La psicopedagoga Laura Rodríguez Torres, explicó sobre la ley nacional que promueve la concientización sobre sexualidad y el conocimiento del cuerpo en los niños y niñas.ESI (Educación Sexual Integral), es una política pública constituida porla ley 26.150, que genera espacios de enseñanza y aprendizaje en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada que promuevan saberes y habilidades en niños, niñas y adolescentes para que puedan tomar decisiones de manera autónoma e informada con respecto a su sexualidad y su cuerpo.
En ese sentido, la ESI abarca cinco ejes que son cuidar el propio cuerpo y la salud, valorar las relaciones interpersonales libre de discriminación, coacción y violencia, garantizar la equidad de género, respetar la diversidad y ejercer los derechos propios en cuanto a la sexualidad e integridad.
Para la aplicación de estos ejes, la propuesta educativa tiene en cuenta las etapas de desarrollo de los estudiantes —por nivel educativo: Inicial, Primario y Secundario—. Y si bien forma parte del proyecto educativo de la escuela, también promueve el trabajo articulado con centros de salud, organizaciones sociales y familias.
Nivel Inicial
Se enseñan a reconocer las partes externas del cuerpo humano y el vocabulario correcto para nombrar los órganos genitales, se estudian los procesos de gestación y nacimiento, la confianza, la libertad y la seguridad para expresar ideas, opiniones y pedir ayuda.
La igualdad de oportunidades para niñas y niños en juegos y trabajos, evitando estereotipos de género, la diversidad de familias, decir “no” frente a interacciones inadecuadas con otras personas y no guardar secretos que los hacen sentir incómodos, mal o confundidos, también son temas a tratar en esta etapa.
Nivel Primario
En este período se enseña a percibir al cuerpo humano con necesidades de afecto, cuidado y valoración, los procesos de crecimiento, desarrollo y maduración, los caracteres sexuales y los cambios que se ven y se sienten en la pubertad.
Además se promueven las ideas de la igualdad para varones y mujeres en juegos y en actividades motrices e intelectuales, la diversidad en las personas: apariencia física, orientación sexual e identidad de género, se analizan los estereotipos corporales de belleza, se fomenta la superación de prejuicios y actitudes discriminatorias y sobre todo los vínculos socio afectivos con los pares, los compañeros, las familias y las relaciones de pareja.
En esta etapa se comienza a introducir los conceptos del embarazo, los métodos anticonceptivos y la prevención de las infecciones de transmisión sexual, el derecho a la intimidad y el respeto a la intimidad de los otros/as, la vulneración de derechos (abuso sexual, violencia de género y trata de personas), prevención del grooming (acoso en las redes sociales) y a aprender a decir “no” frente a interacciones inadecuadas con otras personas.
Nivel Secundario
En este nivel la enseñanza se centra en explicar porque el cuerpo que cambia, la autonomía y su construcción progresiva, las distintas formas de ser joven según los contextos y las experiencias de vida, construcción de identidad y de proyecto de vida, los patrones hegemónicos de belleza y su relación con el consumo.
En este periódo ya se tratan temas de reproducción, embarazo, parto, maternidad y paternidad desde un abordaje integral, el embarazo no intencional en la adolescencia: los métodos anticonceptivos, la prevención de infecciones de transmisión sexual, los marcos legales para el acceso a los servicios de salud sexual, la pareja, el amor y el cuidado mutuo en las relaciones afectivas.
La violencia de género en el noviazgo, el reconocimiento y respeto a las distintas maneras de ser mujer y de ser varón, el análisis crítico de la femineidad y la masculinidad en distintos contextos, el derecho de las personas a vivir su sexualidad de acuerdo a sus convicciones y preferencias en el marco del respeto por los/as otros/as, la vulneración de derechos sexuales (discriminación, violencia, acoso, abuso, maltrato, explotación sexual y trata), distintas miradas sobre el aborto (como problema ético, de salud pública, moral, social, cultural y jurídico, etc.) y la prevención del grooming.
Al trabajarla, la ESI habilita diálogos, habilita la posibilidad de generar debates, de poner en consideración debates sociales, y promueve diálogos intergeneracionales entre niños, niñas, adolescentes y adultos.
Por qué la ESI se trabaja en la escuela
Cuando se pensó la ley, se consideró que niños, y adolescentes de la Argentina deben saber un corpus de información. Después si esa persona es musulmán, judío o de una familia ultracatólica y quiere seguir ciertas tradiciones, el Estado no se mete en eso.
El Estado debe garantizar que todos los niños reciban la misma información, que no es una información discrecional sino una información científica, con validez internacional. La ley establece que la ESI es un derecho y es el Estado el que tiene la responsabilidad de garantizarlo. Sin embargo, “lejos de desconocer el rol de las familias, establece que las mismas tienen derecho a estar informadas”, por eso como familia se debe investigar y compartir con la escuela lo que se dictara.
Porque la tarea de educar es una tarea compartida con las familias y, en ese sentido, “es responsabilidad de la escuela habilitar espacios de encuentro y de trabajo con las familias”. Hay que tener en cuenta que la generación de adultos no tuvimos en su mayoría ESI en las escuelas. Tuvimos una educación sexual centrada en el callar, en el tabú, donde se transmitían valores de miedo, de vergüenza por el propio cuerpo, por el disfrute, por la sexualidad, basada en mitos.
La ESI tiene como objetivo la construcción de una nueva ciudadanía, niños y adolescentes puedan ejercer plenamente sus derechos sexuales y reproductivos y sean mejores ciudadanos, sean capaces de vivir en un mundo diverso, ser felices, disfrutar de su cuerpo, de su sexualidad, de sus identidades.
Pero, la gran mayoría de los adultos no tuvimos educación sexual integral desde esa perspectiva. Entonces, la tarea que tiene la escuela no es solo hacia sus estudiantes sino que tiene que expandirse a toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes, auxiliares, familias, negocios y organizaciones del barrio) que debe ser sensibilizada porque muchos de los que la conformamos fuimos educados en base a prejuicios.
Cómo se puede trabajar la ESI fuera de la escuela
Trabajar la ESI por fuera de la escuela brinda la oportunidad de llegar a adolescentes no escolarizados y de involucrar a toda la comunidad para garantizar que la ley se efectivice.
A través de esta Ley, podemos darle a nuestros hijos una valiosa herramienta, en donde no solo se educara sobre su cuerpo, u organismo, si no también sobre valores , derechos y obligaciones como ciudadanos, que los ayudara a evitar abusos, u otras experiencias no favorables mientras van constituyéndose como adultos responsables.
Por Laura Rodríguez Torres
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