Solo en el mes, la canasta alimentaria se encareció un 27%; en 2023, ese mismo grupo familiar necesitó $343.283 más que un año atrás para evitar la pobreza.
La aceleración inflacionaria de diciembre golpeó el bolsillo de los hogares argentinos. Fue el peor dato de inflación mensual del año, en una dinámica que se refleja en números concretos: una familia de cuatro integrantes necesita hoy casi medio millón de pesos para evitar la pobreza.
Así lo refleja el informe de Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total para el Gran Buenos Aires que hoy difundió el Indec, que establece que ese hogar de dos personas adultas y dos menores requirió un ingreso en diciembre de al menos $495.798 para cubrir el costo de la canasta básica total (CBT).
Un grupo familiar de cuatro integrantes en diciembre necesitó $343.283 más que un año atrás para evitar la pobreza.Natacha Pisarenko – AP
Se trata de la vara estadística que elabora el organismo para definir el umbral de la pobreza, que considera la compra de alimentos y otros bienes y servicios no alimentarios para todos los integrantes de ese grupo familiar. La suba de la categoría Alimentos y bebidas (29,5%) por encima del IPC promedio (25,5% en el mes) tuvo como consecuencia que la canasta básica también se encareciera más que la inflación: solo en diciembre tuvo una suba del 27%. En otras palabras: esa misma familia de cuatro personas necesitó $105.342 más que en noviembre para evitar la pobreza.
En términos interanuales, el costo de la canasta básica total más que se triplicó. Según las estimaciones del Indec, su valor subió en 12 meses un 225,1%, mientras que la inflación promedio acumulada en el período fue del 211,4%. En 2022, en tanto, ya se había encarecido un 100,3%.
Traducida a precios, la suba en la CBT implica que en solo 12 meses ese mismo grupo familiar necesitó incrementar sus ingresos en $343.283 para superar la pobreza (costaba $152.515,29 en diciembre de 2022).
Son cifras que describen el contexto de crisis social y económica que atraviesa la Argentina, con un deterioro acelerado en los últimos años. Según los últimos datos del Indec, la pobreza al primer trimestre del año había llegado al 41,1%, mientras que las estimaciones del Observatorio Social de la UCA indican que superó el 44,7% en el segundo trimestre, un dato que iguala al pico de la pandemia (2020) y marca el peor dato desde 2005.
A su vez, las proyecciones de analistas privados descuentan un deterioro en los índices de pobreza e indigencia para el segundo semestre del año, a partir de la aceleración inflacionaria, la caída en el nivel de actividad y el deterioro en los ingresos, especialmente en el sector informal.
La tendencia también se refleja en la evolución de la indigencia. Según los datos del Indec correspondientes a diciembre, ese mismo grupo familiar de cuatro integrantes necesitó un ingreso de al menos $240.679 en diciembre para no ser considerado indigente. El dato surge de la valuación de la canasta básica alimentaria (CBA), que se construye a partir del precio de bienes esenciales para la subsistencia (incluye panificados, arroz, hortalizas, carne, fiambres, lácteos, bebidas, yerba, café y otros).
De acuerdo con los registros estadísticos del Indec, esta canasta se encareció un 30,1% en diciembre. En términos monetarios, implicó una suba de $55.628,80 solo en un mes.
En todo 2023, la vara que define el umbral de la indigencia subió 258,2%, casi 47 puntos más que la inflación promedio. Es decir, que una familia de cuatro integrantes necesitó $173.491,45 más que un año atrás para evitar la indigencia.
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