Suena paradójico que un entrenador de 68 años llegue a una selección sudamericana y la convierta en un equipo moderno. Pero la ecuación tiene sentido si en el enunciado está Marcelo Bielsa.
Uruguay debutó en las Eliminatorias Sudamericanas con un claro triunfo sobre Chile por 3-1 y de la mano del Loco buscará sacar pronto el boleto al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá que se disputará en 2026.
Al largo proceso del Maestro Oscar Tabárez y la transición que comandó Diego Alonso (con el tropezón en Qatar incluido) ahora la apuesta de la AUF por Bielsa empieza a convencer a los arcaicos hombres del fútbol uruguayo que pedían una oportunidad por un entrenador joven, local y -sobre todo- más barato. Pero en su primera presentación por los puntos,la Celeste de Bielsa no dio lugar para la discusión.
El DT argentino lidera un proyecto que necesitaba un recambio generacional y quedó plasmado en el césped del centenario (el promedio de edad de los 11 uruguayos daba 25 años). Ya no están Luis Suárez, Edinson Cavani ni Diego Godín. Ahora la selección uruguaya quedó en manos de Federico Valverde, Nicolás De la Cruz y Darwin Núñez, por citar a los tres hombres más destacados del triunfo uruguayo.
En el Centenario de Montevideo, el partido primero fue táctico,pero poco a poco los locales demolieron la resistencia de los dirigidos por Eduardo Berizzo (discípulo de Bielsa) que a diferencia de su maestro no logró ese recambio que necesita la Roja: Medel lució fuera de tiempo, Arturo Vidal ingresó en el complemento y si bien descontó ya no es el que era y cuando el Toto mira el banco no encuentra variantes para los flojos rendimientos de Ben Brereton, Erick Pulgar o Diego Valdés.
Uruguay fue un típico equipo de Bielsa, con una presión asfixiante, laterales que pasan al ataque y volantes con llegada al área y al gol. En ese juego se destacaron De la Cruz (autor de un doblete, el primero un golazo) y Valverde, el capitán. Precisión, velocidad y contundencia, a lo Bielsa.
El primer gol fue una genialidad del volante de River que dejó pasar un pase de Araujo y fue a buscar la pared de Darwin Núñez para definir de zurda y poner el 1-0. El segundo, tras recuperar en el medio por orden -a los gritos- del entrenador rosarino, De la Cruz le puso la pelota en la puerta del área a Valverde, que sacó un derechazo cruzado para el 2-0 antes del descanso. Partido liquidado.
El tercero llegó con otra salida veloz desde el medio que comandó Valverdey prolongó para Núñez que envió el centro atrás y De la Cruz definió con el arco vacío -el pase a la red-. Uruguay, lanzado al ataque.
La Celeste fue una máquina y promete más. Dejó de lado la histórica garra, para sumarle juego en velocidad, eso que pide su entrenador y que demanda el fútbol moderno. Habrá que ver el próximo martes, cuando visite a Ecuador, si puede sostener el ritmo que el Loco pretende.
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