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Elecciones en Francia: los rivales de Le Pen no logran ponerse de acuerdo y le allanan el camino a una victoria en el balotaje del domingo

Los sectores de derecha del oficialismo se niegan a apoyar al Frente Popular, que salió segundo en primera vuelta. A su vez esa coalición de izquierdas aún no encuentra candidato a primer ministro.

La construcción del Voto Republicano para frenar al lepenismo avanza como un parto con fórceps en Francia. El problema es que el macronismo presidencial, severamente derrotado en la primera vuelta de las elecciones legislativas, no está unido para apoyarlo en el segundo tour del 7 de julio. El cierre de inscripción de las candidaturas vence este martes a las seis de la tarde.

Varios ministros, que provienen de la derecha del partido oficialista Ensemble se niegan a votar al Nuevo Frente Popular, que reúne a la izquierda, comunistas, socialistas y la Francia Insumisa (FI), porque consideran “antisemitas” a las filas de Jean Luc Melénchon y la FI.

Esos ministros prefieren inclinarse por “Ni uno ni otro”. Una fórmula que le permite avanzar a Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella y Marine Le Pen en este balotaje. Hasta estas elecciones, el lepenismo siempre fue considerado como una amenaza a la democracia francesa por su xenofobia y su ultraderechismo, que debía ser frenada republicanamente. Funcionó siempre. Ahora ha dejado de asustar a los electores.

Los problemas del frente republicano

El Jefe de Estado y el Primer Ministro intentan activar el “frente republicano”, cuando el clan Le Pen avanza sobre la República. Pero esta vez esa barrera republicana no será unánime internamente en la perdida mayoría presidencial.

Una reunión de ministros en torno al presidente Emmanuel Macron, el lunes al mediodía en el Elíseo, dio lugar a tensos intercambios sobre la actitud a adoptar ante la segunda vuelta de las elecciones legislativas anticipadas, prevista para el domingo. Macron va perdiendo la autoridad frente a ministros, que saben que el próximo lunes, ya no lo serán más, con sus carreras políticas destruidas por una disolución de la Asamblea Nacional inexplicable por parte del jefe de estado.

Macron y su esposa votan el domingo pasado en la primera vuelta de las legislativas en Francia. Foto: APMacron y su esposa votan el domingo pasado en la primera vuelta de las legislativas en Francia. Foto: AP

Un día después de una primera vuelta desastrosa para la antigua mayoría presidencial, los ministros estaban “cansados, tristes”, describió uno de ellos: “Había mucha amargura e ira contra el presidente, que dio la impresión de estar en otra parte y que nos hace someternos a una decisión que no elegimos» describió.

El macronismo dividido y enojado

Cuando habló durante esta larga reunión, el presidente Emmanuel Macron intentó marcar la línea, en un guiño dirigido al Nuevo Frente Popular (NFP, 27,99% de los votos).

«Es la extrema derecha la que está en camino de acceder a los cargos más altos. Nadie más», afirmó, continuando con su declaración escrita del domingo por la tarde. Allí convocó «a una gran reunión, claramente demócrata y republicana, para la segunda vuelta” contra la Reagrupación Nacional (RN) y sus aliados, que obtuvieron una buena ventaja, con el 33,15% de los votos.

«Es intolerable», afirma Bruno Le Maire, que llegó al macronismo del Republicano de Nicolás Sarkozy, añadiendo que «los franceses de fe judía también tienen miedo» cuando sugirieron de votar al NFP. «No podemos considerar el antisemitismo como un tema incidental», afirma Aurore Bergé. «Nuestros compatriotas judíos consideran que se les está pisoteando al pedirles que se retiren».

Desistir, la estrategia

El primer ministro Gabriel Attal también defiende una línea del “frente republicano”, tradicionalmente construido por la izquierda. Y aboga por el retiro de candidatos que llegaron terceros en la primera vuelta . El famoso “desistir de participar” en la “triangular” en la segunda vuelta de este domingo, si obtuvo más del 12,5 por ciento, para no favorecer la elección de un diputado lepenista de RN. Hasta ahora van alrededor de 165 “desestimientos”.

Más que sumarse al voto del Nuevo Frente de Izquierda, Attal juega a que los terceros desistan e impedir que RN consiga lo que busca: una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, que la va a llevar a una cohabitación forzada con Macron. El cree que la izquierda tampoco va a conseguirla.

La cifra tan esperada se conoció a las 6 de la tarde, hora francesa. Hubo 218 desestimientos, 91 triangulares mantenidas y 2 cuadrangulares. Estos desestimientos perjudican las ambiciones de Reagrupación Nacional de conseguir una mayoría absoluta.

De esos desestimientos para “hacer barrera” al lepenismo, 82 fueron del macronismo, 130 del Nuevo Frente Popular y 2 de Los Republicanos hasta ahora.

Las fuerzas del orden se preparan para posibles disturbios postelectorales. La policía no se toma a la ligera la perspectiva de tensiones en la calle, alimentadas por la extrema izquierda, si el FN logra su avance en la segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio. El Ministerio del Interior se encuentra en la delicada situación de tener que gestionar la seguridad, con el peso de las amenazas y la urgencia atentado en que el país se encuentra,. Antes de los Juegos Olímpicos.

En todos los cuarteles y comisarías, funcionarios y militares han comprendido que habrá que esperar a la formación de un nuevo gobierno para ver más claramente las opciones de seguridad del país. Y la perspectiva de un ejecutivo bicéfalo que se disputaría, entre el Elíseo y Matignon, los controles del aparato soberano, en caso de cohabitación, no es tranquilizadora para nadie.

No hay una línea clara

“No hay una línea clara” admite un funcionario de la cercanía presidencial. Sobre todo porque los aliados macronistas François Bayrou (MoDem) y Édouard Philippe (Horizons) también se muestran muy reacios a ofrecer votos a Francia Insumisa.

Con la sorpresiva disolución de la Asamblea Nacional, su ex primer ministro Edouard Philippe, furioso, consideró que Emmanuel Macron “mató a la mayoría presidencial”.

En un breve discurso, desde su ayuntamiento de Le Havre, Édouard Philippe recordó el resultado de esta primera vuelta: “La mayoría saliente no será renovada. La decisión de disolver la Asamblea Nacional ha puesto fin, en efecto, al panorama político resultante de las elecciones presidenciales de 2017″.

Su propuesta de formar una «nueva mayoría», ampliada, se enfrenta a dos fuertes impulsos. A su derecha, la de RN (33,15%), a punto de obtener al menos una mayoría relativa de escaños. A su izquierda, el del Nuevo Frente Popular (NFP, 27,99%).

Hoy Édouard Philippe no tiene más jefe. Sus ambiciones presidenciales para el 2027 están intactas. “Ya no tiene lealtad hacia Emmanuel Macron, eso está claro”, insistió el tesorero de Horizons, François Goulard. “Vamos a tener un presidente completamente desmonetizado, que conserva las armas que le da la Constitución, pero cuya autoridad política está completamente destruida” afirmó.

El Frente Popular y su programa como candidato

El Nuevo Frente Popular, que reúne a la izquierda y a Francia Insumisa, también busca un futuro jefe de Gobierno , que pueda lograr un consenso en caso de victoria. ¿Ha progresado en este tema desde entonces? No.

“Puede parecer estúpido, pero mi primer ministro es el programa de NFP. Hay menos posibilidades de negación cuando estás comprometido con un proyecto claro. Es este compromiso el que quiero mantener ante los franceses”, dijo Manon Aubry, diputada europea, refiriéndose al furioso debate entre los líderes de la coalición de izquierda . Sin descartar ser la persona adecuada para el puesto: “Estoy metida en política. Sería estúpido decir que no. El Frente no debe ser el golpe de una noche. Se debe construir a largo plazo”, dijo.

Raphaël Glucksmann, académico y diputado europeo. Foto: ReutersRaphaël Glucksmann, académico y diputado europeo. Foto: Reuters

Hasta ahora no hay un candidato del Frente. El plazo para registrar candidato se vence hoy a las seis de la tarde. Podría ser Raphaël Glucksmann, académico, diputado europeo, que obtuvo el 14 por ciento en las elecciones europeas y resucitó al partido socialista. O el ex presidente Francois Hollande, que no entusiasma a todos, a pesar de su gran experiencia política, que ganó en Tulle. Reagrupamiento Nacional quiere hacerlo regresar a su jubilación, en esta emergencia democrática. Jean Luc Melénchon ha dado un pasó atrás.

Marine Le Pen: «El gobierno está listo»

La nueva diputada Marine Le Pen está en la primera línea de la campaña en estas horas. Se juega su gobierno y denuncia “un golpe administrativo de Emmanuel Macron”: nominar funcionarios antes del domingo en la prefectura, en Bruselas, en la policía, en cargos claves que ella quiere revisar si ganan. El Eliseo le exige “mesura y sangre fría”.

Marine Le Pen. Foto: APMarine Le Pen. Foto: AP

“No podemos aceptar ir al gobierno si no podemos actuar», dijo Marine Le Pen el martes en France Inter. Jordan Bardella había anunciado que rechazaría ser primer ministro si el RN no obtenía la mayoría absoluta.

Marine Le Pen aseguró que no quiere gobernar «si no podemos cambiar la política seguida» y si se trata de «ir al gobierno sólo para ocupar una silla de ministro». Pero “queremos llegar allí, queremos gobernar”, insistió.

En caso de victoria de RN en las elecciones legislativas, “el gobierno está preparado”, afirmó Marine Le Pen. “Este gobierno será íntegro, competente, compuesto por gente de la RN y gente que participó con nosotros” en la victoria en las elecciones, así como “gente de la sociedad civil”. La líder de los diputados RN en la disuelta Asamblea precisa que no desea ser parte de este gobierno, ni presidir la Asamblea Nacional, sino liderar el grupo de diputados RN en la Asamblea. Fue elegida diputada en la primera vuelta por más del 50 por ciento de los votos.

Análisis geográfico del voto

Menos la corona metropolitana, el mapa de Francia se ha pintado de azul, los colores del ex Frente Nacional.

“El análisis geográfico de la votación de Reagrupación Nacional en la primera vuelta de las elecciones legislativas muestra una mayor representación de las zonas periurbanas, analizó el martes Olivier Bouba-Olga”, un investigador de ciencias sociales de la Universidad de Poitiers. Recordó que “es , ante todo, la composición social de los territorios la que determina el voto”.

«En el caso de la extrema derecha, vemos que las puntuaciones son más altas en las zonas periurbanas, donde las personas con bajas calificaciones, trabajadores o jubilados, propietarios de viviendas, que van a trabajar en coche están sobrerrepresentadas», explica Olivier Bouba-Olga. La razón es el precio del gasoil, que subió mas de un 130 por ciento pos Covid y el altísimo costo de vida, sumado al abandono del estado de los pueblos donde viven. Sin tren, sin estación de servicio, correo, hospital y un desierto médico. Se sienten abandonados a su suerte y no les alcanza el sueldo.

El día después

Macron había dicho que necesitaba “claridad” hace tres semanas, cuando sorprendió incluso a sus propios ministros de gobierno al convocar elecciones parlamentarias repentinas y de alto riesgo, después de que sus centristas fueran derrotados por la extrema derecha Reagrupación Nacional (RN) en la votación del Parlamento Europeo.

Un día después de la primera vuelta, estaba claro que, después de siete años en el poder, Macron había derrumbado su proyecto centrista.

El partido de extrema derecha y antiinmigración de Marine Le Pen, RN, que durante décadas fue considerado un peligro para la democracia porque promovía el racismo, el antisemitismo, el anti Islam, y debía estar fuera del sistema, no solo había ganado sino que ha quedado en las puertas del Eliseo, en esta segunda vuelta. Los intentos para frenarlo hasta ahora no están concertados. Sólo puede haber una inmensa participación, aun mayor que el 67 por ciento del domingo pasado.

La alianza de izquierda, que ocupa el segundo lugar, lucha por aumentar sus escaños, pero parece incapaz de alcanzar la mayoría absoluta en el parlamento.

El resultado será un país peligrosamente dividido, con un lepenismo que puede no conseguir la mayoría absoluta de 289 bancas. Pero volverá a Francia ingobernable y forzará a Emmanuel Macron a designar un gobierno técnico. La otra posibilidad es obtenerla y forzar la cohabitación entre Jordan Bardella y Macron. La primera vez que un partido de ultraderecha gobernaría a Francia desde la segunda guerra mundial.

Las próximas 24 horas de negociación sobre la votación táctica en la segunda vuelta definirán el resultado final el próximo domingo.

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