Elián Ángel Valenzuela (24) recibió una pena de tres años de prisión en suspenso y fue absuelto por privación ilegal de la libertad. «Esto no termina acá. Queda tiempo para trabajar y demostrar mi inocencia», dijo tras el veredicto.
L-Gante sonrió. El trébol dorado sobresalía entre la camisa y la corbata negra. Se acostumbró -dice- a usar traje y así se sentó entre sus abogados a conocer su suerte. Mientras escuchó los argumentos del juez Ignacio Racca, a cargo del Tribunal N°13, miró fijo el techo, el rostro quieto y casi sin gesto. Pidió o agradeció cada vez que escuchó absuelto.
Elián Ángel Valenzuela (24) llegó a juicio acusado por amenazas (simples, con arma y coactivas), daños, encubrimiento, tenencia de drogas y -lo más grave- la privación de la libertad de dos personas.
Tres hechos, cuatro víctimas y un pedido de pena de 7 años de cárcel resumidos en 25 minutos de la audiencia que cerraría esta etapa en la vida del músico, cómo él mismo reconoció.
El juez Racca decidió condenarlo por las amenazas contra Darío Gastón Torres pero lo absolvió por la privación ilegal de la libertad, el delito más grave y el que podría haberlo mandado a la cárcel. El fiscal Adrián Landini ya había desistido de acusarlo por el mismo delito pero contra Rosa Passi.
También lo condenó por las amenazas con arma contra Brian Aruchari (un vecino que quiso entrar a robar a su casa y al que el músico echó a los tiros). Y por las amenazas y daños contra Rocío Daniela Vicente, una mujer que -tras una discusión de tránsito- terminó con el auto roto y en medio de un ataque del grupo de amigos que acompañaba al músico.
Tres años de pena de prisión en suspenso, una donación a una entidad benéfica de General Rodríguez, notificación al juzgado para salir del país y un pedido personal fue lo que Racca resolvió para sancionar la conducta del creador de la Cumbia 420.
“Mucho se habló en este juicio sobre L-gante y su poder. Y como se dice, que ‘un gran poder trae una gran responsabilidad’ por eso le pido que se convierta en un modelo para los chicos, para los que lo siguen”, dijo Racca citando una línea de una película del Hombre Araña.
“A partir de ahora voy a seguir usando traje, porque me gustó. Y me gustó lo que me dijo el juez, que sea un modelo para los chicos, es lo que quiero hacer. También me gustó que citara Spiderman”, se rió Elián Valenzuela a la salida del tribunal de Mercedes, en 21 esquina 22.
Afuera lo esperaban chicos con guardapolvos, uniformes del colegio, adolescentes y curiosos que celebraron a los gritos cuando se supo la condena y que el creador de la Cumbia 420 lanzaron bengalas de humo de colores y lo escoltaron hasta su camioneta con pedidos de autógrafos y fotos.
L-Gante prometió ser otro “más tranquilo” y “neutral” pero a los 20 metros ya había sacado la mitad del cuerpo por el techo de la camioneta, seguido por una caravana de amigos y familiares que lo acompañaron.
Bengalas verdes y rojas inundaron la calle y justo en la esquina del tribunal tiró fajos de billetes de mil pesos que sus seguidores recogieron entusiasmados como si acabaran de pinchar la piñata de un cumpleaños.
Claudia Valenzuela tenía una banderaque decía “Free L-Gante”, y la desplegó ante las cámaras antes de entrar a la sala de audiencias. Emocionada escuchó el veredicto y en la vereda cantó “justicia, se hizo justicia”, para desahogarse con el círculo de amigos que los acompañaban.
«Ya hay otro Elián de aquí en más, ya no es más el wachín, ya es grande, ya es adulto. Ha cambiado, ha hecho un filtro, está realmente con los que valen. La Mafilia (como se denomina su grupo de amigos) sigue, pero no es un grupo mafioso», expresó la mujer.
Fuente: Clarín
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