Economía y Negocios

En el 2025La reversión del Gasoducto Norte permitirá dejar de importar gas con un ahorro cercano a los 2 mil millones de dólares

Permitirá que el gas producido en Vaca Muerta llegue a las provincias del norte argentino, para abastecer a hogares e industrias y permitir el desarrollo a escala de nuevas actividades como la minería de litio.

El jueves 10 de octubre quedó inaugurado el proyecto de reversión del Gasoducto Norte, una obra financiada con una inversión total de u$s740 millones.

De esa cifra, u$s540 millones provinieron de un crédito otorgado por el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF). Según indicaron fuentes privadas vinculadas a la planificación y construcción de las obras con esta iniciativa a partir de 2024 y fundamentalmente en 2025, la Argentina se ahorrará entre u$s1.500 millones y u$s1.960 millones al año por la sustitución de importaciones de gas y combustibles líquidos (gasoil y fuell oil).

Esta obra, que cambia el sentido del flujo del gas en el ducto que anteriormente importaba gas de Bolivia, permitirá que el gas producido en Vaca Muerta llegue a las provincias del norte argentino, para abastecer a hogares e industrias y permitir el desarrollo a escala de nuevas actividades como la minería de litio. El proyecto implicó el desarrollo de 122 kilómetros de gasoducto, más 62 kilómetros de loops al Gasoducto Norte a la altura de Ferreyra y la ciudad de Córdoba, y el cambio de sentido de 4 plantas compresoras en Córdoba, Santiago del Estero y Salta.

La obra posibilitará el transporte en sentido inverso del «Sistema Norte» de hasta 19 MMm3/d, lo que permitirá la bidireccionalidad del flujo de gas, aportando versatilidad y garantizando el abastecimiento en la dirección en la que sea requerida.

Consumo en el norte

Esos 19 millones equivalen a la cantidad de gas que consumen las provincias del norte en invierno. De esta manera los usuarios residenciales, las estaciones de servicio de GNC y las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy podrán abastecerse con gas de producción local.

A medida que se expandan las redes de gasoductos, los volúmenes de suministro de gas local seguirán creciendo. Hasta el momento, la reversión del Gasoducto Norte es la única obra pública nacional licitada por el gobierno de Javier Milei. Su posibilidad de concreción se debió al desembolso de fondos del organismo financiero internacional, que prioriza el desarrollo de infraestructura para el sustento energético de la región.

Bajo la supervisión de la compañía estatal Enarsa (Energía Argentina S.A.), las obras fueron encomendadas por la Unión Transitoria de Empresas (UTE), una sociedad conformada por Techint y Sacde, que ganó la licitación de la reversión del Gasoducto Norte con el antecedente de haber concretado el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner.

El impacto económico

Con la reversión del Gasoducto Norte, Argentina dejó de importar gas desde Bolivia desde septiembre, marcando el fin de una relación comercial que se inició en la década de 1970 y se profundizó en los últimos 20 años. El actual contrato, firmado en 2006, estaba previsto que terminara en 2026. El precio promedio anual del gas producido en Argentina es de 3,5 dólares por millón de BTU (British Thermal Units), llegando incluso a bajar a 2 dólares en los meses de verano. En contraste, la importación de gas desde Bolivia costaba alrededor de 11,8 dólares por millón de BTU, mientras que las compras de gas natural licuado (GNL) tenían un valor promedio de 11,1 dólares.

Este año, el precio promedio del gas en Argentina ha sido de 4,77 dólares, con el 90% de este abastecimiento proveniente de la producción local. Para 2025, se espera que la reducción de las importaciones, especialmente tras eliminar las compras a Bolivia y mantener el nivel actual de importación de GNL, reduzca el precio promedio del gas a 4,10 dólares por millón de BTU, una disminución del 14% respecto al costo actual.

La producción nacional de gas ha alcanzado cifras récord, con un pico de 153 millones de metros cúbicos diarios en agosto, el nivel más alto en los últimos 21 años. De este total, el 65% proviene de la producción no convencional de Vaca Muerta, gracias al avance de la tecnología de fractura hidráulica (fracking), que ha permitido la explotación de esta formación geológica. Después de dos décadas de dependencia energética, Argentina está en camino de lograr un cambio significativo en su matriz energética.

Fuente: El Tribuno

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