Previo pesaje de cada paquete, sumado al test de campo, la destrucción de la droga se concretó en las instalaciones de la localidad de Palpalá. De acuerdo a los registros, se incineró un total de 1.160 kilos, de los cuales 325 corresponden a marihuana y el resto (835) se trata de cocaína.
La cantidad de droga destruida corresponde a distintos procedimientos realizados desde julio pasado, ya sea como resultado de hechos de flagrancias como de investigaciones abiertas por las distintas áreas de trabajo de la Unidad Fiscal.
«Como en todas las otras áreas de trabajo, también se debe evolucionar en este tipo de medidas, en especial para brindar tranquilidad respecto al tóxico y no dar espacios a especulaciones o dobles lecturas, por lo que creo que de esta manera la garantías de que se está haciendo lo correcto, es mayor», sostuvo Villalba.
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