La obra social de los jubilados en manos de La Cámpora roza el colmo de la desaprensión y desatención de los abuelos.
Desde finales de Julio, una mujer que tiene movilidad reducida tras sufrir un ACV y que es oriunda de Iruya, espera que PAMI le entregue una cama, un colchón anti-escaras, una silla de ruedas, y la asistencia de un médico, mientras su familia hace lo que puede.
Delia cuenta que tuvo que cambiarle el domicilio a su madre para que PAMI acceda a brindarle la internación domiciliaria y así reciba los beneficios, según publicó Aries.
Sin embargo, asegura que nunca recibieron asistencia médica, cama y colchón especiales, y mucho menos la silla de ruedas.
Por esta razón, su madre ya va sufriendo varias caídas de la cama y para trasladarla la cargan en una sábana.
Para Delia, quien asegura hacen lo que pueden, es una irresponsabilidad lo que sucede en el organismo nacional.
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