En el puerto de Campana, unas 600 unidades tanques bolivianos esperaban para llevarse el combustible que importó ese país; para mostrar el contraste con la Argentina, Roberto Guarneri, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), dijo: “cuando hay dólares y hay planificación, hay gasoil para comprar”
“Cuando hay dólares y hay planificación, hay gasoil para comprar”. La definición es de Roberto Guarneri, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). La referencia es a las imágenes de unos 600 camiones tanques con patente de Bolivia en la zona del puerto de Campana que esperaban para cargar el gasoil importado por su país y que llegó al lugar.
En diálogo con LA NACION, el dirigente explicó que tienen “bronca” de que el transporte de carga de otros países puede trabajar con normalidad y el de la Argentina no. “La escasez sigue; ahora en el norte estarán un poco más aliviados porque están redireccionando desde el sur. Pero es desvestir un santo para vestir otro”.
“Hace un rato nada más, en la zona del Puerto de Campana, más de 600 camiones bolivianos hacían fila para cargar el gasoil que su país adquirió e importó a través de esa terminal para transportarlo a Bolivia. No es la primera vez que se da esto; es un hecho que no hace más que aumentar la incertidumbre y el temor entre los transportistas argentinos”, señaló. “Hace casi tres meses que venimos denunciando problemas en el normal abastecimiento del combustible y las respuestas oficiales fueron, primero, que el problema estaba ocasionado por la cosecha y luego por la guerra en Ucrania. Sin embargo, vemos que países vecinos como Bolivia logran importar gasoil sin problema, lo que confirma la idea de que la causa de fondo es la falta de divisas”, añadió.
La Federación le envió una carta al presidente Alberto Fernández hace una semana pidiendo por una solución para el desabastecimiento de gasoil: “La respuesta que tuvimos fue que pasó a la Secretaría de Energía y, desde allí, no tuvimos ninguna novedad”, dijo Guarneri.
En la carta enviada al Presidente se le insistió que un aumento en el corte obligatorio de biodiésel (actualmente del 5%), mejoraría el rendimiento del gasoil actualmente disponible. Energía tiene los instrumentos para tomar la decisión. Hoy ingresó al Congreso, tal como anticipó este diario ayer, la iniciativa del peronismo cordobés para aumentar el corte de gasoil al 20%.
“Desde el área de transporte de carga abogamos por aumentar el corte de biodiésel hasta alcanzar un valor que ronde el 20%, al menos de forma transitoria y por un plazo determinado -señala el texto-. Esa medida morigeraría los faltantes de combustible, así como también podría fomentar el entramado productivo de las provincias y los pequeños emprendimientos, evitando la salida de divisas que resultan fundamentales en el actual contexto macroeconómico”.
Son varios los sectores y especialistas que insisten con esa alternativa. La primera ley de biocombustibles -la sanción se impulsó en la presidencia de Néstor Kirchner- estableció la obligatoriedad de incorporar un mínimo de 5% de biodiésel al gasoil; el porcentaje fue creciendo hasta hasta alcanzar el 10%. La ley sancionada el año pasado recortó la mezcla al 5%. La nueva norma la impulsó el kirchnerismo y terminó recibiendo algunos apoyos de legisladores de la oposición de provincias azucareras.
En la misiva al Presidente, los empresarios repasan que el transporte de cargas es una cadena productiva de relevancia, ya que es responsable del “traslado de más del 90% de las mercancías que circulan en el país, así como de aquellas con destino a la exportación”.
Señala que “genera miles de empleos directos e indirectos a lo largo de todo el país, construye actividades asociadas a la reparación y carga de vehículos, en talleres y estaciones de carga dispersos en todas las provincias, sumado a su demanda de energéticos, petroquímicos y neumáticos”.
La flota total es de unas 650.000 unidades. En la última década el sector del transporte demandó unos 7,2 millones de metros cúbicos anuales, en promedio, de gasoil. “El 28,5% de cada litro de gasoil consumido resulta en un componente impositivo. A eso se suman los fondos que éste afecta al Sistema de Infraestructura de Transporte (SIT) y al Régimen de Fomento de la Profesionalización del Transporte de Cargas (REFOP)”, indica.
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