El Episcopado expresó su preocupación por la miseria, la marginación y la grave situación que atraviesan los niños y los jubilados; alertó sobre la complicidad de la política, la justicia y el campo empresarial en el negocio ilegal de la droga.
Al concluir una semana de deliberaciones, el Episcopado describió un preocupante cuadro social y denunció el avance de “la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte”, y el sicariato, que “seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial”.
Con la presidencia del titular del cuerpo, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, la Iglesia transmitió su preocupación por la profundidad de la crisis en el campo social y advirtieron que millones de niños y niñas se debaten entre la miseria y la marginación”. En una fuerte declaración, cuyo título es “En tiempos difíciles, amar a los demás y alegrar sus vidas”, el centenar de obispos sostuvo que “a muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos, porque la jubilación no alcanza”.
Los obispos denunciaron el cierre de comedores comunitarios por falta de asistencia, por lo que “muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día”, además de alertar sobre las consecuencias de la vigencia legal del aborto.
Frente a las medidas impulsadas por el gobierno de Javier Milei, el Episcopado expresó su inquietud por “la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos”.
#124AP | "En tiempos difíciles, amar a los demás y alegrar sus vidas"#Mensaje al pueblo de Dios de la 124° Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino.#Comunicación #CEAhttps://t.co/WGu3Uyqr8N
— Conferencia Episcopal Argentina (@EpiscopadoArg) April 19, 2024
Y completó la descripción social con más denuncias sobre la falta de empleo, entre otras situaciones. “Familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la construcción de la patria”, dijeron los obispos.
En su mensaje, el Episcopado describe “una sociedad que parece vivir en el constante enfrentamiento, donde priman el individualismo y una libertad sin amor”.
El documento de los obispos es el primero que desmenuza el estado de la situación social, a cinco meses del inicio del gobierno de Milei. Expresa que “desde hace décadas vivimos tiempos difíciles en nuestra querida Argentina” y señala que “hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana”. Los obispos aprobaron el pronunciamiento un día después de ratificar su invitación al papa Francisco para que visite la Argentina por primera vez en su pontificado.
En esos cinco meses, el Presidente visitó a Francisco en el Vaticano en febrero, en ocasión de la canonización de Mama Antula, y recibió en marzo a la conducción de la Conferencia Episcopal, que le llevó su preocupación por problemas en la distribución de alimentos en los comedores comunitarios.
“Son tiempos complejos -prosigue el texto de los obispos-, por momentos contradictorios, en los que conviven una esperanza y paciencia honda de nuestro pueblo, que habla de su grandeza de corazón, con una incertidumbre y una creciente vulnerabilidad de las personas”.
“En tiempos difíciles no nos tenemos que cansar de amar a los demás y de alegrar sus vidas”, señalaron los obispos al citar una frase de San Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita fallecido en 1952 y chileno comprometido con la realidad social de sus contemporáneos.
Llamaron, también, a expresar el amor con los demás a través de gestos, especialmente en momentos de fuerte complejidad social. “Un amor con gestos, porque nuestros gestos son el modo de demostrarle a nuestro pueblo que entendemos su dolor. Advertir sus heridas y vivirlas en proximidad y cercanía. Tomar partido por los más frágiles, defender su dignidad, implicarnos personalmente en sus gozos y esperanzas, en sus sufrimientos y problemas”.
Al respecto, los obispos señalan: “Estamos convencidos de que el amor con gestos concretos y la alegría son el anuncio más explícito del Evangelio”.
Y concluyen que “en el actual contexto económico y social argentino es fundamental sostenernos en esa alegría, una alegría profunda y duradera, la que nace del encuentro con el Señor. Es una alegría que nos libera de la desesperanza y del desaliento, evitando transformarnos en profetas de calamidades que solo desparraman pánico y angustia”.
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