Estuvo de visita en el país y se entrevistó con Daniel Scioli para conocer el tema de primera mano. «Tenemos mucho para dar, somos profesionales y podemos ayudarlos a mejorar», advirtió. Evitó hablar de Liverpool, el club inglés que manejó su padre y que dejó con una deuda millonaria.
Saluda con un apretón de manos y a la pregunta que rompe el hielo, sorprende. “¿Messi o Maradona?”, es la cuestión. “Mascherano”, responde Foster Gillett. No es casual y poco tiene que ver con su pasado como volante central en el Highschool de Colorado, donde nació y se crió. Su padre George fue dueño del Liverpool y tiene buenos recuerdos del ex capitán argentino; también de Rafa Benítez, el técnico español de quien asegura “aprendí mucho”.
De impecable traje y corbata, y enormes anteojos, Foster Gillet se sienta a charlar con Clarín en la oficina del empresario Guillermo Tofoni, ubicada en la Alvear Tower, corazón de Puerto Madero. Es uno de los magnates que llegó a la Argentina con deseos de invertir en el fútbol argentino con la oleada de las Sociedades Anónimas Deportivas, un esquema que funciona en las grandes ligas y en casi todos los torneos de la región, pero que en nuestro país encuentra una gran resistencia.
Gillett Jr. hizo ruido en Francia, donde los medios publicaron noticias vinculadas a la compra del Olympique de Lyon -a punto de quebrar- en 600 millones de euros. También, en Escocia, específicamente por su interés de adquirir al Hearts FC. Y hasta tuvo conversaciones por Derby County, equipo del Championship (Segunda División) de Inglaterra. El miércoles estuvo en el Monumental, donde observó la victoria de River frente a Talleres. “Estoy acá para conocer más profundamente el fútbol argentino”, dice durante la entrevista que se desarrolla frente a un ventanal desde el que asoma la Bombonera en el horizonte.
A los 47 años, se reconoce fanático de los tiempos que Países Bajos era Holanda y tenía como figuras a Ruud Gullit y Marco Van Basten. Admira a Messi, Maradona y Mascherano, como mencionó en el “nice to meet you”, pero también pondera a Sergio Agüero, Lautaro Martínez y Gabriel Batistuta.
Una década después de su primera visita al país para practicar pesca con mosca en los lagos de la Patagonia, Gillett Jr. cree que “Argentina puede tener su propio Manchester City”. El club inglés que hoy es sensación de la mano de Pep Guardiola siempre estuvo bajo la sombra del United pero desde la llegada del jeque árabe Mansour bin Zayed, su progreso fue increíble, al punto de ganar la Champions League en 2023.
-¿Por qué invertiría dinero en nuestro fútbol?
-Por la pasión, por el profesionalismo, por la cultura, por las habilidades que tienen los jugadores, y porque creo que tiene todo lo que necesita un deporte de inclusión, con mujeres y chicos, especialmente.
-¿Sabe que el fútbol femenino está poco desarrollado en la Argentina y no tiene un gran mercado?
– En Estados Unidos el fútbol femenino es magnífico. Crecí en una cultura donde es más importante que el masculino. Y creo que ahora mismo tenemos una gran oportunidad para hombres y mujeres.
-¿Le gusta algún equipo en particular?
-Ahora mismo me gustan todos los equipos. Y quiero aprender, mirar un poco de todo en general, ver de qué se trata para tomar una determinación. La idea de invertir no se trata de un club en particular, si no del proyecto.
-¿Y qué le puede ofrecer al fútbol argentino?
-Voy a aportar mi conocimiento para potenciar todo lo que se puede hacer en un club, no sólo a nivel deportivo y económico; también, para mejorar la formación de los jugadores y que las joyas no se tengan que ir por la necesidad de venderlas, me gustaría que los hinchas puedan disfrutar a los jugadores durante un largo tiempo.
-Bajo ese concepto, ¿un club administrado por usted va a poder traer estrellas del fútbol mundial?
-El fútbol en este país es tan bueno que tiene el derecho de tener los mejores jugadores del mundo. El principal objetivo es que no se vayan tan jóvenes, sino que sea porque quieren irse y no por una necesidad económica.
-En la Argentina hay una gran resistencia ante la posibilidad de las SAD, ¿es consciente de esta situación, más allá de que el Gobierno impulsa el cambio?
-Entiendo, en general, cómo es la situación, pero estamos acá para demostrar que tenemos mucho para dar, que somos profesionales y que podemos ayudarlos a mejorar, no solo a nivel deportivo; también, en infraestructura.
-El hincha tiene miedo de que el negocio no sea redituable, el empresario se vaya y deje al club peor que antes. Está el caso del Manchester City pero también el de Troyes FC, por ejemplo.
-Creo que dentro del fútbol hay negocios que salieron bien y otros que salieron mal. No podría dar una opinión mala, lo que sirve es creer y apoyar.
-Un negocio que salió mal, y que por estas horas muchos hinchas se encargaron de recordar en las redes sociales, fue el que llevó adelante su padre y con su socio Tom Hicks. ¿Qué análisis hace de esa experiencia?
-No vine a la Argentina a hablar del Liverpool.
La entrevista sigue, pero es un momento incómodo para Gillett Jr. A fin de cuentas, la compra del Liverpool que había sido subcampeón europeo en 2006, derivó en años competitivos, pero la controvertida relación entre los socios terminó en una disolución que dejó al club rojo con una deuda de 270 millones de euros.
-¿Cree que va a poder convencer al hincha?
-Tengo un fuerte convencimiento de que puedo convencerlos para que me abran la puerta y me den la chance de la gran oportunidad que tenemos entre las manos. El hincha da el 100% y necesita que desde la inversión sea de la misma manera. Mi plan es el mismo que el del socio.
-¿Cuánto dinero podría invertir en la Argentina?
-El que sea necesario.
-Los clubes tienen prohibido por estatuto las SAD, algo que deberán cambiar producto del DNU para habilitar la opción. ¿Cree que, a partir de su inversión, algún club chico podría competir con Boca y River?
-Con la inversión, cada equipo tendrá una esperanza y la convicción de competir. La mayor cantidad de equipos que puedan competir, hará más fuerte a la Liga. El proyecto es que pueda haber algo parecido al Manchester City en Argentina.
-¿Sabe que en Primera División hay un campeonato de 28 equipos, a contramano a las grandes ligas?
-Creo que los dueños deben sentarse y evaluar las reglas antes de la competición, y hacer lo que los clubes decidan. Si es un torneo de 28, será porque así fue acordado entre todos. Tiene que ser un proceso democrático en el que todo se acuerde.
-El lunes compartió una cena con Daniel Scioli, secretario de Turismo y Deportes, ¿con qué sensación se fue de aquel encuentro?
-Fue un honor conocerlo, aprecio mucho el recibimiento, fue una reunión informativa, con objetivos claros. El mensaje del gobierno fue muy contundente y le da libertad al club de lo que quiere hacer. Me pareció bien claro y conciso, es muy bueno eso que les den a los socios la opción de elegir a futuro.
-Argentina cambió de Gobierno, está tratando de incorporar las SAD, pero el país está en una transición luego dos décadas de populismo que derivaron en una crisis económica y social. ¿Está dispuesto a arriesgar una inversión?
-Soy consciente de los riesgos, pero cuando ves un presidente que en siete meses logra lo que dice, te da mucha más seguridad. Javier Milei es la razón por la que vine a la Argentina. Creo en lo que el Presidente dice. Que un Presidente piense en el fútbol, que se involucre, para mí significa mucho. Es algo que no vi en ningún otro país. Cualquier futbolista que ve que el Presidente toma esta postura, valora más su esfuerzo, la búsqueda por su medalla tiene más sentido.
-El tema es que en la Argentina, Claudio Tapia es un dirigente que se maneja como un político. ¿También puede convercerlo a él?
-No puedo hablar de algo que no sé, no lo conozco.
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