La mujer habría recomendado o avalado con su firma a empresarios que se presentan a licitaciones públicas. El presidente del Gobierno español agregó que comunicará su decisión el próximo lunes.
Eran las siete de la tarde en España de un miércoles más de otoño que de primavera cuando el presidente Pedro Sánchez comunicó a través de sus redes sociales que se tomará unos días para decidir si renuncia o sigue en el Palacio de la Moncloa.
La denuncia, fundamentada en noticias de prensa, señala que, prevaliéndose de su condición, habría recomendado o avalado con su firma a empresarios que se presentan a licitaciones públicas.
Sánchez entró en crisis y amaga con dejar el gobierno después de que un juzgado de Madrid abriera una investigación a su esposa por presunta corrupción.
“¿Merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa”, dice Sánchez en una carta que no conocía casi nadie en su entorno más íntimo del gabinete ni del PSOE, el partido del cual es secretario general.
Sánchez canceló su agenda pública hasta el lunes, cuando comunicará su decisión.
“Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del gobierno o renunciar a este alto honor”, se pregunta.
La causa abierta contra Begoña Gómez, con quien se casó en 2006, fue el detonante que provocó la reacción del presidente del gobierno, que lleva meses de desgaste de alto voltaje.
Su pacto con los independentistas catalanes y vascos para lograr su reelección a finales del año pasado, la aprobación de una polémica ley de amnistía para borrar los delitos cometidos por quienes colaboraron en el intento separatista de Cataluña de 2017 y las denuncias de una presunta red de corrupción en la compra de material sanitario durante la pandemia corroen su gestión.
Las denuncias contra su esposa por haber recibido supuestos favores y por haber recomendado presuntamente a empresas que luego obtuvieron fondos o contratos con el Estado español provienen de una organización llamada Manos Limpias.
Manos Limpias se presenta como un sindicato de empleados y empleadas de la función pública.
Fue fundado por un integrante del ex partido de ultraderecha Frente Nacional y es afecto a denuncias de gran repercusión mediática que los juzgados suelen archivar.
Sánchez, en su carta, apunta al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y a Santiago Abascal, presidente de Vox, como quienes mueven los hilos de esta investigación contra su esposa por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción privada.
“Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó ‘la máquina del fango’. Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas”, asegura Sánchez.
Sorpresa
No es la primera vez que Pedro Sánchez apela a un golpe de efecto. En mayo del año pasado, a menos de 24 horas de las elecciones regionales y autonómicas en las que el PSOE cosechó un pésimo resultado, Sánchez dio un volantazo y anticipó los comicios generales para ver si podía mejorar en votos.
“A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo”, asegura el presidente en su carta.
“Denunciamos que el presidente del gobierno apueste por la victimización y la lástima en lugar de por la rendición de cuentas y la claridad”, fue la reacción de Cuca Gamarra, secretaria general del PP.
“Creemos que, en lugar de desaparecer cinco días, el presidente debe aparecer de manera urgente para dar una explicación razonada de los escándalos que rodean a su partido, a su gobierno y a su pareja”, agregó.
“No sabemos si se retira para preparar su defensa legal, porque hace tiempo que debía estar sentado en un banquillo”, ironizó el líder de Vox.
“Pero lo que sí sabemos, y nunca olvidaremos, es que es el presidente que logró la investidura con el mayor acto de corrupción política nunca visto, amnistiando a criminales a cambio de votos”, dijo Abascal.
Nunca antes el fuego cruzado en la política española arrastró a los entornos familiares de los líderes como ahora.
Las denuncias contra la esposa del presidente surgieron luego de que se hiciera pública una investigación fiscal contra la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por una evasión de varios cientos de miles de euros que él luego reconoció ante la Justicia.
Y en medio de la creación de comisiones parlamentarias, en Diputados y en el Senado, en las que el PSOE y el PP intentan investigarse mutuamente por presuntas irregularidades en la compra de material sanitario durante los primeros meses de la pandemia, luego de que un asistente del ex ministro de Trabajo, José Luis Abalos, cobrara comisiones posiblemente ilegales por conseguir barbijos.
Palabras de Pedro Sánchez
Durante la sesión de control al gobierno de este miércoles por la mañana, cuando en el Congreso de los Diputados todo el mundo sabía que el juzgado de Instrucción número 41 de Madrid había aceptado investigar a Begoña Gómez, el portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, le preguntó al presidente del gobierno si creía en la Justicia.
“En un día como hoy, y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo sigo creyendo en la Justicia de mi país”, respondió un Sánchez serio y con las mandíbulas apretadas.
En vez de una cadena nacional -como utilizó el presidente argentino Javier Milei hace unos días-, Pedro Sánchez prefirió las redes sociales.
“Carta a la ciudadanía”, la tituló.
“No le cree nadie, ni su círculo más cercano”, opinó Núñez Feijóo, el líder del PP.
“El lunes va a decir que después de las muestras de cariño y afecto incondicional, dirá que para parar a la derecha y la extrema derecha seguirá al frente del gobierno”, pronosticó.
Opciones
Si resolviera quedarse en La Moncloa, Pedro Sánchez podría someterse a un voto de confianza en el Parlamento.
Otra posibilidad es que renuncie sin convocar elecciones y que entonces haya que investir a un nuevo presidente.
En el supuesto caso que se incline por un nuevo adelanto electoral, no podría hacerlo antes del 29 de mayo, fecha en la anunció los últimos comicios anticipados. La Constitución española establece que, como mínimo, debe transcurrir un año desde la última convocatoria.
próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión”, promete Pedro Sánchez en su carta.
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