo también usó los «puts» como un atractivo para colocar bonos.
En cuanto a Massa, la semana anterior había sido el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien lo había acusado de querer desestabilizar al Gobierno.
Los «puts» y la salida del cepo
Milei y sus principales voceros suelen explicar que antes de levantar el cepo (como reclaman cerealeras y fondos de inversión, entre otros), deben resolver el tema de los «puts» para evitar que se esos pesos se vayan al dólar. «La alternativa es darles otros bonos a los bancos», amplía una fuente a este diario y remarca: «Resolver eso es más importante incluso que bajar la inflación para levantar el cepo».
Se refieren al objetivo también blanqueado por el Gobierno de que la suba de precios mensual coincida con el 2% de devaluación fijada para el dólar oficial. Todavía falta para ese objetivo. Si bien Caputo adelantó este jueves que la cifra de junio daría por debajo del 5%, podría estar por encima del 4,2% de mayo.
«Es probable que julio también dé para arriba y seguramente en agosto volverá la senda de la baja», estimaban este miércoles en la Rosada. «Pensando a futuro, ese 2% sigue siendo alto, anualizado te da arriba del 30%. Pero venimos de números mucho más altos», completaban.
Massa: yo no fui
¿Y qué dice Massa a todo esto? En público, nada. Mantiene el perfil bajo que decidió tomar luego de la durísima derrota contra Milei y prevé una reaparición en el corto plazo para presentar un libro.
En su entorno, de todos modos, dan algunas de las respuestas que manda por privado: «La gente espera resultados y como el Gobierno no los tiene, arman estas teorías conspirativas sin sentido. Además, si yo no pude bajar el dólar cuando era ministro, ¿lo voy a poder subir ahora desde afuera?».
También intenta despegarse de una relación de hace décadas con la familia Brito y el Macro. Difícil no vincularlos. El banco hizo excelentes negocios con la ANSeS cuando un joven Massa estaba cargo de la entidad hace más de 20 años. Y Jorge Brito hijo, quien quedó como cara visible del grupo tras la muerte de su padre y es conocido también por su rol como presidente de River, apoyó fuertemente la candidatura presidencial del ex ministro el año pasado.
Incluso el club Tigre, que conduce Massa sin cargo formal, tiene hace tiempo la propaganda del banco en su camiseta. ¿Todo tiene que ver con todo?
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