En algunos lotes se registran daños del 50, 80 e incluso 100 por ciento. La afectación de las plantas repercutirá también en la próxima campaña.
El clima no deja de jugarle malas pasadas al campo salteño. Mientras muchas de las producciones enfrentan siembras difíciles a partir de la escasez de lluvias y la falta de humedad en los suelos, en los Valles Calchaquíes una helada tardía en la madrugada del 1 de noviembre afectó la actual campaña vitícola y repercutirá, incluso, en la del año que viene.
Las pérdidas de fruta para la actual campaña promedian el 20 por ciento, porcentaje que se traslada en forma directa a la producción vitivinícola, con lo que vastos sectores de la economía regional verán afectada su rentabilidad en esta campaña.
Sin embargo, por el estadío de las plantas de viña al momento de la helada, el daño ocasionado por el fenómeno climático repercutirá también en la próxima campaña. Asimismo, en algunas zonas del valle se reportan daños que alcanzan la totalidad de la producción.
Helada insólita
El asesor agronómico en vitivinicultura, Juan Luciano Prates, confirmó que la del 1 de noviembre «fue una helada insólita».
El experto, con una experiencia de más de 20 años trabajando en Cafayate, reveló en este sentido que «noviembre es un mes en el que casi tenemos definido el potencial de rendimiento de la planta; ya están las cartas jugadas y nos cruzó esto».
Detalló en la misma línea que había un pronóstico de bajas temperaturas, «pero no pudimos ver que iba a ser tan grave la helada».
Por ejemplo, indicó que «en Jujuy había un pronóstico de tres días con temperaturas bajo cero y ahí se prepararon para el evento que, aún así, les hizo un desastre».
Asimismo, expuso que en la zona ya vienen de una «primavera muy fresca, rara, con una brotación muy heterogénea, con falta de temperatura para desarrollar. Pero noviembre suele ser el mes más caliente y pensamos que iba a ser el mes en el que íbamos a levantar brotes y a generar mucha canopia y mucha hoja».
«Sin embargo, la madrugada del 1 de noviembre hubo una helada con mucho daño que causó una afectación muy importante», informó.
Prates explicó que es difícil ser preciso en el cálculo del daño, ya que la viña tiene la particularidad de que las heladas dañan la producción actual, o sea la uva que se va a cosechar en el verano 2022/2023, pero también daña la fruta del año que viene, porque la yema ya tiene diferenciadas en su interior los racimos del año próximo, por lo que es complejo calcular lo que se perderá. No obstante, estimó «una merma del 20% de uva sin dudas», y aclaró que «en determinadas zonas hay daños que alcanzan el 50, el 80 e incluso el 100 por ciento, según como asentó la helada».
Explicó al respecto que «la helada fue generalizada, aunque las partes más altas están más resguardadas porque el aire frío es más pesado y se asienta abajo, por lo que va generando daño a medida que baja y, donde se asienta, hace un daño muy importante».
«Tenemos un daño importante en la parte baja de Cafayate, de la ruta 40 hacia abajo, en varias empresas con mucha escala; lo mismo que en la zona de Tolombón, donde también es muy importante el nivel del daño», anticipó.
Prates recordó que «la última helada que habíamos registrado con mucho nivel de daño fue la de 2016, en octubre», y consideró que «mientras estemos con este bajo índice de incidencia en la frecuencia de estos eventos, lamentaremos esas campañas pero no es tan grave como si ocurrieran con mayor frecuencia porque es un daño económico importante, muy oneroso, con pérdidas grandes de jornales, de trabajo, de producto zonal».
Golpe
Prates anticipó que el daño en las plantas de vid «se traslada linealmente a la cantidad de vino elaborado: pierden todos, el dueño de la uva, el trabajo, el jornal, el embotellado, toda la cadena del sector».
«En Salta será muy importante el golpe», advirtió.
Además, indicó que para paliar la gravedad del impacto en las plantas de cara a la próxima campaña es necesario «desde ahora y hasta el año que viene alimentar a la planta con todo el recurso posible para que genere la mejor canopia (conjunto de hojas) y pámpanos (nuevos crecimientos anuales de la planta) lo más grandes posibles, porque de eso depende la brotación del año que viene ya que la planta guarda reservas, y hay que apostar a la reconstrucción productiva de la arquitectura de la planta para la temporada que viene».
No obstante, dijo que «anímica y financieramente que se le pida un esfuerzo económico al productor en este momento que perdió suena contradictorio, pero agronómicamente es lo que hay que hacer».
Zonas y producciones afectadas
El asesor agronómico en vitivinicultura, Juan Luciano Prates, indicó que Cafayate no fue la única zona con daño en la región. También se vio afectada la parte norte del Valle Calchaquí: «En la zona de Cachi hubo mucho daño reportado, lo mismo que en los valles intermontanos como Luracatao, donde hay incipientes viñedos de alta calidad».
Lo mismo para Colalao del Valle en Tucumán, parte de Catamarca, y las provincias de La Rioja, Mendoza y San Juan, estas últimas dos que están muy golpeadas.
Pero tampoco fue la vid la única producción comprometida por la helada del 1 de noviembre, también hubo daños en trigo, arándanos y duraznos: «No dejó nada en pie de lo que estaba en planta».
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