La correísta logró un 33,2% de los votos. Noboa, con un 23,6%, se convirtió en la sorpresa de la jornada.
Luisa González, abanderada de Revolución Ciudadana, el partido del ex presidente Rafael Correa, se impuso este domingo en las elecciones presidenciales en Ecuador, aunque el caudal de votos no le alcanzó para llegar al palacio de Carondelet: deberá disputar una segunda vuelta contra el candidato de derecha Daniel Noboa, quien quedó segundo.
Los resultados oficiales, con un 91.2% de los votos escrutados, mostraban un triunfo de González, con un 33.2% de los votos. En segundo lugar quedó Noboa, de Acción Democrática Nacional, hijo de un acaudalado empresario bananero que ya se presentó varias veces a la presidencia.
Según los datos provisorios, Noboa obtenía un 23,6% y se convertía en la sorpresa de la jornada, ya que los sondeos previos lo ubicaban muy atrás de otros candidatos. González, de 45 años, y Noboa, de 36, volverán a medirse en las urnas el 15 de octubre.
«Gracias por esta victoria ciudadana», dijo González en un barrio popular del sur de Quito. «Estamos felices porque estamos haciendo historia».
Por su parte, Noboa, el candidato más joven entre los ocho que se presentaban este domingo, habló por la noche desde Guayaquil, donde esperó los resultados, y prometió ponerse desde este mismo lunes a trabajar en una nueva campaña, de cara a la segunda vuelta.
Aunque seis empresas habían sido autorizadas a difundir encuestas en boca de urna, varias decidieron no hacerlas porque, según argumentaron, no existían las condiciones de seguridad para hacerlo. Los primeros resultados oficiales comenzaron a difundirse a partir de las 19.15 (dos horas más en la Argentina).
En la madrugada argentina, en el tercer lugar figuraba el asesinado candidato Fernando Villavicencio, con el 16,5 % de los votos, que irán a parar a Christian Zurita, su colega de investigaciones periodísticas que decidió asumir la candidatura luego del crimen perpetrado el 9 de agosto por presuntos sicarios colombianos
Los datos oficiales mostraban en la cuarta ubicación a Jan Topic, con el 14,6%. Mucho más atrás quedaba Otto Sonnenholzner, con algo más del 7%, Yaku Pérez con cerca del 4%, y luego Xavier Hervas y Bolívar Armijos con menos del 1%.
Tras el cierre de los centros de votación, la presidenta del Consejo Nacional Electoral Diana Atamint informó en cadena nacional que las elecciones fueron “pacíficas y seguras”, sin incidentes, aunque señaló que el sistema telemático para votación en el exterior fue objeto de varios ataques cibernéticos desde siete países, entre ellos China, India y Bangladesh.
Agregó que se había registrado un 82,26% de participación, una cifra similar a la de elecciones anteriores.
Para ganar en una sola vuelta, un candidato debería alcanzar el 40% de los votos válidos con una distancia de 10 puntos sobre el que quede segundo. Si ninguno llega a ese porcentaje, habrá una segunda vuelta el 15 de octubre.
Mandato breve
Unos 13,4 de los 18,3 millones de ecuatorianos estaban llamados a las urnas para elegir presidente y a los 137 miembros de la Asamblea legislativa.
El presidente que salga de esta elección deberá completar el mandato del conservador Guillermo Lasso, quien en mayo recurrió al mecanismo previsto en la Constitución y conocido como “muerte cruzada”, con el que disolvió el Parlamento y llamó a elecciones presidenciales anticipadas, cuando enfrentaba un juicio político que podría haber terminado en su destitución.
La oposición en el Congreso lo acusaba de supuestos actos de corrupción nunca probados y que el mandatario desmiente con vehemencia.
Así, el próximo ocupante del palacio de Carondelet gobernará por apenas un año y medio, hasta mayo de 2025, cuando termina el actual período presidencial.
Votar con miedo
Bajo un operativo de seguridad inédito, que desplegó a cerca de 100.000 policías y militares por todo el país, que se mantuvo en estado de excepción, los centros electorales abrieron puntuales a las 7 de la mañana (las 9 en la Argentina).
En los colegios de Quito convertidos en centros de votación el movimiento fue animado desde la mañana, con familias enteras que iban a votar, muchos con chicos o mascotas. En algunos, la policía revisaba bolsos y mochilas de los votantes en la puerta -las autoridades electorales habían recomendado no ir con bolsos ni mochilas por razones de seguridad- pero el miedo a posibles ataques durante la jornada de votación no se hizo realidad.
Los ocho candidatos a la presidencia votaron en las primeras horas del día, cada uno en su ciudad y férreamente custodiados, luego de una campaña marcada por la sombra del crimen organizado, en especial tras el asesinato de Fernando Villavicencio, el periodista y candidato a presidente que investigaba la corrupción y que había denunciado vínculos entre políticos y grupos del narcotráfico.
Christian Zurita, quien reemplazó al candidato por el movimiento Construye -paradójicamente, la foto y el nombre de Villavicencio figuraban en la boleta electoral, ya que los tiempos legales no permitieron reimprimirlas tras el magnicidio del 9 de agosto- votó en un colegio de la zona norte de Quito bajo un impresionante despliegue de seguridad.
El sábado había denunciado que recibió amenazas a través de las redes sociales. Y desde que se confirmó su candidatura, recién este miércoles, Zurita dijo varias veces que su vida corría tanto riesgo como la de Villavicencio.
Otra vez se lo vio con casco militar y chaleco antibalas, como en su cierre de campaña, rodeado por policías y custodios que lo empujaban para salir rápido de allí.
Estas elecciones extraordinarias se dieron en medio de la peor crisis de seguridad de Ecuador, inmerso en una ola de violencia que las autoridades atribuyen al crimen organizado y al narcotráfico, que hizo que el país pasara en cinco años de 5,8 a 25,32 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022, la cifra más alta de su historia.
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