En el Bicentenario, superó por 5 a 0 a Nueva Zelanda y se metió en octavos de final como primero de su zona: su próximo rival será el tercero del C, D o E.
La lógica se dio en la tarde de San Juan y no hubo equivalencias: Argentina se floreó y goleó 5-0 a Nueva Zelanda para terminar con puntaje ideal en el Grupo A y avanzar a octavos de final del Mundial. Ahora, el próximo miércoles desde las 18 chocará contra el tercero del Grupo C/D/E en esta misma provincia.
El duelo le sirvió al entrenador Javier Mascherano para darles descanso a algunos de los futbolistas que habían disputados los dos primeros partidos y al público para descubrir a otros jugadores, los que menos rodaje venían acumulando. O más exacto: para conocerlos un poco más.
Tal vez, Luka Romero sea el que más expectativas provoca en los miles de adolescentes que están colmando las canchas cada vez que juega la Selección. El talentoso zurdo de Lazio de Italia suele ser uno de los números más altos en los aplausómetro cuando la voz del estadio anuncia a los titulares. Y anoche evidenció por qué hay tantas ilusiones para con él: jugó un partidazo. Masche optó por meterlo de interior por izquierda, tal como lo viene haciendo en este torneo, y no como extremo, la posición en la que debutó en Mallorca hace un par de años. Desde ese sector de la cancha comandó a pura aceleración la mayoría de los ataques del elenco nacional. Es un mediocampista que pisa el área, además: en 15 minutos ya había rematado tres veces desde el punto del penal.
El gol que hizo quedará en la memoria de los casi 30 mil que estuvieron en el Bicentenario. Es odioso, injusto y peligroso comparar a Romero con Messi. Pero ese golazo que marcó ante los oceánicos no ayuda en mucho. Y las similitudes no son por ese zurdazo potente que se clavó en el ángulo, sino en la manera en que aguantó la pelota en el inicio de la acción. En un gol que le hizo Messi a Zaragoza en 2010 se puede encontrar el parentesco. ¿Cuestiones por mejorar? Algunas, claro. Al cabo se escribe de un chico de 18 años. Por momentos, traslada demasiado la pelota.
Otro de los interesantes para analizar es Federico Redondo, el hijo de Fernando. Tiene una elegancia distinta al papá el actual jugador de Argentinos, pero también es vistoso. Le gusta jugar solo en el medio y no compartir con nadie su pedazo de cancha. Juega a un toque, como mucho dos, y siempre está bien parado. Parece un mediocentro español, del estilo de Busquets y Rodri. Y juega sacudiendo la cabeza de lado a lado, mirando cómo y dónde están parados cada uno de sus compañeros. Habría que verlo ante un rival más potente, que no le regale tantas libertades para manejar la pelota.
El tercero de la lista de los destacados fue Gino Infantino, el volante de Rosario Central que ya juega como un hombre grande. Inició como interior por la derecha y jugó todos los minutos con seriedad y compromiso. Marcó un lindo gol -en pared con Romero- incluso apareciendo por el sector opuesto. Tiene una buena zurda, un fuerte físico y buena lectura de juego. No en vano era la debilidad de Carlos Tevez.
El asterisco hay que hacerlo con Brian Aguirre, el delantero de Newell’s que tiene más gambeta que Garrincha. Es sorprendente la facilidad que tiene para sacarse rivales de encima. Además, es vertical al extremo: encara en todas. El primer gol argentino llegó tras un desborde suyo y un cabezazo de Ignacio Maestro Puch. Pero en reiteradas ocasiones abusó de la individual, ya sea encarando o rematando al arco cuando tenía pase sencillo. Algo más: se animó a tirar un córner olímpico a poco de arrancando el primer tiempo. Convendría mostrarle a este enorme proyecto de futbolistas (que tiene algunas cositas de Alejando Garnacho, el que no pudo venir) cuándo fue que Messi decidió buscar un olímpico vestido con la camiseta celeste y blanca. En el segundo tiempo pudo marcar su gol de penal y siguió gambeteando a todos los que se le pusieron en el camino.
Y un párrafo especial merece Mascherano. En este Mundial se está viendo un gran trabajo de Masche. Emuló a Guardiola y jugó con Ignacio Miramón de lateral para defender y de volante para atacar. Si bien el futbolista de Gimnasia no estuvo fino, la intención fue buena. Y denota planificación y ensayo.
Los chicos del Sub-20 se divirtieron a lo grande en San Juan. Ya sobre el final, Alejo Véliz marcó el 5-0 de cabeza para que la jornada fuera una fiesta completa.
Agregue un Comentario