Aunque la reunión se había planeado con anterioridad a la condena a la ex presidenta, el anuncio de Cristina Kirchner de horas después del veredicto judicial, de renunciar a las candidaturas, no hizo más que acelerar los tiempos y darle a la cumbre del CFI de este lunes una importancia mucho mayor a la prevista. En ese contexto, una docena de gobernadores del PJ y la cúpula de la CGT analizaron durante casi tres horas la actualidad del peronismo con un objetivo por demás ambicioso: «reorganizar al justicialismo», instrumentar un ámbito de discusión política para tener injerencia el año próximo y que la vicepresidenta y su sector no vuelvan a ser, como en las últimas elecciones, los decisores centrales de la estrategia electoral.
Héctor Daer, el vocero de la CGT apenas terminó el cónclave, fue algo más diplomático. «Habrá que incorporar al propio Presidente y encontrar un camino común de debate donde construyamos una estrategia y una plataforma para llevar adelante un proceso electoral de acá al 2023», resaltó el jefe de Sanidad y miembro del triunvirato de conducción de la central obrera.
Y agregó: «En el reconocimiento y respeto recíproco entre todos es que vamos a encontrar un camino común para el peronismo y para el FDT».
Hasta ese lugar, en San Martín al 800, en el barrio porteño de Retiro, llegaron desde pasado el mediodía los gobernadores Sergio Uñac, Ricardo Quintela, Sergio Ziliotto, Mariano Arcioni, Alicia Kirchner, Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Gerardo Zamora, Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil. Jorge Capitanich participó desde su provincia, por zoom, al igual que el entrerriano Gustavo Bordet. Por el lado del sindicalismo, dieron el presente Armando Cavalieri, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Juan Carlos Schmidt, Carlos Acuña y Daer, el último en llegar.
Hubo, semanas atrás, encuentros previos, por separado, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el interior del país. Pero fueron el jefe de la UOCRA y el gobernador de San Juan los que terminaron de sellar la cumbre de este lunes, el puntapié inicial para futuras reuniones, según anticiparon.
La idea original, subrayaron, era analizar el fallo de la Corte Suprema por la coparticipación porteña que está próximo a oficializarse. Tras la cumbre, nadie se refirió a ese tema.
«El peronismo no puede manejarse como una ‘orga’, como algo de elite», abundó a la salida otro de los sindicalistas que, a diferencia de los gobernadores, se los notó con muchas más ganas de hablar. Por eso llegaron a pie. Los jefes provinciales, como acostumbran, lo hicieron en auto, directo por la cochera del CFI, sobre la calle Tres Sargentos.
La referencia del gremialista no admite equivocaciones: no es tanto Cristina Kirchner el escollo a sortear si no La Cámpora, la agrupación liderada por su hijo que es mala palabra para buena parte del peronismo. «Si ellos quieren venir, que vengan, pero como uno más. Hay que dejar de ser sectarios», resaltó uno de los jefes sindicales. «A diferencia del 2019 y el 2021, queremos ser protagonistas», ampliaron frente a este diario.
La puesta en escena de este lunes fue, en ese sentido, atípica. No es común que los gobernadores y la mesa chica de la CGT hayan confluido en la sede del CFI, a pesar de que el encuentro se haya pautado antes de que Cristina Kirchner anunciara, un rato después de la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua al ejercicio de la función pública, su decisión prematura de no ser “candidata a nada” el año próximo.
Lo cierto es que la reunión es una muestra de la inquietud en el peronismo. Y de la preocupación por tener una estrategia y un candidato competitivos en el 2023 en medio de una crisis político y económica que alerta, y mucho. Con un plus: el liderazgo poco atractivo y deslucido de Alberto Fernández. Lo blanqueó Cavalieri antes de empezar la reunión, sin apelar a ningún eufemismo: «Lo de Alberto desde la pandemia para acá fue lamentable».
La próxima semana, por lo pronto, los gobernadores ya tendrían previsto encontrarse con los intendentes del PJ del Gran Buenos Aires, a los que Néstor Kirchner llamaba «mini gobernadores». Había trascendido que esa reunión podía concretarse este mismo lunes por la noche, pero, según trascendió, se realizaría la semana entrante.
Esos intendentes se referencian hoy en la ex Presidenta, y no hacen nada sin el aval del presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner. En ese sentido, cobra cierto relieve la versión de una postulación nacional de Eduardo «Wado» de Pedro, con respaldo de los jefes provinciales.
El anuncio de Cristina Kirchner fue una sorpresa para el PJ. Desde ese momento, se busca barajar y dar de nuevo.
Es que el anuncio de Cristina Kirchner aceleró los tiempos, y el Frente de Todos quedó en estado de deliberación permanente. Más aún después de que la propia Vicepresidenta pidiera a la tropa «salir a dar la cara». Es decir, a hacerse cargo de la situación político y económica.
El pasado 17 de octubre, en uno de los múltiples actos por el Día de la Lealtad que marcó la atomización del PJ, la CGT había lanzado en Obras Sanitarias el Movimiento Nacional Sindical Peronista, el brazo político de la central con la que aspiran a incidir en la estrategia electoral del 2023. Por ahora, son solo expresiones de deseo.
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