El ex presidente uruguayo José «Pepe» Mujica reveló este miércoles que el actual mandatario, Luis Lacalle Pou, «quiere conversar» con Alberto Fernández, pero que en la Casa Rosada «no le dan pelota».
«Sé que el presidente uruguayo quiere conversar con el presidente argentino, y sé también que no le dan pelota. Así como suena, no le dan pelota, por lo menos por ahora», contó Mujica.
En diálogo con una radio de su país, el actual senador dedujo que el desplante de Fernández ocurre por «las medidas cacareadas en el momento de crisis en la Argentina».
«Decir que vengan inversores desde allá y se instalen acá en ese momento de enormes dificultades cayó mal, muy mal. Esto era francamente previsible si se tiene en cuenta la historia», explicó Mujica, al tiempo que consideró que la Argentina «no es un país más» sino uno «muy peculiar por diversas razones, y eso hay que tenerlo presente».
«Esto le pasó al Uruguay con (Juan Domingo) Perón y nos cortó la canilla por cinco, seis años. No venía ni el loro. Tenemos que entender que estas cosas existen, con razón o sin razón, y es un error. Si querían venir que vinieran, pero no aparecer nosotros como yéndolos a buscar. Esto fue una especie de error diplomático», reflexionó.
El ex tupamaro recordó que el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, «es un viejo amigo» de Fernández. «Si él no tiene llave para abrir esa puerta… ‘Calcule’, dijo la canaria», deslizó.
«Una vez más el gobierno en Uruguay subestima la importancia que tiene para nosotros la Argentina. Hoy todo es mucho más barato en la Argentina y corremos el inmenso de riesgo que nos inunden ellos con precios imposibles para nuestra débil industria local», advirtió.
Mujica destacó además que el turismo es un sector que «agrega mucho» a la economía de su país y que «da que vivir en actividades de servicio a muchísimos orientales».
Y sumó, en ese sentido: «El grueso depende de que la clase media argentina venga o no venga. Si abren las fronteras, cosa que es muy difícil, hay que tener en cuenta que estamos caros, muy caros para los argentinos que a su vez están muy golpeados. Todo indica que de aquí a fin de año esa brecha no va a disminuir, sino al revés».
«Podemos pronosticar que en el mejor de los casos la temporada va a ser muy mala en cuanto a presencia de argentinos, y que tal vez gasten muy poco», indicó.
En esa línea, el ex jefe de Estado planteó que si abren las fronteras «también se van a abrir para allá y seguramente que los orientales decidan invadir a Buenos Aires para comprar barato».
Para el senador, «todos estos factores van a pesar y van a pesar fuerte en la economía». «Creo que el gobierno francamente subestimó, pensó en conseguir lana pero corre el riesgo de salir trasquilado», cerró.
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