Johana Colla (30), la fisicoculturista que compitió en un torneo sudamericano el último viernes, no tuvo una muerte violenta, según le aseguraron a Clarín fuentes cercanas al consulado en San Pablo. «Murió naturalmente, sin hallarse ninguna sustancia ni ningún rastro de violencia», confirmaron luego de realizarse la autopsia.
El cuerpo de Johana, que fue reconocido por JMR (iniciales de quien sería su pareja actual y que habría estado con la deportista al momento del fallecimiento), se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de San Pablo y será liberado por la Policía Civil en las próximas horas para su repatriación. De ese trámite está encargando Jorge Asp, presidente de la Federación de Fisicoculturismo.
«Si todo sale bien, mañana o el miércoles el cuerpo está en Buenos Aires», dijo Asp.
La mirada de la familia
En la casa de María Cristina, en Lomas de Zamora, se viven horas de caos, gritos y llantos. Reina el desasosiego. La dueña de casa es la mamá de Johana Colla, la fisicoculturista que viajó a competir a San Pablo en un torneo sudamericano del que salió subcampeona y horas después apareció muerta en la cama de su hotel.
«Tenemos dudas y más dudas. Acá no cierra nada ni por ahora se salva nadie», toma la posta Carmen Colla, hermana mayor de la fisicoculturista. «Todas son preguntas en torno a la muerte de Johana. Esto no fue una muerte súbita, como están diciendo. Antes de viajar a San Pablo el día miércoles, mi hermana ya me había dicho que había recibido amenazas para que no viajara. ¿De quién? No sé. Pero llamativamente viajó sola, sin su entrenador y sin su sponsor. Nunca viajaba sola y a ella también le sorprendía», remarca.
Confundida y todavía en shock, Carmen recuerda que habló el último miércoles, en vísperas de tomar el avión, con Johana. «Me comentó con insistencia lo de las amenazas, me dijo que en su rubro hay mucha competencia en el ambiente y tenía miedo, y yo sólo le dije que no viajara, que se quedara acá, con las nenas, pero Johana amaba el deporte, se mataba entrenando y se había pagado el pasaje con su plata».
Nerviosa y acelerada, Carmen habla del entrenador Gabriel Casado. «Estuvo acá, nos dio el pésame y cuando le preguntamos por qué no había acompañado a mi hermano, agachó la cabeza y no respondió. Después mi hermano Sergio también le preguntó y eludió la pregunta y se fue al ratito».
Cuando Johana llegó a San Pablo algo extraño sucedió. «La organización la ubicó en una habitación de hotel con un hombre, otro competidor, Gabriel Cáseres, que apenas conocía de vista. Parece que este tipo intentó inyectarle alguna droga para dormirla y abusar de ella. Es lo que nos contó Johana, desde el hall del hotel, cuando se escapó de esa situación. ¿Cómo se explica?», se pregunta indignada Carmen.
Pese a los sofocones, Johana estaba enfocada en la competencia, para competir en la categoría Woman´s Physique del torneo, representando a Argentina. «Igual nos dijo que había llamado a su novio, o ex novio, la verdad es que con Jonathan -su nombre- iban y venían, pero lo llamó para decirle si por favor podía viajar a San Pablo, a acompañarla, porque tenía miedo. Y él viajó para protegerla, y se viene a morir frente a sus ojos. No me cierra nada».
El último sábado, cerca de las dos de la mañana, Elizabeth, otra hermana de Johanna, recibió un mensaje de voz por whatsapp. «Johana convulsionó, se murió, no sé qué pasó. Yo me quedé dormido y cuando me desperté la vi en la cama, ella se movía raro, como si estuviera saltando». Desde el sábado hasta ahora, Jonathan se comunica sólo con Elizabeth, que le transmite los mensajes a Carmen.
«Conmigo no habla, yo no lo conozco y tampoco pongo las manos en el fuego por él. Por lo que me contaba Jo, la relación no andaba… Es increíble que él sea quien tenga que responder a las preguntas de la investigación y de su firma dependemos para que expatrien el cuerpo».
Qué dice la Federación Argentina de Fisicoculturismo
En las últimas horas, la Federación Argentina de Fisicoculturismo emitió un comunicado en el que expresaba el pesar por la muerte de Johana, quien «mientras dormía sufrió un paro cardíaco», puntualiza en el primer párrafo. «Las autoridades de la Federación nos hemos ocupado de los trámites legales y el acompañamiento a su pareja, quien se encontraba con ella en ese momento».
Sobre los dichos de la familia, el presidente de la Federación Jorge Asp afirmó desde San Pablo que «nada es así». En medio del trámite de «liberación del cuerpo y traslado a la funeraria», sostuvo que se están «haciendo cargo del traslado y todos los gastos porque la familia no puede». Y agregó: «Y Jonathan, que es la pareja, nada de ex pareja, me está ayudando con los últimos trámites».
Respecto de las amenazas, Asp le dijo a Clarín que las desconoce. «La verdad que no tiene sustento», subrayó. Sobre el argentino que compartió la habitación para economizar gastos», afirmó que «era otro muchacho del mismo gimnasio y compatibilizar estar juntos». Al otro día, el jueves, llegó el novio y «compartió la habitación con él».
«Y hasta donde sé, Johana estuvo contenta, compitiendo», cerró.
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