Ante una multitud se presentó la obra que recrea al Muñeco levantando la copa en Madrid. “Nací en este club y creo que voy a morir en este club” dijo el ex DT ante los hinchas y varias figuras del club que se acercaron al homenaje.
Marcelo Gallardo nunca se irá de River. Podrá estar físicamente en cualquier lado, pero su figura permanecerá eternamente en el Monumental. Fue inaugurada su estatua, símbolo de un ciclo histórico que regó de gloria a la institución, en un día riverplatense, pintado de rojo y blanco y a pleno sol.
“Nací en este club y creo que me voy a morir en este club”, expresó Gallardo en el cierre de la ceremonia cuando ya la emoción no entraba en su cuerpo, después de agradecerle a los hinchas, a sus jugadores, a los dirigentes, a su familia y “a todos los que me acompañaron en este camino que empecé de muy chico”. Llegó a los 12 y hoy, a los 47, es leyenda. «No hay posibilidad alguna de poder desprenderse de este maravilloso club», agregó.
El Muñeco cerró un círculo perfecto en una tarde de muchas sensaciones y a puro sentimiento. Justo un 27 de mayo (dos días después del aniversario del club), nueve años después de la renuncia de Ramón Díaz y del llamado de Enzo Francescoli para decirle que era su técnico.
Diez minutos pasados de las cuatro de la tarde, vestido con saco (tenía un escudo del club), camisa, pantalón y zapatos negros, como cuando dirigía a River, Gallardo apareció en el escenario montado para la ocasión sobre la Avenida Figueroa Alcorta.
Luego de pasar un rato en el Museo River, donde se encontró y se saludó con Martín Demichelis, Gallardo apareció -diez minutos después de las cuatro de la tarde- en el escenario montado para la ocasión sobre la Avenida Figueroa Alcorta. Allí lo esperaban ex compañeros, como Francescoli, Hernán Díaz y Marcelo Salas; algunos héroes de Madrid (Juanfer Quintero, Franco Armani, Enzo Pérez, Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio, Nacho Fernández, Nicolás De La Cruz y Bruno Zuculini), el presidente Jorge Brito y el ex mandatario de la institución, Rodolfo D’onofrio. Y alrededor las Copas de los 14 títulos que ganó como entrenador, entre ellas las dos Libertadores.
Justamente, la estatua empezó a confeccionarse después de la épica final de Madrid que River le ganó a Boca en el Santiago Bernabéu. Fue una idea del doctor Carlos Trillo, ex candidato a presidente del club, que ya había mandado a hacer la de Angel Labruna.
Entonces, se contactó con la escultora Mercedes Savall y manos a la obra. También colaboraron los hinchas, con la donación de llaves. Y Se levantó una mole de bronce de más de ocho metros de altura y casi 7 toneladas de peso, cuya imagen se inspiró en una fotografía que el periodista Marcelo Carroll le sacó a Gallardo en medio de los festejos del campo de juego del Bernabéu tras la final de la Libertadores 2018.
El clímax del evento, en el que además de las palabras del protagonista y de quienes lo rodeaban, se pasaron imágenes del Muñeco de jugador y de su ciclo como de más de ocho años como técnico, llegó cuando, tras un conteo de 10 segundos, Gallardo apretó un botón rojo para descubrir su estatua, que estaba tapada por una bandera roja y blanca.
Cuando el telón se bajó y apareció la figura de bronce, las 20 mil personas que estaban en las inmediaciones del Monumental explotaron. “Ole, le, ola, la, Gallardo es de River, de River no se va”, sonó fuerte. Al Muñeco le brillaban los ojos. Ya es un prócer de River.
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