Solo durante la última semana, la represión de las fuerzas de seguridad del régimen de Irán dejaron 72 muertos. La mayoría se registraron en regiones kurdas -al oeste del país-, donde llegó un grupo de oficiales armados para brindar refuerzos en la represión, según informó la ONG Iran Human Rights.
Las protestas en contra de las autoridades estallaron el pasado 16 de septiembre cuando la joven Mahsa Amini murió en manos de la policía de la moral por llevar mal colocado el velo. Desde entonces, la brutal respuesta de las fuerzas persas en contra de los manifestantes se ha cobrado la vida de 416 personas, indicó a su vez la ONG. También, se han registrado más de 15.000 detenidos, entre ellos, al menos 40 extranjeros.
Entre los muertos, se registraron 51 niños y 21 mujeres. Los jóvenes, a su vez, se convirtieron en un pilar fundamental ya que las universidades y las escuelas se volvieron uno de los principales centros de protesta, liderados por las nuevas generaciones que se oponen al estricto código de vestimenta que pesa sobre las mujeres, así como las leyes arcaicas que aún persisten.
En la última semana, sin embargo, las manifestaciones tuvieron lugar en distintas ciudades de todo el país, como Mahabad, Javanrud y Piranshahr, donde a menudo se realizan ceremonias funerarias de las personas abatidas por las fuerzas del orden.
Hengaw, otra organización no gubernamental que aboga por los derechos de los kurdos iraníes, denunció que el régimen utilizó munición real para reprimir a los manifestantes. A raíz de ello, en Janarud, cinco personas murieron este lunes cuando se reunieron para rendir homenaje a las víctimas del fin de semana.
A su vez, confirmó el deceso de 42 personas en estas regiones durante los últimos siete días, la mayoría de ellos, por disparos de munición real. Inclusive, la ONG difundió un video en el que se veía a personas intentando extraer los perdigones del cuerpo de un manifestante con un cuchillo ya que, aseguraban, tenían miedo de ir al hospital y ser detenidos allí.
Un grupo de manifestantes intentan sacar los perdigones del interior del cuerpo de un herido con un cuchillo por temor a ir al hospital (Twitter: @Hengaw_English)
En tanto, IHR agregó que más de la mitad de las personas abatidas desde el inicio murieron en regiones habitadas por minorías.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció este martes el “endurecimiento” de la respuesta por parte de las fuerzas de seguridad iraníes y resaltó la “situación crítica en el país”. Este anuncio se dio a días de que el régimen comenzara con sus condenas a muerte de los manifestantes que estaban detenidos. Hasta el momento ya son seis los sentenciados con la pena máxima, aunque aún pueden apelar ante el Tribunal Supremo nacional.
En un intento por sofocar las revueltas que parecen no cesar y tienen copadas las calles de todo el país hace semanas, las autoridades iraníes restringen a diario el acceso a Internet para evitar así la difusión de la información entre los manifestantes y, a su vez, limitar la cobertura mediática que se les da.
Inclusive, ni el inicio de la Copa Mundial de fútbol parece ser motivo para que se calme el clima de tensión. Este lunes, el seleccionado iraní se enfrentó a Inglaterra pero, en la previa del arranque del partido, los jugadores se negaron a cantar su himno nacional y tampoco celebraron sus goles. Los hinchas, desde las gradas, se solidarizaron también con sus pares que luchan contra las reglas de la República Islámica.
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