Tamara Doldán, madre de un niño, habló por primera vez luego de que la Justicia rechazara la detención del delantero. La coima de 5.000 dólares que, según ella, la mano derecha del colombiano le intentó pagar para comprar su silencio
Tamara Doldán, la mujer que denunció por abuso sexual a Sebastián Villa, delantero y astro de Boca, habló por primera vez y mostró su cara luego de un estricto silencio para protegerse. La joven recibió a Infobae este lunes por la mañana, el primer medio en dialogar con ella. Estaba en el estudio de su abogado Roberto Castillo, el hombre que impulsó su denuncia en los tribunales de Lomas de Zamora y que se convirtió en su apoyo emocional.
Las pruebas, en una minuciosa investigación a cargo de la UFI N°3 de Esteban Echeverría, a cargo de las fiscales Vanesa González y Verónica Pérez, por lo pronto, le dan la razón, o eso creen las investigadoras. Tamara, oriunda de Misiones, madre de un hijo, realizó la denuncia en la Justicia, asistió a hospitales donde se constataron sus lesiones, y enfrentó una extensa pericia psiquiátrica, donde las expertas que la analizaron coincidieron en que advertían los traumas propios de una violación. No había signos de fabulación.
Su relación con Villa, aseguraron las especialistas, estuvo marcada por la coerción, por el uso de la fuerza que ella convirtió en su propia vergüenza, entre escenas del machismo más elemental. Las fiscales creyeron en ella. Así, pidieron la detención del futbolista. La semana pasada, el juez de Garantías N°2 de Lomas de Zamora, Javier Mafucci Moore, el mismo magistrado que elevó a juicio al delantero por violencia de género contra una pareja anterior, se negó a autorizar el arresto del jugador de Boca.
Villa sigue libre. Todavía juega al fútbol. Es titular en Boca, gana copas, mete goles y los festeja. Tamara se sinceró con lo que siente al respecto:
-¿Qué sentís al verlo jugar?
-Siento dolor. Me hiere. Me lastima muchísimo. Mirá, yo era de Boca y todo mi familia era de Boca. Se festejaba mucho cuando jugaba Boca, y eso es algo que no se puede hacer más en mi familia. Es decepcionante.
-¿Te gustaría decirle algo a aquellos que toman las decisiones en Boca?
-Yo no puedo decidir. Lo único que le pido a Boca, y a todos, es un poco de empatía y de respeto. Todos tenemos el principio de inocencia, eso es verdad, ¿pero un poco de empatía no se puede? No entiendo, ¿por qué lo tienen que inflar tanto? Por lo menos, no sé, que sean un poco más empáticos.
-Se requiere mucha valentía para hacer una denuncia de este tipo, y más contra una persona que es ídolo para muchos y reconocida a nivel continental. ¿Cómo decidiste hacerla?
-Muy poquitas personas sabían lo que había pasado. Solamente, las íntimas. No lo podía hablar con cualquiera. Lo hice más por mi. Ya no podía vivir más así, con eso a cuestas. No podía más. Dudé un montón. Tuve mucho miedo. Pero me di cuenta de que, sino, voy a arrastrar eso toda mi vida.
-Tenés un hijo chiquito.
-Todo el tiempo pienso en él. Yo tengo que estar al 100 con él y, si yo no sano de eso, no voy a poder seguir con mi vida nunca. Me merezco poder hacer algo. Por eso, también hago la denuncia. Si no lo hago yo, no lo puede hacer nadie. Yo pasé Navidad encerrada y llorando. De a ratos estoy bien, de a ratos no. Esto que estoy viviendo es una vida que no es digna de tener. Nadie se merece una vida así. Hasta dormida me pasa. Me levanto a la madrugada y estoy perdida. Todo el tiempo lo recuerdo.
-¿Cómo hiciste para explicarle tras la denuncia?
-Es muy difícil porque yo no tengo fuerzas para estar con él. No puedo ser la mamá que era, alegre y creativa. Me divertía muchísimo con él, pero ahora ya no. Por eso estoy acá, porque quiero recuperar esa relación con mi hijo, con mi familia y conmigo misma. Al principio, no le contaba nada pero es muy inteligente. Él sabía que yo salía con Sebastián, entonces cuando empezó a ver la noticia me hizo preguntas. A él le gusta el futbol y es hincha de Boca. Lo único que me dice es: “No estés triste, mamá”. Y, lamentablemente, es la persona que más triste me ve. No se lo merece.
-Hay chats que constan en el expediente donde hablás con Villa luego de lo qué pasó. ¿Cómo fue esa charla?
-Ahí me manipuló a un punto donde hasta yo me sentía culpable. Sentía que todo era mi culpa. Me pidió perdón, me habló de su familia, pero esto no es contra nadie más. Es sólo contra él por lo que me hizo.
-También hay un episodio en donde relatás que alguien de su entorno, llamado Félix, te ofreció 5.000 dólares.
-El entorno de él me llenaba el celular de mensajes y llamadas, manipulándome todos. Son muchos, muchísimos y yo estaba sola. Me decían: “Ustedes se quieren”, “vos estás enamorada de él”, “no hagas nada”, “si realmente estás enamorada de él, no hagas nada”. En realidad, antes de ese ofrecimiento, algunos días después del abuso, me junté con Sebastián. No sé qué necesitaba yo para juntarme con una persona que me hizo tanto daño, pero yo necesitaba algún tipo de explicación. Mirarlo a la cara y preguntarle por qué, por qué me hizo eso. Si él mismo lo dice en los chats: ‘Tu eres buena mujer, entonces ¿por qué?’. Pero me encuentro con él porque necesitaba cerrar con su mirada y con su propia voz, escucharlo… Pero, cuando lo vi fue otra cosa.
-¿Por qué fue otra cosa?
-Se dio cuenta de que iba en serio, que no me iba a poder manipular. Sebastián actuaba como siempre, minimizando las cosas. Como que yo estaba exagerando todo el tiempo. El sabe que fue grave lo que hizo, porque todo el tiempo me pedía perdón. Ahí él llamó para decirle a su gente que me dé los 5.000 dólares. Ahí es cuando me junto con Félix, que es su mano derecha y amigo, quien me culpa a mi. Quisieron presionarme para que vaya a su médico. Me pidieron los nombres de los médicos que me había atendido en el hospital Penna. Yo tenía mucho miedo. Para mí, son como una mafia gigante. Me pone la plata en la mesa y me dice: “Firme acá Tamara y me borra todo”.
-El juez Mafucci Moore rechazó el pedido de detención que hizo la fiscal. ¿Qué pensás de eso?
-Era algo que yo sabía que iba a pasar, por eso no quise ni ver la resolución. Ya lo sabía. Yo sé contra quién estoy peleando. Sin embargo, tengo fe en la Justicia aún. Yo creo que si él fuera una persona normal, esto no pasaría. Si sacamos que es Sebastián, ¿qué pasaría? ¿Podemos verlo como normal para juzgarlo? Es más por quién es y por el patrimonio que tiene.
-¿Te gustaría decirle algo a Sebastián Villa?
-No tengo nada para decirle
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