El beneficio anunciado con bombos y platillos por el presidente de la Nación no llegó a todos por igual. Comunidades originarias con emergencia doble se encuentran desesperados.
La emergencia doble no ha sido determinante para el Gobierno Nacional y sus dependencias. El hambre, el dengue y ahora el aislamiento sacuden a las comunidades originarias. El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) suponía una luz en el medio de la desesperación, pero una vez más han sido postergados.
Interpretado como un insulto para algunos, el lugar de cobro que el ANSES determinó para el IFE, en el caso de miembros de comunidades originarias fue Santa Victoria Este, por lo que cientos de indígenas quedaron fuera de la posibilidad de percibirlo ya que el lugar de cobro se encuentra a más de 200 kilómetros de distancia.
«Con este decreto del aislamiento no hay transporte que nos quieran llevar y algunos quieren cobrar hasta 5 mil pesos», lamentó Leonardo Pantoja.
Comunidades de la zona de Ruta 81, 53 en Embarcación ha sido afectadas de la misma manera y la indiferencia del organismo nacional hizo estallar de indignación, por tratarse de poblaciones en extrema vulnerabilidad que en lo que va del año ya perdieron a 25 niños en la peor y más dolorosa pobreza.
«Para poder llegar a Santa Victoria hay que viajar al menos dos días antes, no hay lugares donde quedarse, no hay transportes autorizados. Es muy lejos y muy complicado llegar», resaltó el dirigente wichí.
«ANSES no está haciendo nada», reclaman los damnificados, ya que han intentado realizar los reclamos correspondientes pero la cuarentena y la saturación de las líneas, resultaron ser la excusa perfecta para consumar otra vez la más nefasta indiferencia.
Por lo antes descripto, las comunidades suplican una vez más un mínimo de atención de las autoridades para que les permitan cobrar en un punto más accesible, como ser la propia Embarcación. «Los hermanos la siguen pasando muy mal y nadie hace nada», cerró Pantoja.
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