Los padres de los propios alumnos atraparon a la maestra llevándose guardapolvos, zapatillas y útiles en varias casas a un domicilio desconocido.
Lo que hizo no merece perdón. La comunidad educativa de la escuela Nº4.206 Frontera Argentina, del Abra Santa Cruz, en Santa Victoria Oeste descubrió que atrapó a la ex directora Ester Quispe intentando llevarse ropa, calzado y útiles que les corresponden a los alumnos de la zona más pobre de la provincia.
La acusada fue removida de su cargo de directora y reubicada en otra escuela de Santa Victoria Oeste, en el paraje Huertas. La misma suerte corrió el hermano de la exdirectora, Fernando Quispe, un conflictivo docente de la escuela Frontera Argentina, quien fue reubicado en la escuela del paraje Santa María, en el mismo municipio.
Lo anterior nombrado es solo un dato. Hace unos días llegaron durante la madrugada dos camionetas, cargaron decenas de cajas y se las llevaron con rumbo desconocido. La misma operatoria se iba a repetir el pasado lunes, pero los padres interceptaron a la exdirectora Quispe cuando intentaba cargar otras numerosas cajas en un vehículo.
La sorpresa de todos fue al abrir las cajas y ver que contenían guardapolvos nuevos de todos los talles, zapatillas de números diversos, útiles escolares sin uso al por mayor, utensilios de cocina, decenas de banderas nuevas.
El director actual, Alfredo Valor, quien es docente de esta escuela desde 2017, informó que se hizo una denuncia penal porque la directora se fue sin entregar documentación y cosas de la escuela.
«Yo asumí en marzo y recién el 4 de julio me entregó la documentación de la escuela», expresó en una entrevista a El Tribuno.
Por su parte, Evangelista Subelza, presidenta de la Cooperadora Escolar y secretaria de Personería Jurídica de la Comunidad Kolla del Abra Santa Cruz, pidió que investiguen a los involucrados. «Hemos hecho la denuncia penal que está asentada en la Fiscalía Penal 4. Solo luchamos por el bien de nuestros niños que son muy necesitados».
La escuela primaria Frontera Argentina comparte tres aulas con el colegio secundario rural 5.218 desde 2013, lo que ha deteriorado seriamente las condiciones del edificio y la calidad de vida de todos los alumnos durante las horas de clases.
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