El Presidente se mostró optimista con que el Congreso apruebe la reforma del Estado. También insistió con que «tarde o temprano» va a «cerrar el Banco Central».
Mientras la ley ómnibus se debate en comisiones, el presidente Javier Milei se mostró optimista con que el oficialismo logrará conseguir los apoyos necesarios para aprobar la reforma del Estado.
«Estamos optimistas y creo que están los números para que todo transcurra acorde a lo esperado. Nosotros creemos que va a salir todo. Puede que tenga secuencia, pero va a salir todo», consideró en diálogo con radio La Red.
En pleno debate del denominado proyecto de ley «Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos», el jefe de Estado planteó que la duda de que los cambios de fondo se produzcan radica en que la dirigencia política esté «a la altura de semejante transformación positiva del país».
En ese marco, el jefe de Estado planteó que es necesario que «la política esté a la altura de las circunstancias para ver si son parte de la solución o del problema».
Consultado acerca de una presunta intención desestabilizadora por parte de la oposición, Milei respondió: «Veremos qué es lo que hacen. Si es solo una queja o crítica, es parte del juego. Si buscaran otra cosa es más complicado».
«Tenemos la misión de poner en caja la economía argentina y lo vamos a hacer. La verdad es que nos están acompañando las encuestas, como la valoración de lo que está haciendo el Gobierno. Hemos tomado un compromiso con la población, hemos fijado un rumbo y lo estamos cumpliendo. Estamos trabajando para poner de pie al país y que vuelva a crecer», puntualizó.
Al respecto, Milei detalló: «Aspiro a que Argentina entre en un sendero de crecimiento que lo convierta de acá a 35 años en una potencia mundial. Y que gran parte de esa mejora ocurra en los primeros 15 años. La alternativa es convertirnos en un país miserable».
Para Milei, «la gente tiene conciencia del desastre» que se heredó del gobierno de Alberto Fernández, por lo que saben que «hay que pasar un mal trago para superarlo».
Acto seguido, el mandatario indicó que «la gran diferencia» respecto de otras etapas de crisis económica, donde «todos estos malos momentos fueron el preludio de algo muchísimo peor», radica en que se trata de «la primera vez que paramos la pelota, hicimos un cambio de 180 grados y arrancamos en la dirección correcta».
«Las reformas implican levantar 90 puestos en libertad económica, un salto fenomenal en términos de PBI per cápita, vas a tener mayor calidad de vida, es todo ganancia», insistió el libertario.
El nuevo acuerdo con el FMI y el futuro del Banco Central
Al referirse al nuevo acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, el jefe de Estado destacó que su gestión concretó «la negociación más rápida de la historia» con el organismo de crédito internacional.
«Con el Fondo fue la negociación más rápida de la historia. El programa de ajuste que impulsamos es mucho más duro que el que proponía el FMI. Esto es inédito en la historia. Es un escenario absolutamente distinto», reconoció el Presidente.
Al ahondar en los detalles que favorecieron a que el acuerdo se concrete con celeridad, sostuvo: «Los técnicos del FMI se sentaban con los técnicos de Economía y hacían un primer acuerdo. Después se lo llevaban al Presidente, que metía mano, ponía reparos… Esta vez es diferente porque el que impulsa esto es el Presidente».
«Esto para los que decían que el programa tenía dudas. Eso son más problemas de celos, envidias y resentimiento de fracasados que problemas de inconsistencias», apuntó el mandatario.
En el tramo final de la entrevista, Milei aseguró que el Gobierno está dispuesto a privatizar el Banco Nación y todas las empresas del Estado. «Todo lo que podamos pasar al sector privado lo vamos a pasar al sector privado. No tengas dudas», sentenció.
Por último, el Presidente ratificó una idea que le funcionó como caballito de batalla durante la campaña electoral: «Tarde o temprano voy a cerrar el Banco Central».
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