Por la denuncia de las monjas carmelitas descalzas por violencia de género. La entrevista había sido suspendida.
El arzobispo Mario Antonio Cargnello se presentó a la entrevista psicológica que requirió la Justicia a raíz de la denuncia por violencia de género que asentaron las monjas de la congregación Carmelitas Descalzas.
La primera cita estaba pautada para el 3 de mayo, pero fue suspendida porque el monseñor concurrió a la Conferencia Episcopal.
En base a la entrevista psicológica, explicó la defensa de Cargnello, la Oficina de Violencia Intrafamiliar (OVIF) elaborará un informe que será remitido al Juzgado de Violencia Familiar y de Género 3, a cargo de María Carolina Cáceres Moreno.
La jueza ordenó la pericia psicológica para el arzobispo pero también para los otros dos sacerdotes denunciados, Lucio Ajalla, vicario colaborador de la Catedral Basílica, y Martín de Elizalde, obispo emérito de 9 de julio, en la provincia de Buenos Aires.
Los tres curas fueron denunciados por dos monjas de la Congregación, una de ellas priora interina, ya que la superiora de la Congregación falleció en el 2020, durante el pico de la pandemia. La denuncia incluye acusaciones de violencia física por un episodio que, según la denuncia de las religiosas, se habría dado durante el velorio de «la hermana» superiora. Ambos relatos coinciden en que el hecho se desencadenó por una imagen de la Virgen del Cerro que encabezaba el féretro y que Cargnello habría pedido retirar. Posteriormente, se produjo un intercambio de palabras que fue grabado por una religiosa, filmaciones por las cuales el arzobispo se molestó y se habría producido un forcejeo que, indican las religiosas, incluyeron golpes.
La inédita denuncia es también por violencia psicológica y económica. Sobre este punto, Eduardo Romani, abogado defensor de Cargnello, indicó que se sumó «documentación al expediente entendiendo que hay un tema económico y se corrieron vista a los fiscales».
En cuanto a cómo influirá en el proceso el informe psicológico, Romani señaló que «con eso, lo único que puede hacer la jueza es mantener la restricción de acercamiento que rige actualmente o archivarla». «Son juzgados cautelares, y nada más, la finalidad es aplicar medidas cautelares», aseveró.
A raíz de la denuncia que tuvo alcance internacional, la semana pasada hubo un abrazo al convento San Bernardo de parte de mujeres de organizaciones de derechos humanos y feministas. Mediante carteles que decían: «Hermana yo sí te creo», apoyaron la denuncia de las religiosas.
Si bien la denuncia en la Justicia ordinaria es reciente, los hechos fueron acusados hace dos años en el fuero canónico. En ese proceso las religiosas tuvieron sentencia desfavorable, desde Roma evitaron referirse a la denuncia por violencia de género, pero sí ordenaron que dejaran de lado cualquier actividad relacionada a la Virgen del Cerro.
«Monjas de la Virgen»
La denuncia por violencia de género de las Carmelitas Descalzas develó las internas entre las religiosas y la máxima autoridad local de la Iglesia que con la acusación llegó a su punto álgido.
El cura de San Lorenzo, Oscar Ossola, durante su misa del lunes aseveró que la tensión entre el arzobispo Cargnello y las monjas se inició cuando ellas le pidieron a Cargnello dejar de ser carmelitas para pasar a ser «las primeras monjas de la Virgen del Cerro». Esto, indicó el cura, a raíz de una visión de María Livia. En cuanto a la situación de Cargnello contó que «está hecho pomada» por las acusaciones.
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