Cada diputado, son 350, fue llamado y votó respondiendo «sí, no o abstención». Sánchez necesitaba 176 votos a favor para ser elegido.
Por segunda vez en cuatro años, Pedro Sánchez recibió este jueves los aplausos que retumban en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, en Madrid, cuando se acaba de elegir a un nuevo presidente del gobierno de España.
El candidato del PSOE consiguió la confianza del Parlamento en un clima tenso en las calles por las manifestaciones nocturnas en contra de la amnistía que Sánchez concederá al independentismo catalán a cambio del apoyo que los soberanistas le dieron para alcanzar la investidura.
En un Parlamento custodiado por 1.600 policías, el socialdemócrata superó la mayoría absoluta de 176 votos -que representan la mitad más uno de los 350 diputados que integran la Cámara- y fue elegido presidente en la primera votación de este jueves.
Sánchez logró enhebrar 179 “sí” de partidos con ideologías diferentes y hasta contrarias a la del PSOE, su partido.
Además de los suyos y de los diputados de Sumar, la coalición de partidos de izquierda que lidera Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo en funciones del anterior gobierno de Sánchez, lo apoyaron los independentistas catalanes, de Esquerra Republicana y de Junts, y los vascos: el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH Bildu.
[/caption]A ellos se sumaron el voto del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y el de Coalición Canaria.En la vereda de enfrente quedaron los 171 votos en contra del Partido Popular (PP), de Vox y de Unión del Pueblo Navarro (UPN).
Ley de amnistía
La reelección de Sánchez se produjo tres días después de que su partido registrara en el Congreso la propuesta de ley de amnistía que le exigían los independentistas catalanes a cambio de no votar en su contra.
Fue lo que el PSOE pactó con Junts per Catalunya, la fuerza política del ex presidente Carles Puigdemont, quien huyó de España a Bélgica en 2017, luego de haber organizado un referéndum de autodeterminación ilegal y de haber declarado unilateralmente la república de Cataluña.
“En nombre de España, vamos a conceder una amnistía a las personas encauzadas por el procés (proceso independentista) catalán”, dijo el candidato del PSOE sobre la propuesta de ley que liberará de las causas judiciales abiertas a cientos de independentistas.
“La amnistía que planteamos es perfectamente legal y acorde a la Constitución”, subrayó mientras un murmullo recorrió el Congreso de los Diputados.
La mayoría del sí son los jóvenes que luchan contra el cambio climático, las mujeres que gritan se acabó, los trabajadores y trabajadoras que no dejan de pelear por un futuro mejor o quienes quieren en libertad.
La mayoría del sí se convierte en gobierno. Vamos a por más.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) November 16, 2023
“La amnistía no será un ataque a la Constitución, sino una muestra de su fortaleza”, dijo Sánchez, convencido, cuando llevaba ya más de una hora y media de discurso.
Intentos en vano
De nada sirvieron las apelaciones a una repetición electoral del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que el domingo reunió a unos dos millones de españoles -según cifras del PP- en las plazas de 52 capitales de provincia del país para protestar contra la amnistía.
A fines de septiembre Núñez Feijóo tuvo su propio debate de investidura pero no logró los apoyos necesarios para formar gobierno.
“Yo no soy presidente porque no me vendo ni vendo a los españoles”, le dijo a Sánchez durante su intervención en el debate.
“Esta investidura se pronunciará a través de un ejercicio de corrupción política -aseguró el líder del PP-. Tomar decisiones contra el interés general a cambio de beneficios personales es corrupción política”.
Vox, por su parte, denunció antes del debate a Sánchez por cohecho y usurpación de funciones del Poder Judicial, entre otros delitos, y pidió la suspensión de la investidura como medida cautelar. Pero el Tribunal Supremo lo desestimó.
Cuando tuvo su turno de palabra, el líder de Vox, Santiago Abascal, consideró el debate de investidura “un golpe de Estado” y comparó a Sánchez con Adolf Hitler.
Luego su bloque parlamentario abandonó el hemiciclo y Abascal se unió a las protestas en las calles de Madrid en contra de la amnistía. Este jueves no se presentaron en el sala donde se desarrollaba el segundo día debate hasta la hora de la votación.
Maniobra
Sánchez logró así volver a ser nombrado presidente luego del adelanto electoral que sacó de la galera en mayo, un día después de la elecciones regionales y municipales en las que el PSOE perdió alcaldías y comunidades autónomas por goleada frente al PP.
Convocó elecciones en julio y salió segundo, detrás de Núñez Feijóo.
Comenzó entonces a tejer redes de posibles acuerdos para lograr sumar los apoyos necesarios que este jueves lo convirtieron, una vez más, en presidente.
Hizo, sin embargo, concesiones que condicionarán su gobernabilidad.
El “bloque de la investidura” se basa en fuerzas independentistas y regionalistas que buscarán sacar el mayor provecho del gobierno central presidido por un Sánchez que no sólo prometió una ley de amnistía sino también mejoras fiscales, aumentar el autogobierno y condonar deudas de la comunidades autónomas.
Machado, Serrano y Milei
Fueron más de doce horas de debate de investidura, repartidos entre miércoles y jueves, durante las que las chicanas llevaron a citar hasta al poeta Antonio Machado y al cantautor Ismael Serrano.
En su discurso inaugural del debate, Sánchez le dedicó unos párrafos al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.
Se refirió a “la derecha tradicional argentina, arrollada por el delirante discurso reaccionario de Milei”.
Y volvió a criticarlo: “En estos días se han proclamado muchas cosas en las calles de nuestro país, pero hemos escuchado decir a un líder de extrema derecha en otra parte del mundo, en Argentina, lo siguiente: ‘La justicia social es una aberración y es injusta porque implica un trato desigual frente la ley’ -citó Sánchez a Milei-. Algo que aquí, en España, estamos curados de espanto porque no nos sorprende”.
Este jueves, detrás de las vallas que blindaban el Congreso de los Diputados, donde del lado de adentro Pedro Sánchez era aplaudido como flamante presidente del gobierno, un argentino que no quiso dar su nombre sostenía una pancarta de cartón con la silueta del líder de La Libertad Avanza y una inscripción: “Más Milei y menos Sánchez”.
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