Vecinos de Los Blancos y puestos cercanos la están pasando mal.En Rivadavia y La Unión las rutas están intransitables.
Una tormenta de más de 150 milímetros registrada entre el lunes y el martes dejó a decenas de familias de Los Blancos y parajes cercanos completamente aislados y en muchos de los casos con parte de sus viviendas derrumbadas porque las añejas paredes de adobe no resistieron el embate de la tormenta, según publicó El Tribuno.
Lo más grave del caso es que en lugares como El Ciénego y Pozo Largo, en El Espinillo y otros lugares ya más cercanos de Fortín Belgrano, todos en jurisdicción de Rivadavia Banda Norte, casi ya en el límite con Formosa, hay gente completamente aislada y de la que no se sabe nada.
Los puestos inundados
«Ayer (por el martes) amanecieron bajo del agua dos parajes ubicados al norte de los Blancos, como son El Ciénego y Pozo Largo», informó una maestra de la zona.
La docente agregó que por increíble que parezca, «la noticia tuvo que difundirse por las radios para que los empleados de la Delegación Municipal de Los Blancos tomen cartas en el asunto, lo que hicieron a instancias de un oficial de la Policía que los conminó a poner un tractor en movimiento y salir a prestar ayuda a los puestos que resultaron anegados.
«Todavía hay una familia en el paraje El Ciénego que está aislada. Pero una señora solidaria de Los Blancos y una concejala de Morillo andan movilizando gente para ayudar. Es más, ayer la policía actuó de oficio y junto con los vecinos llevaron cosas para ayudar a los damnificados», concluyó la mujer, que pidió reserva de su nombre.
Rebeca Soraire, otra vecina, trabaja con Fundapaz y la Fundación Gran Chaco. La señora explicó que su trabajo es brindar apoyo técnico a las familias rurales.
Rescate a los niños
Así fue su relato: «Antenoche cayeron unos 160 milímetros de agua, lo que provocó el derrumbe de una casa en El Ciénego. La comuna envió apoyo con algunas cosas y gracias a Dios pudimos sacar a los niños. Pero hay otro paraje que está a 17 kilómetros al que no se puede llegar por vía terrestre. Algunas personas que pudieron salir caminaron 4 horas para poder llegar al pueblo».
«Ahora (por ayer a la mañana) han enviado el tractor de la Municipalidad, pero no sabemos si podrá llegar. Y en un puesto llamado Palo Santo también se cayeron algunas casas y hay familias refugiadas en la escuela», agregó la mujer.
Soraire hizo hincapié, por otra parte, en la gravísima situación que estarían pasando algunas familias de fortín Belgrano y parajes cercanos, porque les llegaron noticias de que también se cayeron paredes y es imposible llegar hasta ahí por vía terrestre.
Respecto de si habían recibido ayuda de la Provincia, Soraire explicó que llamaron de manera insistente a Defensa Civil pero les explicaron que toda la ayuda estaba siendo direccionada a Apolinario Saravia, donde ayer había todavía 400 evacuados. (Ver aparte).
«Por eso hemos solicitado también a la Provincia que envíen técnicos a hacer un relevamiento aéreo, dado que por vía terrestre es imposible llegar a numerosos parajes de toda la zona, que ha sido muy afectada por la última tormenta», informó Soraire.
Ninguna comunicación
«Nosotros nos alarmamos cuando no podemos recibir información de la gente de esos parajes, porque eso significa que están pasando algún problema grande. Y es lo que está pasando ahora con vecinos de toda la zona de Fortín Belgrano», agregó la mujer trabajadora social.
Desde la comuna de Morillo se informó que están tratando de llegar con ayuda a la gente afectada de los distintos parajes donde la tormenta castigó con más fuerza.
«Se han enviado chapas, plásticos, frazadas, agua y víveres a las familias. Pero es verdad que dependemos de la ayuda que pueda mandar la Provincia, porque la existencia en el municipio es muy escasa.
Rivadavia y La Unión, prácticamente aisladas desde el lunes
Rutas y calles son lodazales intransitables y el colectivo llega con 5 horas de atraso.
En la Banda Sur del departamento Rivadavia el panorama luego de la última tormenta no es mucho mejor.
Las rutas y las calles se volvieron intransitables y los colectivos desde Pichanal comenzaron a salir recién ayer, pero estimaban los lugareños que llegarían a Rivadavia con al menos 5 horas de retraso.
“No hay evacuados ni tampoco sabemos de casas inundadas, pero los caminos, calles y rutas están imposibles”, dijo la profesora Jakeline Oliva.
La docente agregó, por otra parte, que el lunes los establecimientos educativos tuvieron que suspender las clases por la cantidad de barro que había en las calles y caminos. Pero también había temor de los directivos porque la tormenta abría las zanjas de las cloacas, que son muy hondas para los chicos, y al estar llenas de barro se convierten en una trampa mortal.
Sigue la emergencia en Anta
Mientras el agua baja despacio en Apolinario Saravia, algunos pocos vecinos se animaron a volver a sus domicilios pero solo para comprobar que siguen llenos de agua y barro y sus bienes quedaron inutilizados en muchos casos.
Claro, la gente tiene temor de los ladrones y aprovechados que nunca faltan y en la oscuridad de la noche medran para hacerse con algún bien.
El intendente local, Marcelo Moisés, explicó que están haciendo, junto a su equipo de gente, todo lo posible para llevar la asistencia recibida de parte de la Provincia hasta el último de los damnificados.
También indicó que están haciendo lo posible para que la gente pueda volver a sus casas, de manera de poder reanudar las clases en las dos escuelas improvisadas como refugios para los evacuados.
“Desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación están enviando alimentos desde un centro de distribución que tienen en Tucumán y nos informaron que llegará también un camión lleno de elementos que partió el miércoles desde Buenos Aires”.
Por otra parte, el jefe comunal aclaró que “a todas las ayudas privadas que lleguen al pueblo las van a recibir el cura junto con al pastor evangélico, para que la gente se quede tranquila de que el reparto se hará de manera transparente y equitativa”.
Para concluir, Moisés recordó que “el problema cuando ocurre este tipo de eventos con evacuados o inundados, es que con el correr de los días comienzan a aflorar cuestiones psicológicas y emocionales entre la gente y eso también hay que atender”.
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