El Tomba sigue como puntero en la zona B, gracias al 2 a 0 en el Cilindro por los goles de Tomás Badaloni. Los de Gustavo Costas venían de dos goleadas, pero no pudieron mantener la racha.
El hincha eligió el camino del aliento. Entonces, esa derrota que resultaba inexorable encontró un final que pareció un oxímoron celeste y blanco cuando Fernando Rapallini le bajó la persiana al partido. El dolor de la caída ante Godoy Cruz en el Cilindro dio paso al cancionero de una tribuna excitada, que venía dulce por dos goleadas energizantes ante San Lorenzo y Newell’s, pero bajó un mensaje. “El domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”, se gritó a viva voz. Y más allá del furcio del calendario, porque el clásico se disputará el sábado, Racing ya está pensando en Independiente.
Rápidamente, la pregunta que amerita es si le jugó en contra la cercanía del duelo con los vecinos. La realidad es que la Academia falló en el área y en una ráfaga fatal, lo perdió por los dos gritos de Tomás Badaloni. Godoy Cruz acertó frente a Gabriel Arias cuando tuvo su oportunidad y Racing, que había generado cinco situaciones claras en el arranque del segundo tiempo, no pudo con Franco Petroli, un arquero que no tiene la valla invicta por obra y gracia de la casualidad. Los mendocinos, punteros de la Zona B, llevan 612 minutos sin sufrir en sufrir goles y son los únicos de los 28 participantes de la Primera División que no tuvieron que volver a sacar del medio.
La faltó la puntada final a Racing. Manejó la pelota, llevó el ritmo del partido, pero no pudo vulnerar a Petroli. Ni siquiera en la primera etapa, cuando buscó por afuera con las subidas de Gabriel Rojas por izquierda y Santiago Solari por la derecha. Cuando intentó por adentro con ese buen circuito que armaron Agustín Almendra y Juan Fernando Quintero. Cuando llegó con la pelota larga desde el fondo, especialmente en la ejecución de Agustín García Basso. Y en esta coyuntura, más allá de la voracidad ofensiva mostró en todo momento, no fluyeron los delanteros.
Ni Maximiliano Salas ni Adrián Martínez se destacaron. Pelearon con los centrales, se volcaron al juego físico, sobre todo Maravilla, pero perdieron sorpresa en el área. Hubo un gran trabajo de los centrales del equipo mendocino, es cierto. Pero el contexto no los favoreció en ese 3-4-1-2 que pergeñó Costas.
Racing tuvo una construcción más elaborada que Godoy Cruz, apostando a la tenencia, pero también al juego directo cuando el partido así lo pedía. Quedó claro en las posibilidades que tuvieron unos y otros en esos cuarenta y cinco minutos iniciales. Los mendocinos, a bordo de un 4-3-3, estuvieron cerca del gol por dos errores no forzados. Uno de Bruno Zuculini, que regaló una pelota casi en la puerta de su área y no lo lamentó porque el disparo pinchado de Tomás Conechny rozó el travesaño, y otro por una salida en falso de Arias, que quedó desarmado después de rechazar con los puños y no encontró una buena respuesta de Vicente Poggi, que remató desviado.
Racing, en cambio, tuvo dos situaciones muy claras a partir de un pase de Rojas que Quintero remató de zurda y murió en las manos de Petroli, y un derechazo de Zuculini que explotó en el ángulo y no pudo ser la remake del golazo que marcó el lunes pasado ante Newell’s en Rosario.
El primer tiempo fue intenso, con mayor atrevimiento de los locales, pero no tuvo el condimento del gol. Los gritos llegaron en la segunda parte. Y fueron inesperados porque lo tenía a tiro a Racing.
Sí, lanzado en ataque, tuvo un puñado de situaciones claras. No habían pasado sesenta segundos y Zuculini dejó a Solari mano a mano con Petroli. Hubo mérito del arquero, que achicó bien, pero el extremo le apuntó al cuerpo. Enseguida, Salas resolvió apurado cuando tenía a Maravilla solo para resolver y volvió a ganar el número uno visitante.
Hasta que hubo un revuelo en el área con Maravilla como protagonista. El delantero intentó rematar con Pier Barrios encima. Llegaron los empujones. Y Daniel Oldrá aprovechó para mover el banco. Entraron dos laterales, Lucas Arce y Thomas Galdames, y Roberto Fernández, un volante punzante. Y en cuatro minutos, Badaloni marcó dos goles.
El primero, a través de un centro de Manuel Guillén que el centrodelantero martilló ante la pasividad de Santiago Sosa. Después, tras un tiro de esquina de Juan Cejas que enganchó de zurda, otra vez frente a una defensa estática, que quedó retratada en la inacción de Almendra.
Llamó la atención el cambio de Costas. Entró Leonel Miranda por Zuculini. Dio la sensación de que necesita un disruptivo como Baltasar Rodríguez, que ingresó un ratito después. Racing atacó, dejó espacios, pero se disolvió en desbordes y centros que Pier Barrios y Federico Rasmussen rechazaron sin demasiados problemas o fueron controlados por Petroli.
Godoy Cruz ganó bien, a la espera de su debut en la Libertadores ante Colo Colo. Racing tiene crédito. Su gente lo dejó claro. Pero deberá mostrar otra cara ante Independiente, nada menos.
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