El gobierno anunció que dejará de participar en las negociaciones de los acuerdos comerciales del Mercosur, con la excepción del pacto ya realizado con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA).
Según los funcionarios argentinos, se tomó esta decisión para priorizar la economía interna dañada por el coronavirus.
La delegación argentina informó esta decisión en la reunión de Coordinadores Nacionales del Grupo Mercado Común sobre relacionamiento externo, que se realizó ayer vía videoconferencia. Tal como señalaron desde la presidencia pro témpore, el gobierno de Alberto Fernández tomó esta medida «en atención a prioridades de su política económica interna, agravada por la pandemia del Covid-19, e indicó que no será obstáculo para que los demás estados partes prosigan con los diversos procesos negociadores».
Paraguay -país en ejercicio de la presidencia pro témpore del bloque- explicó que, junto a los demás estados que forman parte del Mercosur, «evaluarán las medidas jurídicas, institucionales y operativas más adecuadas en razón de la decisión soberana de la República Argentina de manera de no afectar el proceso de construcción comunitaria del Mercosur y de las negociaciones comerciales en curso».
La visión del Gobierno
A través de un comunicado difundido por la Cancillería, el Gobierno remarcó que «la integración no es solo un mandato de la geografía y de la historia sino parte de nuestro presente y de nuestro futuro» como país. Agregó que esto es «imperioso» en un contexto mundial como el que se vive con la pandemia del Covid-19 «en el que los organismos internacionales predicen la caída del PBI en los países de mayor desarrollo, una disminución brusca del comercio global de hasta un 32% y un impacto imprevisible en la sociedad».
Ante el Mercosur, el oficialismo explicó que la política interna está focalizada en la protección de las empresas, el empleo y los más humildes. Tal como señaló en el documento, «lo hace a diferencia de las posiciones de algunos socios, que plantean una aceleración de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros».
Entonces, alegó que, ante la incertidumbre internacional y la propia situación del país, es importante «detener la marcha de esas negociaciones» aunque aclaró que «seguirá acompañando la marcha de los acuerdos del Mercosur con la Unión Europea y la EFTA, sin entrar en debates por ahora estériles».
En la misiva, el Gobierno dijo que no se trata de «un capricho sino de una visión sobre el modo de fortalecer las relaciones con las naciones del bloque regional». Y concluyó: «La hermandad no solo es noble sino potente, y se funda en la reconstrucción del tejido social y productivo de nuestros países».
Qué dijo la oposición
Los miembros de Juntos por el Cambio de las comisiones del Mercosur y de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja reaccionaron con fuertes críticas al Gobierno por haber tomado esta medida «mientras el Congreso continúa cerrado por decisión del oficialismo». «Exigimos al canciller Felipe Solá que se presente, como es su obligación, ante ambas comisiones para informar las razones y alcances», señalaron en un comunicado.
Tal como dijeron, la gravedad de la situación se potencia al tratarse de un momento en que «una crisis global hace más necesaria que nunca la cooperación internacional y la integración regional». Enfatizaron: «Se pone así en peligro una de las pocas políticas de Estado sostenidas por las fuerzas políticas argentinas durante estas últimas décadas».
En esta misma línea, el economista José Luis Espert se expresó en Twitter, comparó la situación de la Argentina con la crisis que golpea a Venezuela. «El Gobierno va a la autarquía comercial (Argentina salió del Mercosur para firmar acuerdos de libre comercio), a la autarquía financiera (default de la deuda), gobernando por decreto y medio país fundido pidiendo salvavidas del Estado. Cualquier parecido con Venezuela es casual», lanzó el liberal.
A nivel regional, el primero en opinar acerca del distanciamiento que tomó la Argentina del bloque fue el canciller uruguayo, Ernesto Talvi, quien deseó «un pronto regreso a la mesa». Y añadió: «Juntos somos más».
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