Por Joaquín Morales Solá
- Es muy importante lo que pasó hoy; el resultado de la votación es muy importante. Salió casi por unanimidad, solamente con dos rechazos en una Cámara que tiene 250 miembros. Esto es muy distinto a lo que pasó en 2001.
- En ese mismo recinto, en 2001, se pusieron todos de pie y aplaudieron, también por unanimidad, un default que la Argentina declaraba unilateralmente y que hoy sigue siendo el default más grande de la historia de la humanidad.
- Hoy se marcó un cambio muy importante en la voluntad de la dirigencia política argentina. Lo que hoy apoyó la dirigencia es una negociación para pagar, en lugar de no pagar. Es un apoyo a la decisión del Gobierno argentino de renegociar la deuda y pagarla en algún momento. Esto es lo importante.
- Hay dos aspectos a remarcar relacionados a la deuda. Uno es lo que está pasando con la provincia de Buenos Aires. Es preocupante, porque el volumen que tiene que pagar el gobernador Axel Kicillof ahora (lo tenía que pagar el domingo pasado, no lo pagó, y lo está tratando de postergar hasta el 1 de mayo), no es significativo para el volumen de la deuda del país.
- La provincia de Buenos Aires tiene que pagar 275 millones de dólares. El volumen total de la deuda de la Argentina son 315 mil millones, con lo cual, es poco. Esto es una pulseada de Kicillof con los acreedores. Si pierden, no cobrarán ahora. Pero en algún momento van a cobrar; sea por vía de que el gobierno afloje, o con que la Justicia lo ordene.
- El problema es que, si el brazo que flaquea es el del estado provincial, se lleva con su brazo a toda la deuda nacional. Un default de la provincia de Buenos Aires, en este momento, donde el país está tratando de reestructurar su deuda, es un precedente muy malo.
- El otro aspecto a remarcar ya no es de Kicillof; es que le están pidiendo al gobierno nacional un plan económico. Se lo están pidiendo el FMI y los acreedores privados. Eso mismo dijeron esos acreedores cuando estuvieron con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en Nueva York. Dijeron que no tienen precisión: eso significa que no hay un plan económico. Es decir, cuál es la perspectiva que tiene el Gobierno en los próximos tres o cuatro años en materia de crecimiento, inflación, déficit fiscal, y demás.
- El argumento del Gobierno es que, como va a pedir un «tiempo de gracia» de dos o tres años (en que no pagaría nada), una cosa son los recursos que va a tener con ese tiempo de gracia, y otra cosa es sin él, en cuyo caso tendría que disponer de recursos para pagar la deuda, por lo que cambiaría el plan económico.
- Parecería que Alberto Fernández está pidiendo un período parecido al que tuvo Néstor Kirchner con malas formas. Después del default de Rodríguez Sáa hubo, de 2003 a 2005, un período en el que el país no pagaba nada (además de la soja a más de 500 dólares la tonelada). Fernández está tratando de conseguir algo parecido, pero arreglado con los acreedores.
- Creo que debió haber una mirada más nacional de la deuda de la provincia, y el gobierno argentino debió decir: «Vamos a auxiliar a la provincia para que nos saque este problema en el medio de la negociación». De hecho, el gobierno nacional todavía no ha modificado el plazo de fines de marzo para terminar con la reestructuración de toda la deuda. Fines de marzo es apenas dentro de dos meses y, en el medio de eso, está la dificultad con Buenos Aires.
- En el caso de la provincia de Buenos Aires no se llegó al 75% de aceptación necesario para que haya un consentimiento de la totalidad de los acreedores para postergar el pago hasta el 1 de mayo, que es lo que pide Kicillof. Pero Kicillof tampoco les dice cómo sigue la historia después del 1 de mayo. No sabe si en esa fecha va a pagar o si va a pedir otra prórroga, no sabe si la deuda que se vence después va a pagarla o pedir nuevas prórrogas, él solo pide la prórroga.
- De ese 75% necesario, nos enteramos el lunes por el ministro Guzmán de que solo el 26% había aceptado, o sea, que casi el 50% todavía no aceptó, y solo tienen una semana para sumarse o no. Para peor, el ministro que había hecho un gesto de que iba a pagar los intereses, anunció que no va a pagarlos hasta que le firmen la aceptación. Lo cual es una especie de extorsión.
- Es una pulseada donde, si el brazo de los acreedores pierde, la situación para ellos no es grave. Pero si pierde el brazo de la provincia de Buenos Aires, cae con ese brazo toda la negociación del país.
- Creo que la situación de la deuda nacional va a ser distinta porque la negociación de Alberto Fernández va a ser distinta. No tiene por qué entrar en ninguna postergación; no tiene vencimientos inmediatos. El Presidente necesita reprogramar con los privados (estos «años de gracia») y una baja en las tasas de interés, lo cual no es tan difícil. La Argentina está pagando tasas muy altas en un mundo que casi no paga tasas.
- Después está la deuda con el FMI. Pero con el FMI se sabe, y esto es histórico, que no hay quita de capital ni de intereses, y tampoco se puede entrar en default. Incluso en 2001, cuando se entró en default, la deuda del Fondo se pagó siempre puntualmente. Con el Fondo, lo único que se necesita es reprogramar los plazos. Y el FMI quiere ver un plan económico, igual que los acreedores, igual que los empresarios cuando se les va a pedir que inviertan.
- Hay una ausencia notoria: la del plan económico integral. Lo que hemos vivido hasta ahora, con las leyes de emergencia y con las medidas del Gobierno, son solo medidas ancladas. En este contexto, la buena noticia es lo que pasó en la Cámara de Diputados. A diferencia de lo que pasó hace casi 20 años, estamos dispuestos a apoyar una negociación para pagar la deuda, no para no pagarla.
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