Encontraron el cuerpo este miércoles a la mañana, cerca de su perro, que estaba atado a un poste.
Una joven argentina fue asesinada a puñaladas en Buzios, Brasil. Su cuerpo fue encontrado este miércoles en un sendero cercano a la playa, a metros de donde estaba atado su perro. Por el caso ya hay un sospechoso detenido.
Un vecino encontró el cuerpo con varias heridas de arma blanca, este miércoles a las 8 de la mañana en el camino a la playa José Gonçalves, en la zona sur de Buzios. Tras el aviso a la Guardia Municipal, la mujer fue identificada como Florencia Aranguren, de 31 años. Llevaba apenas tres días en la ciudad y pensaba quedarse a vivir allí.
La Policía Militar atrapó in fraganti a un sospechoso. Tenía marcas de sangre. El perro de la víctima lo habría lastimado al intentar defender a la mujer. Cuando lo encontraron, se estaba lavando las manchas hemáticas.
Al detenido lo trasladaron inmediatamente al lugar del crimen, donde el perro reaccionó con violencia al reencontrarse con el supuesto asesino.
Las autoridades le entregarán este jueves el cuerpo a los parientes de Florencia, ya que al haber sido capturado el sospechoso in fraganti, «no tienen que hacer una investigación compleja, el resto corre por la Justicia».
Cómo fueron los últimos minutos con vida de la argentina asesinada en Buzios
El sitio local Folha de Buzios difundió las últimas imágenes con vida de Aranguren. Una cámara de seguridad la registró caminando a las 7.06 de la mañana, mientras paseaba con correa a su perro.
A las 7.28 se observa a un hombre en bicicleta, en dirección hacia donde se había dirigido la víctima. El rodado luego fue abandonado en inmediaciones de donde se cometió el crimen.
Las cámaras de seguridad registraron a Florencia Aranguren caminando con su perro, minutos antes de ser asesinada en la localidad balnearia de Brasil.
El barrio Jose Gonçalves es un paraje alejado del centro de Buzios, 10 kilómetros al sur de la zona céntrica, y poco conocido para los turistas. La zona residencial está apartado unos 1,2 kilómetros del mar, rodeado de caminos de arena y tierra.
No trascendió el nombre del sospechoso, que -además de las manchas de sangre- tenía rasguños y signos de forcejeo. El perro fue entregado a un amigo de la mujer.
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