El presidente ruso se juntó ayer con el líder checheno, después de que su gobierno amenazar a al abogado y activista por los derechos humanos, Abubakar Yangulbaev, y a su familia
n día antes de la reunión con el presidente Alberto Fernández, el mandatario ruso, Vladimir Putin, se juntó con al líder checheno, Ramzan Kadyrov, después de que cinco altos mandos del gobierno de Chechenia amenazaran de cortar las cabezas de la familia del abogado y activista contra la tortura, Abubakar Yangulbaev.
Las amenazas de altos funcionarios -incluido Kadrynov- a activistas opositores y medios independientes han sido frecuentes. Sin embargo, el video publicado el miércoles por la noche generó controversias y preocupación internacional por la vida del padre, Saydi Yangulbaev -un juez federal retirado-, y la hermana del activista checheno.
La familia es asediada desde el año pasado y el propio Kadyrov pidió a otros países que devuelvan a los miembros de la familia que huyó de Rusia diciendo que “protegerlos significa apoyar a los terroristas”. También amenazó públicamente a la familia Yangulbaev con “la cárcel o el entierro”.
El 23 de enero, el padre y la hermana de Yangulbaev tuvieron que salir de Rusia después de que la madre del activista, Zarema Musaeva fue detenida violentamente en el oeste del país y deportada a la fuerza a Chechenia. Musaeva será condenada al menos a diez años de prisión.
“Los perseguiremos hasta que les cortemos la cabeza y los matemos”, dijo Adam Delimkhanov, diputado del partido gobernante en la cámara baja del parlamento ruso, la Duma Estatal, en un video de Twiter. “Esto también se aplica a aquellos que traducen este video al ruso”, agregó Delimkhanov según The Moscow Times.
Además, el miércoles aparecieron videos en línea que mostraban lo que las autoridades llamaron “una manifestación de 400.000 personas” contra la familia Yangulbaev en la ciudad de Grozny, el centro administrativo de Chechenia.
Kadyrov afirmó hoy que en la reunión Putin lo “apoyó” en asuntos “espinosos” en los que necesitaban su participación, pero no especificó más. Por su parte, el secretario de prensa de Putin, Dmitri Peskov declaró con economía de palabras que Putin y el líder checheno discutieron “temas relacionados con el trabajo de las fuerzas del orden”, informó el Times de Moscú.
El conflicto
Abubakar Yangulbaev está en la mira del gobierno de Chechenia desde 2020, cuando criticó, a través del canal de Telegram 1Adat, a varios altos mandos incluido su líder, Ramzan Kadyrov, informa en un comunicado Amnistía Internacional.
A fines de diciembre de 2021, decenas de familiares que criticaron públicamente a las autoridades fueron secuestradas en Chechenia. Entre las personas detenidas había familiares del abogado Yangulbaev, dice el comunicado.
Él también fue detenido en la ciudad de Piatigorsk, pero quedó en libertad tras ser interrogado. Según Yangulbaev, se le otorgó la condición de testigo en una causa penal sobre “justificación del terrorismo”. No se dispone de información detallada sobre esa causa, precisa el organismo defensor de derechos humanos.
Por su lado, Musaeva fue apresada inicialmente en la ciudad de Nizhny Novgorod el 20 de enero de este año con órdenes de comparecer como testigo en un caso de fraude. “Al menos siete hombres armados irrumpieron en el departamento en el que viven Zarema Musaeva y su esposo”, reporta Amnistía Internacional. Y agrega: “Los hombres hablaban checheno y uno de ellos se presentó como miembro del Ministerio del Interior”.
Según los reportes oficiales, ahora está acusada de agredir a las autoridades, un delito penal que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión.
Los informes del miércoles dijeron que un tribunal checheno colocó a Musaeva en una prisión preventiva durante dos meses por los cargos de agresión. Amnistía Internacional pidió su liberación inmediata.
El hermano de Yangulbaev, Ibragim, fue acusado de convocar públicamente a cometer actividades terroristas, un delito que se traduce en cinco a siete años de prisión.
El 23 de enero, Ramzan Kadyrov amenazó a Igor Kalyapin, presidente del Comité contra la Tortura y miembro del Consejo Presidencial para los Derechos Humanos, y Elena Milashina, periodista de investigación de Novaya Gazeta, calificándolos de “terroristas y cómplices de terroristas” e instando a las autoridades federales a encarcelarlos.
Las organizaciones de derechos humanos acusan a Kadyrov de supervisar los abusos generalizados, incluida la tortura y la represión de la disidencia en Chechenia. También instaron a las autoridades federales rusas a intervenir urgentemente en relación con el “secuestro de Zarema Musaeva para garantizar su liberación inmediata”.
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