La aclaración, emitida este lunes por la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue aprobada por Francisco. Sostiene que estas bendiciones no son lícitas.
Ante una pregunta (“dubium”) el Vaticano respondió (“responsum”) que la Iglesia no puede bendecir a las parejas homosexuales porque Dios no puede bendecir el pecado. Fue una decisión anunciada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, guardiana de la ortodoxia católica, con el imprescindible consenso del Papa argentino.
El pronunciamiento con el uso de todos los mecanismos formales, naturalmente en latín, se refiere a si los religiosos católicos pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, como sucede hoy en el mundo, sobre todo en Europa del norte. Ocurre especialmente en Alemania donde está en curso un Sínodo de la Iglesia local de dos años de duración que abarca los temas más discutidos, con muchos clérigos y especialistas en posiciones avanzadas más allá de lo que el Papa está dispuesto a permitir.
El documento de la Doctrina de la Fe responde “negativamente” a la pregunta que no se sabe quién o quiénes plantearon a la Congregación.
El cardenal español Luis Ladaria, que es el Prefecto de la Doctrina de la Fe, desarrolla la negativa con una larga nota de explicaciones, que comienza con que el Papa fue informado “y dio su consentimiento a la publicación”.
Bendición ilícita
El ex Santo Oficio (y antes la Sagrada Inquisición) señala que el “responsum” “declara ilícita toda forma de bendición que tiende a reconocer su unión”.
El documento desarrolla tres órdenes de motivos. El primero esta dado por “la verdad y los valores de la bendición”. Ellas pertenecen al género sacramental, que son las acciones litúrgicas e la Iglesia. “En consecuencia una bendición sobre una relación humana exige que ella sea ordenada a recibir y expresar el bien que le viene dicho y donado.»
Segundo motivo. “La orden que rige los actos para recibir el don está dado por el diseño de Dios inscripto en la Creación y plenamente revelados por Cristo”. A esos designios divinos “no corresponden relaciones o sociedades incluso estables que implican una praxis sexual fuera del matrimonio, vale decir fuera de la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, abierta a la trasmisión de la vida”. Es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo.
El tercer motivo está dado, según la Iglesia en su decisión anunciada este lunes, del error de «asimilar las uniones de las personas del mismo sexo a las uniones matrimoniales”.
Las bendiciones de tales uniones podría constituir “una imitación o una analogía con la bendición nupcial impartida al hombre y la mujer que se unen en el sacramento del matrimonio, lo que sería erróneo y fuera de lugar”.
Por estas razones, dictamina el Vaticano, “la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita”.
La Congregación de la Doctrina de la Fe especifica que esto no perjudica “en algún modo la consideración humana y cristiana en la que la Iglesia tiene a cualquier persona”.
La respuesta al “dubium” no excluye “que sean impartidas bendiciones a personas con inclinaciones homosexuales que manifiesten su voluntad de vivir fieles a los designios revelados por Dios y a las enseñanzas eclesiales”.
La Santa Sede, aclara, no quiere que su posición sea considerada “una injusta discriminación” hacia los homosexuales. Recuerda que la comunidad cristiana y los pastores «están llamados a acoger con respeto y delicadeza a las personas con inclinaciones homosexuales.” La Iglesia, concluye “ora por ellos, los acompaña, comparte su camino de fe cristiana y ellos deben acoger con sincera disponibilidad sus enseñanzas”.
El “responsum” aclara una zona ambigua que venía produciendo crecientes polémicas y reacciones airadas de los grupos ultraconservadores.
El Papa ahora ha descargado el potencial explosivo de la bendición a las uniones homosexuales, apuntando al frente de los tradicionalistas.
Pero las polémicas continuarán por las protestas de los progresistas que sostienen que la Iglesia debe admitir las relaciones de las parejas del mismo sexo en el mundo católico. El “camino sinodal” de la Iglesia alemana producirá también algún sismo con este tema.
Agregue un Comentario