Por Carlos Saravia Day
La palabra lo dice y evoca el origen de la tragedia griega cuando el padre del teatro, Esquilo, como el también poeta trágico Eurípides anunciaban la tragedia en sendas obras: “Las suplicantes” con el mismo título.
Hoy lo hace parte del peronismo con el nombre de “Operativo clamor” con la liturgia que lo caracteriza y clama por el eterno retorno de Cristina, Isis Miniónica, la diosa egipcia de las mil caras, con el peronismo convertido en misachico con su santa y resobada liturgia: violín gemidor, bombo legüero y un viejo arpero.
Ya en la España del poeta Quevedo otro no menos famoso y fraile, Luis de Góngora, advertía:
“Ídolos a los troncos, la escultura
Santos, hace a los ídolos el ruego”.
La palabra clamor hace a los momentos fundadores de la patria cuando la Primera Junta ordena el fusilamiento de Santiago de Liniers, héroe de la reconquista cuando rechaza las invasiones inglesas junto a otros que habían jurado fidelidad a Fernando VII.
Una humilde cruz de madera señalaba el lugar del definitivo reposo con las letras iniciales del nombre de las víctimas.
Algún tiempo después, un ingenio desconocido añadió la O del obispo Orellana que logró salvarse gracias al hábito talar y así se formó la palabra clamor que tomó fe para las tradiciones de la época.
Así murió don Santiago de Liniers, el reconquistador de Buenos Aires.
La otra cruz, en el Campo de la Cruz, donde se libró la Batalla de Salta, reza: “A los vencedores y vencidos de Salta, 20 de Febrero de 1.813”.
El historiador Bernardo Frías relata el episodio de la rendición de Tristán: “Tristán apeose del caballo y avanzó hacia Belgrano para entregarle la espada. Cuando éste conmovido con el inmenso infortunio que padecía, el que en España había sido condiscípulo y más íntimo amigo tendió los brazos a Tristán oprimiéndolo así en el momento que comenzaba el ademán de entregar la espada”.
Mientras el ingenio popular que nunca duerme decía ingeniosamente refiriéndose a Tristán:
“Por un tris se perdió Salta
y por un tan Tucumán”.
Con el tiempo el poeta romántico español Campoamor diría su verdad:
En el tiempo en que las bárbaras naciones
colgaban de la cruz a los ladrones,
hoy en el tiempo de las luces
del pecho del ladrón cuelgan las cruces”
Inicuas simetrías
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