Lo aseguró el fiscal de la causa, quien comparó el caso con el de Lucio Dupuy. La chica fue dada de alta tras pasar meses en terapia intensiva.
La nena de cuatro años que era maltratada por su madre y la pareja de ésta en Tartagal, contó en Cámara Gesell los golpes que recibía. La menor dijo que le habían pegado con un palo, la habían agarrado del cuello y la habían pisado.
La niña, que ya fue dada de alta, había llegado al hospital con graves lesiones. Tenía un trauma en el abdomen con perforación de duodeno y complicaciones en el páncreas.
El fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, Gonzalo Vega, dijo que el relato de la niña “fue estremecedor”.
La investigación comenzó en enero, cuando la niña fue ingresada en el Hospital Público Materno Infantil de Salta. Los médicos que la atendieron detectaron que la menor presentaba signos de maltrato infantil severo y realizaron la denuncia. El relato de la madre sobre cómo se había lastimado no concordaba con las lesiones que tenía. Ella decía que la nena se había caído de una mesa.
Ahora tanto la madre como su pareja se encuentran detenidas e imputadas del delito de lesiones gravísimas.
Los testimonios de los vecinos que vieron a la niña golpeada
Los testimonios recabados durante la investigación dieron cuenta de que la menor venía siendo víctima de maltratos hace tiempo. El fiscal Vega contó que la dueña del inquilinato donde vivía la niña con su madre y la pareja de ésta en una oportunidad había visto a la nena con la clavícula quebrada y que en otro momento tenía un codo enyesado. Así también lo confirmaron otros vecinos entrevistados. Además pudo constatarse que durante el mes de diciembre de 2021, ya había ingresado al hospital de Tartagal con otras lesiones.
Los otros familiares de la nena sospechaban que algo estaba sucediendo ya que cuando la nena estaba en la casa de la abuela y la pareja de su madre la iba a buscar, ella se escondía y mostraba temor.
El fiscal recordó el caso de Lucio Dupuy por las similitudes, y consideró: “En este caso hemos tenido la suerte de que la niña se ha mantenido con vida, pero estuvo mucho tiempo internada en terapia intensiva”.
Las agresoras, de 23 y 26 años, enfrentan condenas que van desde tres a los diez años de prisión. En el caso de la madre la pena puede ser mayor por tratarse de lesiones gravísimas por el vínculo.
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