El 1 del mundo jugó su mejor partido del torneo y no le dio opciones al argentino. Con este triunfo, el serbio llegó a 31 triunfos seguidos en su Grand Slam favorito. En los octavos de final jugará ante el francés Mannarino, que le ganó a Ben Shelton.
Tomás Etcheverry hizo lo que pudo ante un Novak Djokovic que recuperó el brillo y en su partido número cien en el Australian Open completó su mejor actuación en lo que va de la edición 2024 del certamen. Fue 6-3, 6-3 y 7-6(2) tras dos horas y 28 minutos de lucha, que le significó al serbio su billete para los octavos de final.
El vigente campeón superó con su triunfo al español Rafael Nadal y se confirmó como el segundo tenista con más apariciones (16) en los octavos de final del Abierto de Australia, en una lista liderada por el suizo Roger Federer, que ha estado presente en 18 ocasiones.
El campeón de 24 grandes certificó también su 63ra aparición en la cuarta ronda de un ‘slam’ y se acercó al maestro suizo Federer que con 69 presencias es el que más cuartas rondas disputó.
Su rival será el francés Adrian Mannarino, que venció en cinco sets al estadounidense Ben Shelton (16). Será su quinto cara a cara tras cuatro victorias de Nole, en las que solamente cedió un set recién en la última, disputada en 2018.
«Ha sido un gran choque, mi mejor partido hasta ahora. Los dos primeros sets fueron a un gran nivel», afirmó el balcánico ante el público de la Rod Laver que estalló con una sonora ovación después de que el vigente campeón contara las dificultades económicas por las que atravesó como joven en un país tocado por la guerra.
Respecto al choque, ambos tenistas arrancaron sin tomar excesivos riesgos, tratando de encontrar el ritmo desde la línea de fondo y con saques muy efectivos.
Sin embargo, el campeón de diez ediciones demostró el porqué de su idilio con esta pista y aprovechó las primeras dudas del argentino, que bajó su consistencia con el primer servicio y dio la posibilidad a Djokovic de demostrar que tiene una de las mejores devoluciones en la historia de este deporte.
Rompió Nole para establecer un 4-2 que desembocaría en un 6-3 inicial, dominado por una aparente igualdad, que se reflejó en 11 errores no forzados del balcánico y diez del argentino.
Etcheverry, que venció con solvencia en rondas anteriores al británico Andy Murray y al galo Gael Monfils, demostró una incuestionable solidez desde atrás con tiros cruzados pero su incapacidad por subir a la red o cambiar de direcciones desde el lado del revés, mejoraban a un Djokovic que no bajaba su acierto con el saque y cambiaba de direcciones a placer.
El segundo set comenzó con un tempranero ‘break’ que hundía aún más la conservadora propuesta de un Etcheverry forjado como tenista en el polvo de ladrillo y, como consecuencia, con los patrones de esta superficie obsoletos en la pista dura australiana.
El único elemento que mantuvo a flote al argentino fue un buen saque, frente a un Djokovic que tuvo que mantener su plan, consistente de fondo y cambiar al paralelo especialmente desde el revés, hasta un 6-3 en el segundo asalto que dificultaba aún más el camino a un hacendoso Etcheverry.
Djokovic tampoco se distrajo después de que la jueza de silla le diera un aviso por incumplir con los 25 segundos que disponen entre punto y punto al servicio y, a pesar de su rostro de inconformidad, se contuvo y prosiguió con sus rutinarios botes antes de ejecutar la moción de saque.
Sus 36 años le pesaron y su físico le impidió seguir con el mismo desparpajo frente a un Etcheverry que por fin decidió tomar un poco más de riesgos, con una mayor vocación por acabar los puntos en la red.
Los mejores intercambios llegaron sobre el capítulo que sería el del final, para deleitar a una ruidosa Rod Laver que quedó maravillada con largos peloteos de la más alta calidad.La veteranía de Djokovic se impuso en el tie break para el 7-6(2) definitivo, ante un Etcheverry que lo dejó todo sobre la pista y que regresará a Argentina orgulloso tras haber logrado su mejor registro en Melbourne.
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