Carlitos logró su primera final. Cuando parecía que todo terminaba en empate, el penal que dio Rapallini desató la locura entre la gente del Rojo y la bronca de los jugadores del Fortín.
Hubo desahogo en el infierno y pura bronca en el Fortín. En el estreno de Carlos Tevés en el banco, Independiente le ganó un duelo clave por la lucha de la permanencia a Vélez por 2-1 con un penal polémico sobre la hora y Sebastián Méndez y sus jugadores estallaron de furia. Rapallini cobró una falta afuera del área sobre Cauteruccio que no pareció existir y el VAR la marcó adentro. Así, el Rojo volvió a ganar después de cuatro partidos (tres derrotas y un empate) y salió de la zona de descenso.
Hubo sorpresa en el LdA-Ricardo Enrique Bochini cuando la voz del estadio anunció la formación de Independiente a menos de 40 minutos del inicio de la era Tevés. Es que Carlitos le escondió el equipo hasta a los propios jugadores hasta último momento y despertó el asombro de la mayoría con sus primero once.
¿Por qué? Porque cumplió con eso de que con él arrancan todos en igualdad de condiciones. En su 5-3-2 reaparecieron Joaquín Laso y Damián Pérez como titulares. Y jugó fuerte el Apache con la salida del goleador, Martín Cauteruccio para formar un doble nueve con Alexis Canelo y Matías Giménez.
Y de movida su Independiente demostró esa intensidad que remarcó Carlitos en su presentación. “Conmigo el que no corre no juega”, había expresado el flamante entrenador rojo cuando asumió. Sus muchachos captaron el mensaje. El local tomó la iniciativa en la fresca tarde-noche bonaerense y apretó a un Vélez que perdió rápidamente el mediocampo.
Agregue un Comentario