La última semana de Silvina Luna (43) en el Hospital Italiano hizo presagiar el triste desenlace a su círculo íntimo. Un cuadro de septicemia -infección generalizada- por una bacteria que entró por el catéter agravó su ya por entonces delicadísimo estado de salud.
Según pudo saber Clarín, la modelo rosarina les hablaba a sus papás (Sergio Omar Luna y Roxana Cheri, fallecidos en 2008; él de un infarto y ella de un problema gástrico) como si aún siguieran con vida.
Su hermano Ezequiel (38) no dejó de estar nunca a su lado, aunque en estos días ella ya estaba inconsciente. Le fueron retirando gradualmente la medicación, ya que no surtía efecto.
Silvina no quería -no podía- luchar más. Su familia, aconsejada por los médicos, autorizó a que le quitaran el respirador al que estaba conectada desde hace mucho tiempo. No podían bajarle la presión alta. Su fragilidad era notoria.
Después de esta durísima -aunque irreversible- decisión, no llegó a estar una hora con vida. Su hermano le tomó la mano, devastado. Las lágrimas conmovieron a todos los enfermeros y los médicos.
Después fue una sensación de alivio, porque dejó de sufrir, pero también de bronca con el accionar del médico cirujano Aníbal Lotocki, que le inyectó una sustancia que corrió como veneno por su cuerpo, en 2011, en tres intervenciones.
Su abogado y amigo, Fernando Burlando, otro de los que estuvo con ella en sus momentos finales, se movió rápido a pesar del terrible impacto. Hizo una presentación en la Justicia con cuatro pedidos:
1-Se oficie a las autoridades del Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires para que en forma urgente arbitren los medios necesarios para la adecuada conservación del cuerpo.
2-Se disponga el secuestro de la historia clínica.
La idea de la familia, después que pasen unos días para los trámites judiciales, es que sus restos descansen en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita. Ya hubo conversaciones con la presidenta de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, que ofreció colaboración y se mostró conmovida.
Qué va a pasar con la causa contra Aníbal Lotocki
El fiscal Sandro Abraldes, quien fue el fiscal en el juicio por mala praxis a Lotocki, pidió a la Cámara Nacional de Casación que ordene la preservación del cuerpo.
Además, precisó que como resultado de la muerte de la modelo y actriz existe «una ‘situación nueva’ en la sustanciación de este proceso penal».
«Es menester recordar que dentro de las incumbencias del proceso penal se encuentra la de lograr una adecuada reparación a las víctimas por los daños ocasionados como consecuencia del hecho punible», indicó.
Abraldes agregó que «en consecuencia, se torna también imperiosa la producción de la medida de prueba requerida, dada la proyección que -desde el ámbito científico- podrían tener las conclusiones que se obtengan a partir de dicha autopsia e incluso estudios complementarios, en la salud de las otras tres personas damnificadas que existen en estas actuaciones: Gabriela Nilda Trenchi, (su ex pareja) Pamela Sosa y Stefanía Belén Xipolitaxis».
La causa 50949/2015 está caratulada como «Lotocki, Aníbal Rubén por lesiones graves en concurso real con estafa, lesiones graves y lesiones graves reiteradas en dos oportunidades, delitos que concurren en forma real entre sí».
Burlando también dijo lo suyo. «Esto no terminó. Mariano Caprarola murió por lo que le hizo Lotocki. Ahora Silvina Luna también. Hay que bregar por la salud de las otras víctimas, y las que andan por la calle y que todavía ni sabemos», sostuvo.
La ex Gran Hermano, fanática de Rosario Central, se encontraba internada desde el 13 de junio en el Hospital Italiano de Buenos Aires, a causa de una hipercalcemia que le produjo una insuficiencia renal, originada en las cirugías estéticas que Lotocki le realizó en 2011.
El 10 de agosto la reingresaron a una sala de terapia intensiva, por un cuadro de encefalopatía de origen multicausal.
El juicio contra «el cirujano de las famosas»
Se trata de un compuesto plástico que puede provocar alteraciones graves, especialmente de la función renal.
Cuando el fiscal Abraldes le preguntó si sabía inglés, el doctor dijo que «no» y que tampoco le resultó «sugestivo».
Hasta ahora, Lotocki llamativamente pudo zafar. Recibió una leve condena (cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación por «lesiones leves» de cuatro pacientes, entre ellas la de Luna). Pero ya sabe que no le va a resultar fácil parar lo que se le viene en el plano judicial.
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