Se conocieron en las ultimas horas más detalles de los momentos previos a la muerte de la victima.
Según esos datos José Eduardo Figueroa no solo la ahorcó, sino que además le bloqueó la respiración por boca y nariz. La mujer tenía heridas defensivas.
Estos detalles contradicen la declaración del acusado sobre cómo sucedieron los hechos.
El crimen de Mercedes Kvedaras tuvo rasgos más violentos de los que se conocía hasta ahora. Fuentes de la causa confirmaron que, según la autopsia que firmaron tres profesionales, el deceso fue por asfixia mixta. Eso implica que además de ahorcamiento, el criminal le obstruyó la respiración al taparle la nariz y la boca. La presión sobre el cuello fue tan fuerte y pronunciada en el tiempo que incluso se le quebró el hueso hioides, según publicó El Tribuno
Se informó además que la victima tenía heridas defensivas en varias partes del cuerpo.
A medida que se analiza la declaración que dio José Eduardo Figueroa, acusado del femicidio de su esposa ocurrido el 4 de agosto en el barrio privado El Tipal, quedan en evidencia más inconsistencias. El abogado habló por primera vez del hecho el viernes último ante la jueza Victoria Montoya, con la presencia de la fiscal Mónica Poma; su abogado Juan Casabella Dávalos y la querella, constituida por Jorge Ovejero y Cayetano Oliver.
Figueroa declaró que la discusión por la crisis matrimonial empezó en la habitación, luego Mercedes se fue para el antebaño. De ahí forcejearon hasta el baño. El hombre, en su declaración, remarcó que ella tenía «fuerza». Sostuvo que se cayó a una bañadera (hidromasaje) y el se tiró encima. Narró que ella cayó boca abajo, que él la había agarrado de la parte de atrás del cuello.
Luego, según lo que declaró el viernes, se dio cuenta que Mercedes no reaccionaba, incluso dijo que intentó hacerla sentar. Allí se dio cuenta que ya había fallecido. Como se hizo notar en la edición de ayer, su relato no coincide con la investigación ni con los peritajes que se hicieron hasta el momento.
Según la autopsia, Kvedaras recibió un fuerte golpe en la zona de la cara. De eso no hizo referencia el imputado. Tampoco, en la audiencia multipropósitos del viernes en la Ciudad Judicial, si bien reconoció la materialidad del hecho, es decir la responsabilidad, jamás pidió perdón. Fuentes entienden que no podría intentar argumentar emoción violenta.
Seguramente cuando se avancen con las pericias, será un punto a tener en cuenta las características del baño y cómo se habría producido la caída de Mercedes en el hidromasaje. Eso también hará caer la versión de Figueroa, quien se desempeñaba como abogado.
Otras fuentes afirmaron que ante la jueza Montoya dijo que sacó a la mujer de la vivienda, la cargó en la parte de atrás del auto de ella y manejó hasta la zona de un terreno de otro familiar también ubicado en El Tipal. Indicó que fue hasta ahí para buscar un revólver. Antes, con un cuchillo, se cortó en las dos muñecas y en el cuello, pero las heridas fueron muy leves. No se afectó los vasos arteriales.
Cerca del mediodía del 4 de agosto, ambos fueron encontrados en el auto. Mercedes Kvedaras ya no tenía signos vitales y su pareja, José «Jota» Figueroa fue trasladado en código rojo al hospital San Bernardo. Por las heridas, su vida no corrió peligro. El acusado verbalizó que supuestamente se quería matar.
El viernes, pese a la gravedad de la triple acusación, homicidio doblemente calificado por el vínculo, la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género, en perjuicio de quien fuera su pareja, la defensa pidió la prisión domiciliaria. Se ofreció un domicilio en el mismo barrio donde se produjo el femicidio. La jueza Montoya rechazó ese pedido, no obstante, autorizó salidas para que vaya a consultas psiquiátricas. Figueroa está en la unidad de sanidad de la cárcel de Villa Las Rosas, con fuerte custodia para evitar que se suicide.
Con información de El Tribuno
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