Argentina obtuvo 42 puntos sobre los 100 posibles y quedó en el puesto 78, un lugar que le permite superar la media de la tabla mundial. Sin embargo, el año pasado había obtenido 45 puntos y se había ubicado 66º.
En los últimos años, la Argentina había escalado puestos en el Índice de Percepción de la Corrupción, pero en 2020 tuvo una recaída. «Creo que hay dos factores centrales. En primer lugar, la intención de la coalición de gobierno de garantizar impunidad en los casos de corrupción kirchnerista. En segundo lugar, las contrataciones para hacer frente al Covid-19. La emergencia ha sido utilizada como justificativo para debilitar los mecanismos de control. Con la compra y distribución de las vacunas todo es secreto, opacidad y falta de claridad en la información», dijo a LA NACION Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional.
Situación regional y mundial
Si se realiza un recorte regional, la Argentina está rezagada frente a otros países como Uruguay y Chile (que igualmente cayó respecto a 2019), aunque está mucho mejor ubicada que Brasil, Bolivia y Paraguay. En América, el país se ubica en el puesto 14 sobre 32 estados (cayó un lugar respecto al 2019). Los primeros lugares corresponden a Canadá (11º), Uruguay (21º) y Chile (25º).
Los Estados Unidos mantienen su tendencia descendente, con 67 puntos, su peor puntuación desde 2012. Aparte de los presuntos conflictos de interés y abusos de autoridad durante la gestión de Donald Trump, en 2020 también saltaron alarmas por la débil supervisión de los fondos públicos destinados a la lucha contra el Covid-19.
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«El gran desafío de la corrupción en 2020 pasó por controlar las compras y contrataciones durante la pandemia. Los momentos de crisis requieren soluciones inmediatas, pero esas soluciones suelen esquivar los controles necesarios. Ante esta situación de emergencia, entonces, hubieran sido necesarios también controles de emergencia», dijo a LA NACION Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, a cargo del capítulo argentino de Transparencia Internacional.
El Índice de Percepción de la Corrupción se elabora desde hace más de 25 años y se erige como el principal indicador global de la corrupción en el sector público, ya que se basa en trece evaluaciones y encuestas a expertos y empresarios. Utiliza una escala de cero (corrupción elevada) a cien (corrupción inexistente). Dinamarca y Nueva Zelanda (con 88 puntos) encabezan el ranking, seguidos por Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza (85 puntos). En el otro extremo de la tabla se ubican Somalia y Sudán del Sur (con 12 puntos).
En esta edición, la principal conclusión del estudio es la relación directa que existe entre el nivel de corrupción y la capacidad de respuesta sanitaria ante el avance del coronavirus. «Los países con buenas puntuaciones en el índice invierten más en sanidad, tienen más capacidad de proporcionar cobertura sanitaria universal y son menos propensos a vulnerar las normas e instituciones democráticas o el estado de derecho», dijo Ferreira Rubio. Y agregó: «Hasta donde alcanza la memoria, ningún año ha puesto a prueba a los gobiernos como el que ha pasado, y aquellos que tienen los niveles más altos de corrupción han demostrado menor capacidad para afrontar el reto».
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