Jeremy Fleming habló de una creciente insurrección militar. “Sus asesores le mienten” y “los soldados no tienen armas ni moral”, describió.
Aislado, desinformado y con una fuerte insurrección de sus servicios secretos y el ministerio de Defensa, que creen que la invasión rusa en Ucrania estuvo mal planeada y está perdida. Este es el estado en que se encuentra el presidente Vladimir Putin.
Así se desprende de las escuchas británicas del centro HCHQ en Chetelham, que tiene la capacidad de intervenir y escuchar cualquier conversación en el mundo. Es un centro vital estratégico para la OTAN y sus aliados australianos, canadienses, americanos y neozelandeses.
En un rara presentación pública en Canberra en la noche del miércoles , Sir Jeremy Fleming, director de GCHQ, describió cómo el líder ruso había «juzgado erróneamente en gran medida» las capacidades de su ejército, la determinación del pueblo ucraniano y la fuerza de la respuesta de Occidente a su invasión.
Enfrenta una insurrección militar
“El presidente Putin se enfrenta a una creciente insurrección militar por su “guerra personal” en Ucrania, ya que sus asesores le mienten sobre los fracasos de la campaña”, dijo anoche el jefe de espionaje británico.
Los errores de Putin equivalieron a un “error de cálculo estratégico”, dijo Fleming en un discurso en la Universidad Nacional de Australia, en Canberra. Putin «sobrestimó» la capacidad de su ejército para obtener una victoria rápida y los soldados rusos están «faltos de armas y moral».
Fleming expuso en su discurso una lista de problemas a los que se enfrentan las fuerzas rusas, incluida la baja moral, las fallas logísticos y el elevado número de bajas.
“Su mando y control es un caos”, dijo. “Aunque creemos que los asesores de Putin tienen miedo de decirle la verdad, el alcance de estos errores de juicio debe ser muy claro para el régimen. Se ha convertido en su guerra personal. Putin sobrestimó la capacidad de su ejército para obtener una victoria rápida”, dijo Sir Jeremy Fleming.
Vladimir Putin se dispuso a capturar Kiev y derrocar a su gobierno a la velocidad del rayo cuando lanzó su invasión de Ucrania, bajo la apariencia de una «operación especial».
Crítica a China
Fleming también criticó a China por no condenar la invasión de Ucrania, argumentando que el presidente Xi ha estado explotando las debilidades económicas de Rusia para fortalecer el alcance global de Beijing. Se está jugando con Putin, sugirió Fleming, ya que China usa la crisis para “aprovechar la oportunidad” de comprar petróleo y gas baratos.
Con él coincidió Ben Wallace, el secretario de defensa británico. Dijo en Noruega, donde estaba observando el mayor ejercicio de la OTAN en el Ártico en tres décadas, que el “ganador inevitable” del fracaso de Rusia era China. “No es coincidencia que el apoyo chino a Rusia haya sido, en el mejor de los casos, tibio”, dijo. “Los rusos están a punto de descubrir que en realidad están bastante solos”.
¿Los militares lo traicionan?
Cinco semanas después de iniciada la guerra, hay cada vez más pruebas de que el presidente ruso se está volviendo contra sus propios jefes de espionaje y asesores militares, a medida que su invasión vacila.
Según informes desclasificados de la inteligencia estadounidense, Putin siente que ha sido “engañado” por los líderes militares, que no le han informado lo mal que va su campaña en Ucrania.
Las grietas en la fachada del ejército ruso comenzaron a aparecer poco después de la invasión, con fotografías y videos de reclutas rusos capturados por el ejército ucraniano, que inundaron las redes sociales. Muchos de ellos cuestionaron abiertamente la lógica de la guerra y dijeron que no les habían dicho adónde iban cuando cruzaron la frontera con Ucrania.
En una medida que subrayó la profunda decepción del Kremlin con sus agencias de inteligencia, el coronel general Sergei Beseda, jefe de la rama de inteligencia extranjera del FSB, fue despedido y arrestado, según informes, durante la segunda semana de la guerra.
Él y su adjunto fueron detenidos a principios de marzo y puestos bajo arresto domiciliario, bajo sospecha de corrupción y de proporcionar información falsa sobre Ucrania, según los informes. El FSB no ha confirmado los arrestos.
Según los informes, Beseda estaba a cargo de las operaciones de inteligencia en Ucrania. Los informes de su despido coinciden con una evaluación generalizada de que las agencias de inteligencia han estado alimentando al líder ruso con información que sobrestimó la influencia de Moscú en Ucrania.
Unos días después, los medios rusos informaron sobre la destitución del general Roman Gavrilov, subjefe de la Guardia Nacional, que solía servir en el destacamento de seguridad de Putin.
Gavrilov, jefe adjunto de la Guardia Nacional, habría sido despedido por Vladimir Putin. Sin embargo, Christo Grozev, del equipo de inteligencia de código abierto de Bellingcat, citó fuentes que decían que el general Gavrilov fue arrestado por «despilfarro de combustible» o por filtrar inteligencia militar, que «condujo a la pérdida de vidas».
La Guardia Nacional ha estado luchando en Ucrania y, según se informa, también ha sufrido graves pérdidas en sus fuerzas especiales.
El jefe de Gavrilov, Viktor Zolotov, ha mantenido un perfil bajo, después de convertirse en el primer alto funcionario en admitir en la segunda semana de la guerra, que la invasión estaba tardando más de lo esperado. Habría 8 generales despedidos por Putin.
Las grietas entre Putin -un agente de inteligencia de carrera- y sus jefes de espionaje quedaron al descubierto dos días antes del comienzo de la guerra, cuando criticó y humilló públicamente a Sergei Naryshkin, jefe de la agencia de inteligencia extranjera SVR, en una discusión televisada.
Sir Fleming y los norteamericanos
Los funcionarios estadounidenses creen que el presidente Putin no estaba al tanto de que se enviaran reclutas para luchar o cuántos murieron de ellos.
La inteligencia, compartida con las agencias de espionaje británicas, ha señalado que “las tropas rusas se negaron a cumplir órdenes, sabotearon su equipo y derribaron accidentalmente su propio avión”.
Funcionarios norteamericanos, en Washington, coincidieron que Putin “ni siquiera sabía que su ejército estaba usando y perdiendo reclutas, mostrando una clara ruptura en el flujo de información precisa”.
“Tenemos información de que Putin se sintió engañado por el ejército ruso. Ahora existe una tensión persistente entre Putin y el Ministerio de Defensa de Rusia”, dijo uno de ellos.
El ministro de defensa desapareció desde el 11 de marzo y dirige la guerra desde un bunker a 1000 metros del Kremlin. Se cree que Putin vive entre Moscú y Sochi, donde tiene su imponente residencia y bunker nuclear.
¿Cómo se informa Putin?
John Kirby, el portavoz del Pentágono, dijo: “Si Putin no está completamente informado de lo mal que lo está haciendo, ¿cómo van a llegar a un acuerdo sus negociadores? La otra cosa es que no sabés cómo va a reaccionar un líder así al recibir malas noticias. Es desconcertante”, explicó.
Este jueves Putin conversó con el italiano italiano Mario Draghi y dijo que “no había condiciones aun” para las negociaciones de paz en Estambul, que se van a reanudar la semana próxima.
El problema es dónde creer la palabra de Putin y de sus militares, cuando se comprometen para altos el fuego o repliegues.
Un “gesto de confianza”, tras las sustanciales negociaciones de paz en Estambul fue la decisión de los militares rusos de retirarse de los suburbios de Kiev. Los bombardearon nuevamente toda la noche. La línea de mando rusa es caótica y nadie sabe quien tiene la última palabra.
Las fuerzas rusas se han estado reagrupando en Bielorrusia, después de que el Kremlin dijera que limitaría su invasión para centrarse en la “liberación” de Donbas, en el este.
Se cree que unos 15.000 soldados rusos murieron en la guerra de un mes. Los expertos de Chatham House en Londres y en el ministerio de defensa británico evalúan que los rusos “van a reagruparse” y comienza “una segunda etapa de la guerra”, con un probable desembarco anfibio en Odessa, en cuyas cercanías está desplegada la flota rusa.
Rusia cuenta con misiles de crucero, que está utilizando para atacar el oeste de Ucrania, Kiev e incluso Mariupol, la ciudad mártir, que lanza desde el Mar Negro o la misma Rusia. También ha minado el mar Negro, lo que dificultará la salida de barcos con cereales que produce Ucrania. Pueden lanzar minas desde los aviones, en un procedimiento internacionalmente ilegal.
Desertores rusos
Los desertores rusos se suman día a día. No tienen armas que funcionen, ni municiones, ni comida, ni quien arregle sus tanques o blindados. Ni siquiera mapas buenos para avanzar y retirarse en emboscadas con las fuerzas ucranianas, según voluntarios extranjeros, que forman parte de las legiones internacionales que han lle gado a Ucrania a combatir.
Algunos aceptan la oferta de entregar su tanque a cambio de 7500 dólares, toman la nacionalidad ucraniana, un departamento, un televisor y poder hablar con su familia. Son mayoritariamente conscriptos.
Otros siguen combatiendo pero han cambiado de bando. Los desertores se han unido al ejército ucraniano, en una nueva “legión” de voluntarios. El miércoles se compartieron imágenes de soldados rusos aprendiendo a usar armas antitanque, en la aplicación de mensajería Telegram.
Sin embargo, el índice de aprobación de Putin en Rusia ha aumentado 12 puntos porcentuales desde que comenzó la guerra, según la última encuestadora independiente que queda en Rusia. El Centro Levada encontró que el 83 por ciento de los rusos apoyaban al presidente, frente al 71 por ciento en febrero y el 69 por ciento en enero.
En Ucrania, el Ministerio de Defensa ruso anunció un alto el fuego en la ciudad sitiada de Mariupol para permitir la evacuación de civiles. Estaba previsto que comience este jueves a las 10 a. m., hora de Moscú.
Un grupo de jóvenes, que fueron movilizados por la fuerza por las autoproclamadas autoridades pro-Kremlin en el Donbas, publicaron un video en las redes sociales el lunes, quejándose de que estaban siendo enviados a luchar en Ucrania como carne de cañón, con rifles del año 1940.
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