Ganó 1-0 en La Bombonera y define este jueves en el Mineirao el pase a cuartos de final. Tiene un alto porcentaje de efectividad en la historia y entre 2000 y 2008 ganó nueve mano a mano seguidos.
Boca define este jueves su continuidad en la Copa Sudamericana ante Cruzeiro. Ganó el partido de ida 1-0 en la Bombonera con un golazo del uruguayo Edinson Cavani -que se desgarró y estará ausente-, lo que significó un buen resultado pero puede ser exiguo de cara a la revancha en el Mineirao de Belo Horizonte. Sin embargo, los antecedentes le juegan a favor. Los hinchas del Xeneize saben de clasificaciones y hazañas en tierras brasileñas.
No hay equipo argentino o de otro país sudamericano que tenga tan buenas estadísticas en los mano a mano ante clubes brasileros como visitante como Boca. Definió 24 llaves por competencias sudamericana como visitante, ganó 17 y perdió 7. Entre 2000 y 2008 tuvo una seguidilla inolvidable: nueve veces seguidas festejando.
En el pasado reciente todo está parejo: de las últimas dos, ganó y perdió. La gente de Boca las tiene bien presentes, primero la clasificación por penales (4-2) ante Palmeiras, por la semifinal de la Libertadores 2023, tras el 1-1 en la Bombonera y el mismo resultado en San Pablo. Antes, en la edición de 2021, perdió por penales frente a Atlético Mineiro, en el Mineirao, tras igualar 0-0 ambos partidos.
La primera vez que tuvo que ir a definir una serie en Brasil fue en la final de la Copa Libertadores 1977, justamente ante el Cruzeiro, en el Mineirao. Como ahora, en la ida jugada en la Bombonera, Boca había ganado 1-0 con gol de Carlos ‘Toti’ Veglio. El 11 de septiembre, con un empate o un triunfo, se coronaba campeón. El técnico era Juan Carlos Lorenzo y así explicaba en Clarín cuál era la mayor preocupación: “Los primeros minutos. Son los momentos en que pueden ser sorpresivos. Hay que mantener la pelota e imponer nuestra mecánica. Que ellos hagan la nuestra. Si cazan la pelota ellos, se va a complicar”.
Boca lo tenía relativamente controlado. Estaba a 13 minutos del título. Pero hubo un tiro libre a favor de Cruzeiro y Nelinho, un especialista, convirtió desde 40 metros. La derrota (era lo mismo 0-1 o 0-5), obligó a un desempate en Montevideo, tres días después. Igualaron 0-0 en los 90 reglamentarios y en los 30 suplementarios, Boca se impuso 5-4 en la definición por penales y fue campeón.
La segunda definición también fue negativa, ante Gremio en 1988, año en que disputó la primera edición de la Supercopa, competencia que solo jugaban los ganadores de la Libertadores y que tuvo su última edición en 1997. Tras ganar 1-0 la ida con gol de Jorge Comas, perdió la revancha 2-0 y no logró pasar a cuartos de final.
La primera vez que festejó fue ante Corinthians en el Morumbí en la Libertadores de 1991. Boca ganó 3-1 la ida (Alfredo Graciani y dos de Gabriel Batistuta) y luego igualó 1-1 (Graciani). En la previa, Diego Latorre decía en Clarín: “Va a ser un partido muy duro. Los primeros quince minutos serán fundamentales. Porque si ellos llegan a hacer un gol se van a agrandar. Pero nosotros, de contragolpe, también podemos definir”. Catorce años después, Gambetita hablaba de la misma fórmula que el Toto Lorenzo.
Después, celebró dos veces más en la misma ciudad pero ante el San Pablo, primero en las semifinales de la Copa de Oro Nicolás Leoz (1-0 la ida y 1-1 la vuelta) y luego en la Supercopa 94 (2-0 la ida y 0-1 la vuelta). En tanto, en la Supercopa 96, fue eliminado por Cruzeiro, tras el 0-0 en la Bombonera, un 1-1 en el Mineirao y un emotivo 6-7 en la tanda de penales.
Hasta que llegaron los tiempos felices para el ‘Xeneize’. Fueron nueve éxitos seguidos, de los cuales en tres ganó la Copa Libertadores, dos con Carlos Bianchi (2000 y 2003) y una con Miguel Angel Russo (2007). La secuencia comenzó en las finales de la Libertadores 2000 ante Palmeiras: 2-2 en la Bombonera, 0-0 en el Morumbí y festejo en los penales.
José ‘Pepe’ Basualdo, quien había salido campeón con Vélez seis años antes en el mismo escenario, decía antes del encuentro decisivo: “Ni atacar alocadamente ni meternos atrás. Es decir, un poco de cada cosa. Aparte, se les regalás la pelota y el terreno ellos te pueden dar más de un dolor de cabeza”. Y Boca mantuvo el cero en su arco.
Al año siguiente, fue el mismo rival pero en semifinales, con empates 2-2 en ambos partidos y otra definición por penales a favor del equipo del Virrey. En la Libertadores 2003, Paysandú sorprendió en los octavos de final ganando 1-0 en la Bombonera, pero luego Boca se impuso 4-2 en Belem. En la final, ante Santos, Boca ganó 2-0 la ida y 3-1 en el Morumbí.
Tras el alejamiento de Carlos Bianchi luego de la final de la Libertadores 2004, los éxitos en Brasil continuaron. Primero en la Sudamericana 2004, ante el Inter de Porto Alegre, con un 4-2 en la Bombonera y un 0-0 en Brasil. Luego en la Recopa 2006, ante San Pablo, 2-1 de local y 2-2 en el Morumbí. Y, finalmente, la sexta Libertadores, ante Gremio, el 20 de junio de 2007, con un contundente 2-0 con los de Juan Román Riquelme, luego del 3-0 en Argentina.
Ese mismo año, en la Sudamericana, Boca eliminó en octavos de final al San Pablo, con un 2-1 en Boca con dos goles de Martín Palermo y un 0-1 en la revancha. Después, otra vez Cruzeiro en el camino, en octavos de final de la Libertadores 2008, con dos triunfos xeneizes, 2-1 en Boca (Riquelme y Jesús Dátolo) y 2-1 en el Mineirao (Palacio y Palermo).
En un escenario similar al actual, antes de la revancha en el Mineirao, el marcador central Claudio Morel Rodríguez decía: “La verdad es que la cancha es bastante grande. El secreto es jugar con el equipo bien corto, con las líneas bien juntas, no dar ventaja y no regalar terreno”. Pasa el tiempo y la fórmula del éxito sigue siendo parecida.
A partir de ahí, nueve mano a mano más, con una mínima ventaja para Boca de 5 a 4. A favor, los cuartos de final de la Libertadores 2012 ante Fluminense (1-0 y 1-1), los octavos de 2013 frente a Corinthians (1-0 y 1-1), los cuartos de 2018 ante Cruzeiro (2-0 y 1-1), la semifinal de 2018 frente a Palmeiras (2-0 y 2-2) y el último ante el ‘Verdao’, el año pasado por penales.
En la previa del último choque con Cruzeiro en el Mineirao, el 4 de octubre de 2018, el uruguayo Nahitan Nandez decía que también se necesitaba un plus: “Hay que jugar, correr y meter como en una final. No podemos estar relajados ni desconcentrados, porque es un partido en el que cada pelota puede definir mucho. Tenemos que dejar la vida en los 90 minutos”.
Mientras tanto, las cuatro en contra fueron las semifinales ante Fluminense en 2008 (2-2 y 1-3), la final frente a Corinthians en 2012 (1-1 y 0-2), la semifinal ante Santos de 2020 que se jugó en enero de 2021 (0-0 y 0-3) y los octavos de 2021 ante Mineiro por penales.
Aunque Boca tiene un balance positivo en Brasil, ante Cruzeiro definió cuatro veces en Belo Horizonte, el equipo brasileño ganó los dos primeros y el argentino los dos últimos. ¿Quién festejará esta vez?
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