Cultura

Eulogia TapiaHace 53 años registraban la zamba “La Pomeña”

Eulogia Tapia

Fue el 16 de abril de 1969 con música de  Gustavo Leguizamón y letra de Manuel J. Castilla. Eulogia Tapia se convirtió en uno de los personajes de Salta inmortalizados por la poesía y la música..

Eulogia Tapia es  la pomeña. Ya encarnada para la posteridad en una famosa zamba que  cuenta la historia de una coplera en tiempos de carnaval, con letra de  Manuel J. Castilla y música de Gustavo Leguizamón.

Regresaba del  alfalfar como cualquier tarde. La hoz en la mano y su padre junto a  ella. ¡Eulogia! gritó su madre cuando los vio llegar. Acaba de salir por  la radio una zamba que te nombraba. Hablaba del blanco (el caballo) y de  la caja. Esa es la voz de los recuerdos que retumban desde el fondo de  los años. Eulogia no le creía, o simplemente no podía entender que su  nombre bailase en una canción. Eulogia vive en la actualidad en un  puesto de campo, apenas alejada del pueblo de La Poma, en el norte  salteño. Detrás de sus ojos hay un recuerdo y detrás de esa zamba, una  historia.

Eulogia Tapia, una leyenda en la zamba que sigue caminando por los valles | Radio Facundo Quiroga
Eulogia Tapia

A pesar de la popularidad de su nombre las cosas no han  cambiado mucho para ella. Cada mañana de verano se la puede encontrar de  botas de goma y ordeñando, con la mirada de la timidez perdida en el  piso de tierra, a punto de sacar unas hojas de coca de su bolsita verde,  o mateando con su marido bajo el alero de su casa de adobe. La escena  que alude la zamba sucedió hace tiempo atrás, en La Poma. Aquella vez el  sol pesaba sobre el boliche la Flor del Pago. Cuidando los intereses de  los dueños un cartel informaba: Almacén la Flor del Pago, no fío por temor al clavo.

Manuel José Castilla

Detrás del mostrador estaba Amanda Aramayo,  probablemente secando vasos con su delantal y tomando notas visuales de  reojo. Del lado de los clientes, como escondido detrás de una cerveza,  había un hombre barbudo: Manuel J. Castilla. “En ese momento entró la  Eulogia con la caja bajo el brazo y la cara llena de harina, recuerda  doña Amanda, una testigo invalorable. Era joven, tendría 18 o 19 años en  esa época y así nomás comenzó el contrapunto. El contrapunto es un ir y  venir de coplas, una especie de diálogo musical entre dos personas  donde gana quien no pierde la inspiración.

De esa forma estuvieron  animando el ingenio hasta que, como asegura la testigo, Castilla no tuvo  más que decir. Había ganado Eulogia. Bajo la mirada impávida del poeta  derrotado la joven pomeña salió por la puerta, desató su caballo blanco y  rumbeó para el lado de las casas. No sea que la noche y su padre la  sorprendan en el boliche. Al día siguiente Castilla todavía no asumía su  derrota. Pidió el tractor verde de la municipalidad –que aún camina la Puna- y fue hasta el rancho de Eulogia, ubicado en Ampostuya.

Gustavo Cuchi Leguizamón

Amanda  recuerda que tampoco en esa oportunidad le fue muy bien por el  recibimiento que tuvo en el rancho de los Tapia. No se va a creer, si  don Joaquín, el padre, era bravo como el cardón. Otra vez había perdido  el poeta. Al regreso de la frustrada visita hizo una parada obligatoria;  otra vez el boliche. Otra vez Amanda. Todo tiznado por el humo del  tractor; el poeta recibió otra botella de cerveza fría y desnudó sobre  el mostrador su bagaje de penas. A la mañana siguiente Castilla se fue.  Tal vez desde la ciudad de Salta quiso vengar su derrota.

Ahora su  poesía vive en La Poma y se larga a volar desde arriba de las nubes,  cuando el Cuchi le chifla con su música. Y juntos la siguen vengando,  cantando en cada estrofa.

Fue así que Castilla decidió plasmar su derrota en el contrapunto en un poema que luego, musicalizado  por el genial Leguizamón, convirtió a Eulogia en una leyenda que aún  deambula por los desfiladeros junto a sus cabras y sigue cortando trigo  maduro, mirando flores de alfalfa y carnavaleando.

El sauce de tu  casa está llorando porque te roban Eulogia carnavaleando. Las flores de  alfalfa que azularon los ojos negros de Eulogia Tapia en La  Poma en la Provincia de Salta.

 

LA POMEÑA

Eulogia tapia en la poma

Al aire da su ternura

Si pasa sobre la arena

Y va pisando la luna

 

El trigo que va cortando

Madura por su cintura

Mirando flores de alfalfa

Sus ojos negros se azulan.

 

El sauce de tu casa

Esta llorando

Porque te roban Eulogia

Carnavaleando.

 

La cara se le enharina

La sombra se le enarena

Cantando y desencantando

Se le entreveran las penas.

 

Viene en un caballo blanco

La caja en sus manos tiembla

Y cuando se hunde la noche

Es una dalia morena.

 

Manuel J. Castilla/Gustavo Leguizamón

 

Fuente: Efemerides Güemesianas/ Juan Wayar

 

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